electoral de Chile establecía que si el candidato triunfador no obtenía la mayoría absoluta del voto popular el Congreso Pleno debía elegir al nuevo presidente entre los dos más votados. A nadie se le escapaba la enorme significación histórica que asumiría la consolidación de la victoria de Allende: sería el primer presidente marxista de la historia, que llegaba al poder en un país de Occidente, ¡y nada menos que en América Latina!, en el marco de las instituciones de la democracia burguesa y en representación de una coalición de izquierda radical.
de enseñanza, prensa, asociación y reunión -¡ninguna de las cuales estaban amenazadas por el candidato vencedor o su programa de gobierno!- y a indemnizar las expropiaciones previstas en el programa de la Unidad Popular. Esto último revela claramente el servilismo de la DC y la derecha tradicional en relación a los intereses de las oligarquías locales y del imperialismo, que exigieron de sus compinches locales, sedicentes defensores de la “democracia” y la
“libertad,” preservar la absoluta intangibilidad de sus
intereses. Posteriormente, este estatuto fue introducido como reforma a la Constitución en el año 1971. El Congreso fijó para el día 24 de Octubre de 1970 la fecha de la sesión que confirmaría el triunfo
de Allende. Pero un día antes un comando de la derecha hiere mortalmente, en un atentado terrorista, al General constitucionalista René Schneider, quien habría de morir pocos días después.
Schneider había manifestado que las fuerzas armadas chilenas debían respetar el veredicto de las urnas, y lo pagó con su vida. La CIA, que venía siguiendo los sucesos de Chile muy de cerca desde comienzos de los sesenta, se supone que fue quien, en colaboración
con un grupo de la extrema derecha chilena, planeó y ejecutó ese luctuoso operativo. Pese a la conmoción del momento, o tal vez a causa de las graves consecuencias que se veían aparecer en el horizonte político, el Congreso procedió a ratificar el triunfo de Allende por 153 votos contra 35 que optaron por Alessandri.
pueblo chileno y de Salvador Allende. Y recordar también que, según documentación desclasificada de la CIA 1, el 15 de Septiembre de 1970, pocos días después de las elecciones, el Presidente Richard Nixon -quien más tarde sería destituido como un bandido a causa del escándalo de Watergate- convocó a su despacho a Henry Kissinger, Consejero de Seguridad Nacional; a Richard Helms, Director de la CIA y a William Colby, su Director Adjunto, y al Fiscal General John Mitchell a una reunión en la Oficina Oval de la Casa Blanca para elaborar la política a seguir en relación a las malas nuevas procedentes desde Chile. En sus notas Colby escribió
que “Nixon estaba furioso” porque estaba convencido que una presidencia de Allende potenciaría la diseminación de la revolución comunista pregonada por Fidel Castro no sólo a Chile sino al resto de América Latina. En esa reunión propuso impedir que Allende fuese ratificado por el Congreso y que inaugurara su presidencia. El mensaje tomado por Helms expresaba con claridad la
visceral mezcla de odio y rabia que el triunfo de Allende provocaba en un personaje de la calaña de Nixon. Según Helms, sus instrucciones fueron las siguientes:
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“Una chance en 10, tal vez, pero salven a Chile.
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Vale la pena el gasto.
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No preocuparse por los riesgos implicados en la operación.
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No involucrar a la embajada.
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Destinar 10 millones de dólares para comenzar, y más si es necesario hacer un trabajo de tiempo completo.
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Mandemos los mejores hombres que tengamos.
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De inmediato: hagan que la economía grite. Ni una tuerca ni un tornillo para Chile.
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En 48 horas quiero un plan de acción.” 2
El encargado de monitorear todo el proyecto fue el célebre criminal de guerra Henry Kissinger. El nombre de esta iniciativa de terrorismo desestabilizador fue “Vía II”, para diferenciarlo de la “Vía I”, nombre utilizado para designar los intensos esfuerzos diplomáticos y “legales” que desde hacía tiempo venía haciendo la Casa Blanca para contrarrestar la influencia comunista en Chile sobre todo a través de la democracia cristiana yotras organizaciones de la derecha de ese país.
en Ecuador y, por añadidura, en toda América Latina y el Caribe, países estos absolutamente prioritarios para preservar la integridad de la retaguardia imperial. En contra de los discursos colonizadores, racistas y hasta autodescalificadores que pregonan la irrelevancia de esta parte del mundo, los trágicos sucesos de Chile ya demostraban hace más de cuarenta años lo crucial que era el proceso político
de ese país para la estabilización de la dominación global de Estados Unidos. Hoy podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que por comparación a lo ocurrido en aquellas aciagas jornadas de 1970, la importancia de Nuestra América es muchísimo mayor, como lo es la virulencia terrorista del imperio en su empeño por retrotraer la situación de nuestros países a la existente antes del triunfo de la Revolución Cubana. De ahí la necesidad de tomar nota de las lecciones que nos deja el caso chileno y no bajar la guardia ni por un segundo ante tan perverso e
incorregible enemigo, cualesquiera sean sus gestos, retóricas o personajes que lo representen.
Obama son, en el fondo, lo mismo: marionetas que administran un imperio que vive del saqueo y el pillaje, amparado por un formidable aparato ideológico y comunicacional y un aún más tremendo poder de fuego capaz de eliminar toda forma de vida en el planeta Tierra. Sería imperdonable que nos equivocáramos en la caracterización de su naturaleza y sus verdaderas intenciones.
Una información muy detallada sobre estos proyectos del gobierno norteamericano para desestabilizar y tumbar gobiernos adversarios,
no sólo el caso de Chile, se encuentra en US Congress, Senate, Alleged Assassination Plots Involving Foreign Leaders, Interim Report of the Select Committee to Study Government Operations with Respect to Intelligence Activities, 94th Congress, 2nd Session, (Washington, DC: US Government Printing Office, 20 November 1975). Las referencias al dictado de Nixon se encuentran en la página 227 de este volumen. Un racconto más detallado del caso chileno puede verse en Kristian C. Gustavson, sobre la base del documento de la CIA indicado más arriba.
"Folladordepotriss" seguramente es el pseudónimo de Sebastián Piñera,quien en la conmemoración oficial(lista) justificó entre lineas el golpe atravez de este tipo de premisas: la economía estaba muy mal, habia guerra civil,etc. Que quede claro. La violencia históricamente la han desatado las clases dominantes. La alevosa intervencion yanky en la economía chilena para desestabilizar a la UP no se puede omitir en ningun analisis. El acaparamiento,los atentados,el paro de camioneros,etc no fueron sintoma de un mal gobierno,fueron consecuencias de millones de dolares invertidos por el imperialismo para desestabilizar a un gobierno democrático.
Gracias Atilio por tu charla en la UNC. Nos sirvio mucho a todos los cordobeses.
Es cierto que antes que allende entrara al palacio de la moneda la CIA ya le queria hacer la vida imposible,el asesinato del general Schneider es prueba de eso,los documentos desclasificados de la CIA muestra como el infame Nixon quería conspirar contra el gobierno de la UP,pero tampoco se puede negar los errores del allendismo en materia económica,hubo nacionalizaciones y expropiaciones masivas,la inflación era altísima ,había desabastecimiento no hay dudas que Pinochet y su golpe es indefendible,pero tb hay que mencionar que la política económica de la UP tuvo 1 desempeño mediocre.
Hay una interesante crónica de un prestigioso y talentoso diplomático profesional y periodista argentino ya retirado, Albino Gómez, que estaba destinado en nuestra Embajada en Santiago durante el golpe de septiembre de 1973. Puede encontrarse en:
http://enpositivo.com/2013/09/salvador-allende-y-sus-ultimas-palabras/
Gómez reproduce en su crónica las últimas palabras de Allende en la Moneda, que cito:
"Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores! Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano. Tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición”.
El presidente depuesto pudo haber cometido errores y no se puede hacer historia contrafáctica, imaginando qué hubiera ocurrido en Chile si él continuaba más tiempo en el poder, si iba o no iba a haber "un golpe totalitario", como he leído por ahí. No soy marxista pero rescato su legalismo: él llegó al poder por elecciones.
Hay otra crónica lindísima sobre el Chile de esa ápoca y Allende, de Gabo García Márquez, que recomiendo. Está en:
http://prodavinci.com/2013/09/09/artes/el-golpe-contra-salvador-allende-contado-por-garcia-marquez/
Allí dice el Premio Nobel de Literatura que "Allende llevaba dentro una almendra legalista que era el germen de su propia destrucción: un hombre que peleó hasta la muerte en defensa de la legalidad, hubiera sido capaz de salir por la puerta mayor de la Moneda, con la frente en alto, si lo hubiera destituido el congreso dentro del marco de la constitución."
Hubo quienes quisieron tentarlo de alejarse del legalismo. Pero él no se doblegó y prefirió morir siendo legalista.