La Nación (23.12.2023) dice que “Sturzenegger adelantó que al Congreso llegará un paquete más ‘grande y sustancioso’ que el DNU … El ideólogo del megadecreto defendió la gestión del presidente Javier Milei y dijo que recién se podrán empezar a bajar impuestos cuando se llegue al superávit fiscal.”
Invito al lector a que lea mi nota publicada en la Revista Acción (accion.coop/opinion/el-mit…) sobre el mito del déficit fiscal. Más antecedentes los aporta un estudio del ISEPCI en el cual se toman los datos del FMI para los 10 años transcurridos entre el 2010 y el 2019 (para neutralizar el efecto de la pandemia y la pos-pandemia. Estos datos demuestran que 89 de los 193 países considerados registraron déficit fiscal en los 10 años bajo estudio, en tanto solo 6 registraron superávit o equilibrio. Ver más en: (isepci.org.ar/apuntes-para-e…) . En otras palabras, el déficit cero o el superávit fiscal son situaciones excepcionales en el capitalismo contemporáneo. Es una de las supersticiones más arraigadas entre los neoliberales.
Por eso entre los países del G20, 8 registraron déficits fiscales durante los diez años del estudio. Entre ellos se incluye Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Japón, Australia, India, Sudáfrica y Argentina.
En el caso de Sudamérica; Chile registro déficit en 8 años, Colombia en 7, Brasil y Bolivia en 6; Paraguay, Perú, Uruguay en 5.
Los países dolarizados; Ecuador registro déficit primario en 9 años y el Salvador en 7 años.
En los países con superávit o equilibrio fiscal en 10 años se incluyen algunos pequeños con escasa información, además de Noruega, Filipinas, Singapur, Nauru, Seychelles.
La propuesta del gobierno de Milei y de su insólito asesor, que no tiene cargo alguno en su gobierno, ratifica una vez más que ambos son contumaces “vendehumos”. La Argentina podría, «fuerza de los cielos» mediante, llegar a tener un superávit fiscal pero al costo de producir un holocausto social de inéditas proporciones y una profunda y prolongada depresión económica. Y aún así, si tal cosa llegara a ocurrir, tampoco podrían cumplir su promesa de bajar impuestos. Promesas mentirosas, destinadas a seguir engañando incautos. Pero, ¿por cuánto tiempo más?
Milei ha lanzado el DNU (Decreto de necesidad y urgencia) con disposiciones claramente inconstitucionales en cuanto a la forma como al fondo, que vulneran derechos sociales adquiridos por los argentinos, así como desregulaciones en materia económica, para consagrar el «rebúscate como puedas» como forma de vida de la nación. Además de lo anterior, ha enviado al Congreso un paquete legal, denominado «ley ómnibus», que legaliza el DNU y pretende, entre otras disposiciones, rematar las empresas estatales y dictar normas para reprimir las esperadas protestas de los ciudadanos. Ante esto, el camino legal muestra 2 instancias para responder a la agresión:
1) El poder judicial: recursos de amparo, impugnando la inconstitucionalidad del DNU. Si eso sucediera, incluso se podría abrir curso a un proceso de juicio político contra Milei, por violar la Constitución. Es muy probable, por sus antecedentes, que esta instancia no declare la referida inconstitucionalidad y que, en el mejor de los casos, le pase la pelota al Congreso, para que se pronuncie al respecto.
2) El Congreso: respecto al DNU, salvo que sea convocado específicamente para el tema, deberá esperar hasta marzo de 2024, en que se abren las sesiones ordinarias, para discutirlo. En cuanto a la «ley ómnibus», ya se ha convocado a sesión extraordinaria para su discusión. Aquí se entrará en los habituales conciliábulos y cubileteos, en los que son expertos los peronistas de derecha y los radicales, para apoyar a gobiernos como los de Macri o Milei, en determinados aspectos de su conveniencia.
Ante este panorama, ¿qué le queda al pueblo argentino, para defender sus derechos? Pues la movilización activa en las calles, para llegar al paro nacional indefinido, y lograr la caída del gobierno vendepatria de extrema derecha. Los dirigentes de las centrales sindicales, al parecer, no tienen ningún apuro y han decidido convocar a un tímido paro de 24 horas, para dentro de 1 mes. Confían en que las aguas se calmen para ese momento. Lo más probable es que las aguas no se calmen, y se vean rebasados por los acontecimientos, y sean removidos de su apoltronamiento.