El autor de El Capital decía que el modo de producción capitalista reposa sobre una irresoluble contradicción entre propietarios y no propietarios de los medios de producción. En otras palabras, es una sociedad en la que se libra una brutal puja distributiva entre ricos y pobres; un juego de “suma cero” donde lo que unos ganan lo pierden los otros. Y en el capitalismo mediante la plusvalía y otras argucias los primeros le roban “legalmente” sus ingresos y modestas fortunas a los trabajadores, gracias a lo cual los capitalistas se enriquecen cada día más. Tal como lo informa la Reserva Federal de Estados Unidos (la sociedad ideal según Milei) a finales del 2021, “el 1% de los hogares más ricos de Estados Unidos poseía el 30,9% de la riqueza del país, mientras que el 50% más pobre poseía el 2,6%”. Y a nivel mundial Oxfam reportaba, según una nota publicada en Página/12 el 2 de octubre del corriente año, que el “1% de los multimillonarios acumula más riqueza que el 95% de la población mundial.” Esta es la “buena sociedad” que el profeta de la Casa Rosada nos promete alcanzar en 30 o 40 años de ingentes sacrificios. Datos que, por otra parte, confirman de modo irrefutable que Marx está en lo cierto y que los mentores de Milei –la Escuela Austríaca, los anarcocapitalistas, etcétera– son sólo un grupo de astutos embusteros al servicio del gran capital.
De lo anterior se desprende que su gobierno, presidente, no sólo es malo, irracional, ineficiente porque no promueve ni el crecimiento económico ni la distribución del ingreso. Además es inmoral. No otra cosa puede decirse de quien pese a sus letanías en contrario en los hechos sólo gobierna para los ricos. Sus artes de gobernante se reducen, tal como usted mismo lo dijera, a “agrandar el bolsillo de los ricos” y organizar el despojo en gran escala de los más pobres, sosteniendo este nefasto proyecto con la ayuda de la canalla mediática, la oligarquía local y sus aliados extranjeros y “la embajada”. Colaboran también parlamentarios que venden su voto descaradamente y un Poder Judicial que no tiene la menor curiosidad para saber adónde fueron a parar los tres cargamentos de lingotes de oro llevados al exterior y las razones de tan radical medida. Por eso su gobierno ofrece toda clase de concesiones y privilegios a los grandes propietarios mientras que les niega un mísero -¡increíblemente mísero!- aumento a jubilados y pensionados, reduce el salario real de los trabajadores, provoca la desocupación, funde a las pequeñas y medianas empresas, concentra la riqueza, ahoga financieramente a las universidades públicas, a la investigación científica, al cine nacional y avanza, como un topo enloquecido en la destrucción del estado nacional y todos los dispositivos de protección social que caracterizan a una sociedad civilizada. Sus prejuicios ideológicos seguramente lo ha llevado a desconocer que el gasto público como proporción del PIB en los países del capitalismo avanzado es muy grande, y nada tiene que ver con sus dislates al respecto. Alcanza al 57.0 % en Francia, 48.40 % en Alemania, 44.17 % en el Reino Unido, y el 37.84 % en Argentina, casi igual a la de Estados Unidos. Claro, usted dirá que esos son países aviesamente gobernados por los comunistas, pero tamaño disparate sólo provoca carcajadas o sonrisas sobradoras entre sus amigos del capitalismo desarrollado. Su proyecto de reducir el gasto público, en caso de triunfar, convertirá a nuestro país en la réplica sudamericana de naciones como Afganistán, con un gasto público del 16.89 %, o Camerún, con 17.08, o el de la mayoría de los países más pobres del mundo, con un 80/90 % de sus poblaciones viviendo en la pobreza. Pero sus amigos y los beneficiarios de sus políticas, es decir, el poder detrás del trono, estarán satisfechos porque ingresarán a la lista de las más grandes fortunas compilada por Forbes. Y la pobreza extrema se instalará en la Argentina hasta llegar a proporciones apocalípticas. Eso hasta que el pueblo decida poner fin a este maligno experimento económico que tanto dolor y sufrimiento está causando a nuestro pueblo. Hay signos débiles, pero reales, de que la gente ha comenzado a darse cuenta de que su proyecto es una estafa para el pueblo y que sólo empeorará su situación económica. Y más pronto que tarde podría haber sorpresas.
Hola Atilio: acuerdo en tus puntos de vista pero es importante también que digas algo acerca de cuales serían los lineamientos para hacer los cambios que voy yo consideramos importantes para abordar lis cambios ahora y en el tiempos saludos.
Comparto tu excelente análisis Atilio. Como siempre, admirable!!!
Veo que Ud ya ni siquiera menciona a Cuba por vergüenza como paraiso del socialismo luego de hacerse kirchnerista. Le da vergüenza mencionar a Cuba que ha quedado sepultada en el basurero de la historia. Hasta el Los el BRIC ha rechazado a las dictaduras. Lo que Ud habla solo existe en la imaginación.
Jonathan, ud es tanto o mas ignorante que Milei. Como puede comparar a Cuba con cualquier otro país con políticas de izquierda como China, Rusia, Iran, Corea del Norte??
Ud no sabe (o no entiende) que la isla esta sufriendo de un bloqueo económico de mas de 60 años??
Definitivamente usted es otro de los que en Colombia llamamos «Uribestias», personas que con su ceguera y torpeza, solo siguen los Milei, los Trump, etc
Sin duda es así. Si alguien que votó Milei pertenece a esa casta de la más ricos lo aplaude, yo lo entiendo. Pero si no, vaya pensando en cambiar su percepción sobre la realidad porque ésta se lo llevará puesto más temprano que tarde.
muy bueno, Atilio.
Es real más temprano que tarde habrá sorpresas. Excelente tu análisis
Un auténtico topo marxista: tiene estos principios. Si no nos gustan tiene otros.