Claves para entender el resultado electoral en Venezuela
abril 22, 2013

22.4.2013
¡Hola! Comparto con ustedes unas muy interesantes reflexiones de un gran intelectual venezolano, Luis Britto García, sobre las recientes elecciones en ese país. Hay algunos otros factores que también explican el resultado tan ajustado con el que finalmente se ganó, como lo escribí en uno de mis anteriores posteos. Pero  Luis ofrece algunas otras claves que son realmente muy significativas para una mejor comprensión de lo ocurrido. Iré subiendo nuevos aportes para esta discusión en sucesivas comunicaciones, porque creo que para la izquierda latinoamericana, para los antiimperialistas, es fundamental extraer todas las lecciones posibles de las elecciones del 14 de Abril en Venezuela. Sin autocrítica no tendremos futuro. Recojo algunas de las palabras de Luis, que me parecen muy apropiadas porque calan hondo en lo que debe ser una revolución:
«Siempre digo que revolución sin ideología es piñata ante la cual la gente se arrodilla hasta que se acaban los  caramelos. El problema es cultural. Quizá el proceso debería emplear a fondo a sus intelectuales. Más valen ideas que dádivas. La tarea es formar revolucionarios y no consumistas, culminar una revolución y no competir en una subasta de votos. El bolivarianismo puede recuperar sus contundentes mayorías aceptándolo así y obrando en consecuencia.»

Luis Britto García
¿QUÉ PASÓ EN LAS ELECCIONES VENEZOLANAS?
1
Hace años denuncio que la Comisión y la Corte Interamericana 
de la OEA quieren desconocer  nuestros
tribunales, para  decidir en lugar de  ellos  cuestiones 
relativas a la soberanía de Venezuela, como la legitimidad de las elecciones.
Así, el primero en cuestionar los comicios del 14 de abril es Insulza,
presidente de la OEA, quien exige 
“realizar una auditoría y un recuento completo de la votación» y 
pone “a disposición de Venezuela el equipo de expertos electorales de la OEA». Vale decir,  expertos
extranjeros, y no el Consejo Nacional Electoral, deben declarar quién ganó
nuestras elecciones.
2
Para escoger al  Presidente
de Venezuela también se ofrecen voluntarios el gobierno de Estados Unidos y el
canciller de España, García Maspero, ambos demandando recuento de votos al
sistema electoral que Carter calificó como el
“más perfecto del
mundo”.  Por no contradecirlos, el candidato perdedor reclama asimismo
recuento manual  de votos  y en lugar de exigirlo por  vías de
derecho, convoca  motines que en dos días incendian o destruyen doce 
Centros de Diagnóstico Integral, arrasan cuatro casas del PSUV y varios
mercados solidarios y radios comunitarias,  acosan medios de comunicación
de servicio público y residencias de miembros del Poder Electoral, asesinan a 8
compatriotas –uno de ellos quemado vivo- y dejan 124 heridos. Es una pequeña
muestra de lo que harían si llegaran a tomar al poder. Desaparecerían los
derechos a la atención médica gratuita, a alimentos subsidiados, a la
información alternativa, a la militancia progresista, al sufragio  y a la
vida.
3
La Historia se repite,  los guiones  se remedan. Las
elecciones que dieron el triunfo a Ajmadineyah fueron desconocidas por una
oposición que intentó algaradas y motines para legitimar una intervención
imperialista. Durante las elecciones una agresión informática seguramente
imperial hackea las cuentas de twitter de Nicolás Maduro, del presidente de la AsambleaNacional Diosdado Cabello  y de Teresa
Maniglia, jefa de Prensa de Miraflores, inhabilita la página web del Consejo
Nacional Electoral y fuerza a interrumpir Internet durante  minutos para
impedir la expansión del virus. No son tecnologías al alcance de un
candidato  cuyo promedio académico apenas remonta el diez.
4
¿Tiene la más mínima
sostenibilidad la hipótesis de fraude? La lógica indica que cualquiera
dispuesto a perpetrar una superchería simularía millones de sufragios de
ventaja, y no una modesta mayoría de 
262.473 votos.
Por otra parte, el Consejo Nacional Electoral por su propia cuenta ha recontado
54% de los sufragios sin encontrar irregularidades, proporción más que
suficiente para descartar cualquier infracción. Y si la oposición de todos
modos desconoce al árbitro electoral, también está desconociendo el incremento
de los sufragios del cual se ufana, y los votos que llevaron a sus diputados a la Asamblea, y cerrándose el camino para la
participación en todas las elecciones venideras y para convocar referendos
revocatorios, pues sería contradictorio que se sometiera a una institución a la
cual deslegitima.
5
¿Cómo en sólo seis meses pudo el
bolivarianismo perder 685.794 votos y la oposición neoliberal ganar 679.099?
¿En verdad esos electores detestan que uno de cada tres venezolanos esté
estudiando, y en forma gratuita? ¿Aborrecen  el servicio médico sin costo
de Barrio Adentro? ¿Les amarga que los patronos deban pagarles prestaciones
sociales? ¿Les subleva  que seamos el país más feliz y con menor
desigualdad social en América Latina? ¿Odian tener pensión para su vejez? ¿Les
repugna que la Misión Milagro devuelva la vista? ¿Les duele que el
gobierno construya para los sin techo quinientas viviendas por día? Si tantas
ventajas los molestan, nada les impide  rechazarlas ¿Pero tienen que votar
para que sus compatriotas también las pierdan? ¿Y cuánto tiempo conservará la
oposición estos votos volubles?
6
Mas no son estos logros del bolivarianismo los
culpables de la declinación de sufragios.  Por todo programa, el candidato
opositor se limitó a prometer obsesivamente que mantendría las misiones
sociales del
gobierno, las mismas que sus partidarios incendiaron o demolieron al conocer
los resultados. También  copió meticulosamente los colores, los emblemas,
las consignas, las gorras, las chaquetas, los gallardetes del chavismo. Algo bueno deben de tener para
que los adversarios se disfracen con ellos.
7
¿Qué ha cambiado en esos seis
meses? Examinemos la coyuntura. Perdimos un dirigente incomparable, pero su
obra está ante nosotros exigiendo que la completemos. Arreciaron los sabotajes
eléctricos. Se volvieron sistemáticos los cortes de agua. Pocas semanas antes
de las elecciones hubo una inoportuna devaluación del 47%, y los capitalistas acapararon,
especularon, provocaron desabastecimientos  y dispararon la inflación sin
sufrir sanciones ejemplares.
8
Analicemos las tendencias
constantes. Reconozcamos el desgaste  que aflige a toda obra humana.
Luego, la perduración del
burocratismo matavotos, la eternización de trámites innecesarios y repetitivos,
la proliferación de procedimientos que sólo pueden ser iniciados cn una página
web que no abre nunca, que sólo pueden ser concluidos personalmente y que
engendran gestores y corrupción. Tengamos en cuenta  la incapacidad del  capitalismo de ocupar el 7,6% de desempleo y el
40,9% del
empleo informal. El centenar de periódicos, la centena de televisoras, el
millar y medio largo de radios de la oposición continuó mintiendo,
desinformando, calumniando sin que ninguna medida les pusiera coto.
9
La oposición sembró el pánico
valiéndose de una 
Encuesta Nacional de Victimización y
Percepción de Seguridad Ciudadana 2009
 
del Instituto
Nacional de Estadística, según la cual ese año habrían fallecido 19.133
víctimas de la violencia. Las últimas elecciones enseñaron que las encuestas no
son  confiables. Pero con ésta el especialista en Guerra Sucia J.J.Rendón
y el candidato perdedor insuflaron en el electorado una paranoia que casi se
vuelve victoria. Las autoridades competentes no mostraron datos reales para
desvirtuar esta percepción terrorífica. Tampoco hubo medidas para detener el
paramilitarismo y el sicariato, responsables de más de tres centenares de
asesinatos de dirigentes sociales, y de innumerables crímenes horrendos y sin
sentido que parecerían perpetrados con el exclusivo propósito de difundir la
alarma y el sentimiento de indefensión.  No se hizo valer el hecho de que
las gobernaciones manejadas por la oposición muestran el más alto índice
delictivo. El miedo es un proceso del
cerebro sauriano, que no obedece a la lógica ni atiende a la razón.
10
El  bolivarianismo rescató
de la pobreza  grandes sectores a los cuales los medios  opositores
engañan predicándoles que pueden volverse oligarquía.  Entre los recursos
desesperados de la oposición estuvo una oferta por twitter de un aumento de
salario de 45% y hasta de 50% contra el 40% ofrecido por el gobierno. Poco vale
ese electorado de 5%. Siempre digo que revolución sin ideología es piñata ante
la cual la gente se arrodilla hasta que se acaban los  caramelos. El
problema es cultural. Quizá el proceso debería emplear a fondo a sus
intelectuales. Más valen ideas que dádivas. La tarea es formar revolucionarios
y no consumistas, culminar una revolución y no competir en una subasta de
votos. El bolivarianismo puede recuperar sus contundentes mayorías aceptándolo
así y obrando en consecuencia. Todo tiene remedio, salvo la muerte.

9 Comentarios

  1. Anahí

    No creo que Maduro deba cumplir "niguna promesa" que no haya hecho, mucho menos bajo la extorsión de asesinatos.
    No sé qué tengan que ver Gramsci, mucho menos Schmitt y Laclau en esto, vos sabrás porqué los traés a colación.
    Esto no se trata de una cuestón de "creencias", sino de hechos: hubo una elección, bien monitoreada por observadores internacionales, y hubo un ganador de esas elecciones. El perdedor no se conforma y quiere incendiar el país.
    Lo de la computadora que decís es bien, pero bien, pero bien bien de "mediopelo", y lo más probable es que vos no hayas experimentado los años de dictadura, así que dejo aquí este diálogo menos que inconducente. Chau.

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  2. Anónimo

    Anahí, lo de Venezuela está agotado, cada uno mantiene sus posiciones. Pero insisto: Maduro no cumplió su promesa, que era de recuento total. Punto. Por otro lado, no creo de ninguna manera que Capriles sea responsable de asesinar gente. Que cada uno crea lo que siente o lo que le conviene.
    La crispación, el enfrentamiento permanente, el insulto al adversario, el retaceo de los medios de información y comunicación, todo eso es ajeno a mi universo de ideales. Como lo son Gramsci, Schmitt y Laclau. Lo mío, ya sé, podrá ser "burgués" o "formal", aunque eso es materia opinable. Creo en lo que creo, Anahí, como vos, y no voy a renunciar, como tampoco vos. Así son las cosas. Como vivimos en democracia pluralista, esa tan "formal" y "burguesa", ni vos ni yo somos perseguidos por opinar, tenemos internet libre y foros como este para decir lo que pensamos. En los países que siguen tu modelo ideal, eso es imposible. O vos o yo estaríamos en la cárcel y ni siquiera dispondríamos de una computadora libre y abierta para escribir todo esto. Tendríamos que hacerlo a escondidas.

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  3. Anónimo

    Sí, Sampler, eso es cierto. Pero es parte del juego democrático en países con democracia pluralista, en donde a veces gana la izquierda y a veces la derecha. Pero la izquierda y la derecha democrática, tolerante, participativa. No las otras. La extrema izquierda y la extrema derecha, las más radicales, dogmáticas e intolerantes, ambas nefastas por igual, niegan ese juego democrático y toda posibilidad de alternancia y disenso. Son la Alemania de Hitler, la Italia de Mussolini, la Unión Sovética de Stalin y sus sucesores, la Cuba de Fidel y raúl Castro o la Corea del Norte de Kim Il Sung. Yo estoy con lo primeros, Sampler, y por eso me detestan en este foro. Si formás parte de ellos, lo siento. Yo no voy a renunciar a mis principios, como ellos no renuncian a los suyos. Se puede tener bienestar y justicia social con democracia pluralista, Sampler.

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  4. Anónimo

    Anónimo, Oligarcas son unos pocos, pero estos pocos disponen de los medios suficientes para cautivar las subjetividades de unos cuantos. No siempre lo logran, pero es una realidad. Los medios masivos de comunicación no pertenecen a los trabajadores y no son para nada neutrales. Esto es una obviedad. Defienden interés privados económicos, y a partidos políticos alineados y funcionales al cumplimiento de sus objetivos.

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  5. Anahí

    Por cierto, no necesariamente los que votan "a la oligarquía" son "oligarcas"… tenés una confusioncita por ahí…

    Responder
  6. Anahí

    Anónimo:
    ¿Porqué habrían de auditar el 100% de los votos? ¿acaso ese es el precio que pide el perdedor para dejar de asesinar gente?
    Nueve (9) muertes carga sobre sus espaldas la democrática oposición venezolana.
    En cuanto a Chile, bueno, tengo entendido que en Chile hay 4 millones en condiciones de votar que no votan porque no figuran en el registro…
    Slds.
    pd: Declaración de UNASUR
    http://exwebserv.telesurtv.net/secciones/archivos/ARCH156_87.pdf

    Responder
  7. Anónimo

    Anahí, no fue total el recuento de votos. Y me sigue haciendo gracia (y ruido) eso del "avance de la oligarquía", en otro artículo, que también se predicaba en este blog cuando ganó Piñera en Chile. ¿En qué país del mundo la "oligarquía", que etimológicamente se refiere a unos pocos, alcanza casi el 50 % del electorado de un país como Venezuela, o sea, varios millones. Cuántos oligarcas, ¿no?

    Responder
  8. Anahí

    Lo que LBG también debería decir es que como resultado de estas elecciones ya no se pueden desconocer los más de 7 millones de "votos duros" del chavismo.

    Anónimo: el recuento de votos se hizo, y lo dice claramente el artículo, el poder electoral realizó el recuento del 54% de los sufragios.

    Slds.

    Responder
  9. Anónimo

    Repito, y no me cansaré de hacerlo: si Maduro estaba tranquilo con su triunfo, habría autorizado el recuento de votos, Además lo había prometido. Todo lo demás es cháchara subjetiva de izquierda desesperada.

    Responder

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Sobre el Autor de este Blog

Atilio Alberto Borón (Buenos Aires, 1 de julio de 1943) es un politólogo y sociólogo argentino, doctor en Ciencia Política por la Universidad de Harvard. Actualmente es Director del Centro de Complementación Curricular de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Avellaneda. Es asimismo Profesor Consulto de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires e Investigador del IEALC, el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe.

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