¿Quién bloquea a quien? Cuba y la Internet
febrero 4, 2015
 (Por Atilio A. Boron) 
El nerviosismo que se ha apoderado de la derecha latinoamericana con la
“normalización” de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba ha desatado una
serie de manifestaciones que asombran por la impunidad con que se desfigura la
realidad. Un ejemplo lo ofrece la columna de Andrés Oppenheimer en La Nación
del Martes 2 de Febrero cuyo título lo dice todo: “La clave de la libertad en
Cuba es el acceso a Internet.” El articulista, conocido por su visceral rechazo
a toda la obra de la Revolución Cubana,
se pregunta si “
el régimen cubano aceptará
la ayuda estadounidense para expandir el acceso a Internet.” Poco más adelante
recuerda que en su discurso del 17 de Diciembre del 2014 Obama dijo que
Washington eliminará varias regulaciones que impedían
a las empresas estadounidenses exportar teléfonos inteligentes, software de
Internet y otros equipos de telecomunicaciones, pero a juzgar por lo que me
dicen varios visitantes que acaban de regresar de la isla, hay buenas razones
para ser escépticos respecto de que el régimen cubano lo permita.” El remate de
su artículo es de antología: “Washington debería centrarse en Internet. Y si
Cuba no quiere hablar del tema, Estados Unidos y los países latinoamericanos
deberían denunciar al régimen cubano por lo que es: una dictadura militar a la
que ya se le acabaron las excusas para seguir prohibiendo el acceso a Internet
en la isla.”
        Prefiero no perder tiempo en rebatir la inaudita
caracterización de Cuba como una dictadura militar, que en un examen de
Introducción a la
Ciencia Política merecería el fulminante aplazo del
estudiante que osara manifestar una ocurrencia (que no es lo mismo que una
idea, más respeto a Hegel, ¡por favor!) de ese tipo. Oppenheimer no es uno de
los energúmenos que pululan en la televisión norteamericana, violadores
seriales de las más elementales normas del oficio periodístico. Pero el
nerviosismo y la desesperación que se ha apoderado de los grupos anticastristas
de Miami -cada vez más reducidos y desprestigiados- lo deben haber contagiado e
impulsado a escribir una nota pletórica de falsedades. Me limitaré a señalar
tres.

Red de cables submarinos de telecomunicaciones e Internet: México, Centro América y el Caribe conectados, salvo Cuba, sólo enlazada físicamente por el cable que parte de Venezuela

Primero, no puede ignorar que a causa del bloqueo Cuba
ingresó parcial y tardíamente al ciberespacio, y cuando se produjo la
vertiginosa expansión de la banda ancha y de la Internet la
Casa Blanca presionó brutalmente a quienes
le ofrecían esos servicios a la isla para que los interrumpieran de inmediato, orden
que por supuesto no pudo ser desobedecida por los pequeños países de la cuenca
del Caribe. Por eso, hasta la llegada del cable submarino procedente de Venezuela,
hace poco más de un año, la conexión de Internet en Cuba se hacía
exclusivamente por satélite. Ahora existe ese enlace físico, pero
desgraciadamente el grueso del creciente tráfico cubano todavía debe transitar
a través de lentos y muy costosos enlaces satelitales, y con un ancho de banda
absolutamente insuficiente. Problemas que no se deben a una decisión de La Habana sino a la obcecación
de Washington.
        Segundo, antes de preguntarse si La Habana  aceptará la ayuda que promete Obama convendría
que Oppenheimer averiguase si Washington aceptará poner fin al cerco
informático dispuesto en contra de Cuba. Su argumento parece salido de una
canción para niños de María E. Walsh: “El reino del revés”.  No fue Cuba quien ante el advenimiento de la
revolución de las comunicaciones decidió hacerse un harakiri informático sino
que fue el imperio quien, consciente de la importancia de esas nuevas
tecnologías, extendió los alcances de su criminal bloqueo para incluir también
a la Internet. Cualquiera
que haya visitado ese país sabe que no se puede acceder a muchísimos sitios de
la red ni disponer de los principales instrumentos de navegación en el
ciberespacio. Si lo intenta casi invariablemente aparecerá un fatídico mensaje
de “Error 403”
diciendo algo así como “Desde el lugar en que se encuentra no podrá acceder a este
URL” u otro más elocuente:
“El país en el que se encuentra tiene prohibido
acceder a esta página”. No se puede utilizar el Skype, el Google Earth, o  las plataformas de desarrollo colaborativo
Google Code y Source Force, o descargar libremente las aplicaciones del Android.
Y cuando se puede, el reducido ancho de banda hace prácticamente imposible
trabajar con un mínimo de rapidez y eficiencia. Todo esto, ¿por culpa del
gobierno cubano? A mediados del año pasado el CEO de Google,
Eric
Schmidt
,
encabezó una delegación que visitó a Cuba como respuesta a las acusaciones de
que el gigante informático bloqueaba el acceso a sus servicios. Después de
comprobar que  varios productos de Google
no estaban disponibles Schmidt señaló oblicuamente al responsable al decir que
“las sanciones estadounidenses en contra de Cuba desafiaban a la razón.”
        Tercero, tal
vez Oppenheimer tiene razón en su escepticismo, pero no por causa de Cuba sino
de Estados Unidos. Porque, ¿cómo olvidar que a comienzos de su primer mandato
Obama ya había prometido lo que volvió a prometer hace poco más de un mes: “suavizar”
algunas sanciones contempladas para las empresas informáticas que tengan
negocios con Cuba? ¿Qué fue lo que ocurrió? Poco y nada. Ojalá que ahora sea
diferente. La Ley Torricelli,
de 1992, había permitido la conexión a Internet por vía satelital pero con una
decisiva restricción: que cada prestación fuese contratada con empresas
norteamericanas o sus subsidiarias previa aprobación del Departamento del
Tesoro. Este impuso estrictos límites y estableció sanciones extraordinarias
–por ejemplo, multas de 50 000 dólares por cada violación- para quienes
favorecieran, dentro o fuera de los Estados Unidos, el acceso de los cubanos a
la red. Lo que hizo Obama, en Marzo del 2010, fue eliminar algunas de estas  sanciones, especialmente para las empresas que
faciliten gratuitamente aplicaciones de correo electrónico, chat y similares. Pese
a ello, en 2012, la sucursal en Panamá de la compañía Ericsson tuvo que pagar
una multa de casi dos millones de dólares al Departamento de Comercio
de Estados Unidos por violar las restricciones de exportación de equipos
de comunicación a Cuba. Como siempre: una de cal, otra de arena. Por eso la
accesibilidad sin restricciones a la red continúa tropezando con los grilletes
del bloqueo. La “ciberguerra” que Washington le ha declarado a Cuba, un país
que sigue estando escandalosamente incluido en la lista de los “patrocinadores
del terrorismo”, continúa su curso. ¿Cumplirá esta vez Obama con su promesa? ¿Quién
es el que “prohíbe” el acceso a la
Internet en Cuba?

11 Comentarios

  1. Gege Dai
  2. chenlina
  3. 小 Gg
  4. Hua Cai
  5. Zheng junxai5
  6. Anónimo

    Cualquiera que ha vivido en Cuba un tiempo, en especial como periodista, sabe perfectamente que la razón es de Rolando y no de Atilio. El entramado de cables sumbmarinos que pega Atilio en su artículo demuestra a las claras que todos los demás países de América Central y del Caribe, con igual y aún menor nivel de vida que Cuba, como Haití, tienen más acceso a Internet que la isla gobernada por los Castro hace 56 años con mano de hierro. Yo mismo he visto, con mis propios ojos, negar el uso de internet libre a cubanos que ingresaban a un hotel a ese efecto. Si los cubanos no tienen, en general, acceso a Internet, no es por el bloqueo externo sino por el bloqueo interno. Es por el mismo motivo por el que no tienen acceso a la prensa extranjera y a la radio y TV proveniente del exterior, como sí lo tienen absolutamente todos los vecinos de Cuba que puedan pagar un diario, una revista y un aparato de TV o de radio. Atilio, no aclares más que oscurece. No pretendas explicar lo que es exactamente al revés, lo que conoce bien cada persona que ha vivido en Cuba.
    Rolando, en todo caso, te ofrezco cambiar de profesor para que apruebes: en pleno siglo XXI, si en un país no hay una real separación de poderes, elecciones periódicas que impidan la eternización del poder de la misma persona, familia o camarilla política, multipartidismo y respeto irrestricto a los derechos individuales, en ese país hay una dictadura. Por eso Cuba es una dictadura. Además, es militar: su jefe fue el mismo Comandante durante 48 años en los que no hubo elecciones que permitieran al pueblo cubano elegir libremente otras opciones, su presidente actual es un general de cuatro estrellas y los que mandan con él son sus amigos generales (ni siquiera el Partido Comunista), que dirigen, además, todas las empresas importantes de la isla. Una dictadura, militar o no, deja de serlo sólo cuando impera el estado de derecho, cuando los ciudadanos pueden elegir regularmente sus autoridades entre varias opciones políticas y cuando el Estado no reprime sistemáticamente todas y cada una de las libertades individuales contenidas en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 que, además, Cuba suscribió.

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  7. Rolando Rivera

    Estimado Atilio, si me permite ser honestamente prejuicioso, dudo más de la palabra del CEO de Google que de la suya… Bromas aparte, mi experiencia ha sido que, al menos hasta 2013, no había forma de acceder a los servicios de correo electrónico o acceso a bases de datos internacionales en las universidades, salvo unas pocas máquinas habilitadas y que requerían autorización de uso. (Sí se podía en los hoteles.) De hecho, el caso más paradójico lo viví en la Universidad de Ciencias Informáticas, una nueva y excepcionalmente buena universidad instalada en la antigua base soviética a unos kilómetros de La Habana. En esa universidad se forman profesionales de un nivel poco común y aún allí no se tenía acceso directo al exterior. Sin embargo, tal como me confesó uno de los decanos, el poder político aún no comprendía el sentido de internet y que la formación de estudiantes en un área tan estratégica, traía aparejada la formación de los mejores "hackers" capaces de evadir cualquier control.
    Respecto a los cables que esquivan la isla, su apreciación es absolutamente correcta, en mi opinión. El bloqueo es indefendible, es una de las medidas mas cínicamente absurdas de EEUU hacia cualquier país, hecha con un cálculo de política doméstica mezquina. Una prueba de buena fe del gobierno de EEUU en estan negociaciones que se han abierto debería ser ofrecer la mejora en la conexión. Pero no le pidamos peras al olmo. Saludos, Rolando

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  8. FOLLADORDEPROSTIS

    Es cierto que el absurdo embargo a sido nefasto para la economía cubana y que Oppenheimer es uno de los periodistas mas sobrevalorados de todos los tiempos,tiene comentarios interesantes pero no es el gran analista que el se alucina ,pero aun así no se puede negar que Cuba es una dictadura,aunque no militar,xq las dictaduras militares son de derecha y en Cuba la dictadura es comunista,si Cuba no es dictadura como juran los intelectuales de izquierda entonces xq Fidel estuvo 47 años en el poder??? sin hacer elecciones donde pudieran participar mas de 1 partido aparte del PC cubano,es bueno que el embargo a Cuba comience a morir pero Cuba es una dictadura, x mas que los intelectuales de izquierda lo nieguen.

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  9. atilio

    Michael, no entiendo tu comentario. Tienes que ser más claro y, segundo, fundar tus afirmaciones en algo, alguito, de evidencia. Las palabras tienen que guardar alguna relación con las cosas, si es que quieren tener sentido.
    Sobre lo de Rolando: discrepo. Acceso: prueba ingresar al Google Earth o al Skype, sin ir más lejos. Esto lo reconoció el CEO de Google, no Atilio Boron. Segundo, ¿por qué EEUU ha saturado al Caribe de cables submarinos, sorteando cuidadosamente a Cuba? Si Washington dice que Cuba no quiere, por qué no lo demuestran diciéndole: "¡aquí está tu conexión física a internet, como tienen todos los demás!" No lo hace porque no les conviene agrietar el bloqueo por esa vía.

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  10. Rolando Rivera

    Estimado Atilio, creo que hay un aspecto importante a tener en cuenta: no hay libre acceso a internet en Cuba. Los problemas que Ud menciona debido al bloqueo son problemas de velocidad de conexión no de acceso. La internet en Cuba esta atrasada en ese sentido. Pero la isla no tiene tráfico libre de datos desde y hacia el exterior, no hay acceso a prácticamente nada por la via legal. Y lo he vivido mientras he trabajado en universidades cubanas (a las que quiero tan entrañablemente como a Cuba). Esa es una realidad que hay que reconocer si se quiere que lo bueno de la revolución permanezca, la educación entre otras cosas. Y se lo dice un liberal que de castrista no tiene nada pero que trata de no ser necio. Un cordial saludo, Rolando Rivera

    Responder
  11. Michael Madison

    ¿Hegel? Hegel fue un charlatán al que deberíamos hacerle un juicio histórico por instigación al genocidio.

    La sociología y las mal llamadas ciencias políticas jamás dejarán de ser mera opinología con jerga pseudocientífica mientras no se deshagan del lastre del idealismo alemán. Aunque difícil lo veo. La alucinación de las palabras es tenaz como cualquier creencia religiosa, Islam incluido.

    ¡Ah! Cuba es gobernada, hoy por hoy, por una dictadura militar, o miliciana, si nos ponemos entre puntillosos y pedantes. Es lo que tiene no ser de «humanidades»: suele verse un pedacito de realidad.

    Saludos sin acritud.

    Responder

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Sobre el Autor de este Blog

Atilio Alberto Borón (Buenos Aires, 1 de julio de 1943) es un politólogo y sociólogo argentino, doctor en Ciencia Política por la Universidad de Harvard. Actualmente es Director del Centro de Complementación Curricular de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Avellaneda. Es asimismo Profesor Consulto de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires e Investigador del IEALC, el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe.

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