La batalla decisiva: el gobierno contra el poder
junio 23, 2020

(Por Atilio A. Boron) La cuarentena y el caso Vicentin han exacerbado las ansias revanchistas y desestabilizadoras de la derecha que recurriendo a sus formidables oligopolios mediáticos  -inagotables usinas de desinformación y manipulación de cerebros y corazones- y a su infantería de combate partidario trata de maniatar al gobierno, provocar su parálisis y, ¿por qué no?, su dimisión. Sería una ingenuidad pensar que una ofensiva tan furiosa y tan bien concertada pueda tener otra cosa que no fuese un objetivo de máxima. Suena un tanto exagerado pero la historia argentina enseña que los grupos dominantes rara vez movilizan sus recursos y destinan tanto tiempo y energía si no es por el premio mayor. Aquí lo que está en juego no es una concejalía o una subsecretaría sino lisa y llanamente el pronto retorno a la Casa Rosada.

 

El presidente Alberto Fernández ha sido blanco de un encarnizado ataque, en donde se mezclan insultos personales, descalificaciones y burlas, siguiendo meticulosamente los consejos que Eugene Sharp formulara en el manual de golpes de Estado que redactara para la CIA. [1] Partamos de la base que si alguien abre el buscador de Google con esta frase: “Alberto Fernández dictador” encontrará más de cuatro millones de resultados. Basta con recorrer las primeras páginas para comprobar la gravedad y extensión de tan maligna caracterización. Para el megaempresario Martín Varsavsky  “Alberto tiene «un pequeño dictador escondido», y lo mismo opinan el diputado nacional del radicalismo Alejandro Cacace, el abogado Carlos Maslaton, Elisa Carrió y las lumbreras que acuñaron el término “infectadura”, amén de tantos otras y otros para los cuales el dictador no está oculto sino que se exhibe con toda su prepotencia a plena luz del día. Para combatir a un dictador Sharp aconseja, aparte de muchas otras medidas, “practicar la desobediencia civil, acosar a funcionarios, burlarse de ellos, difundir sátiras que ridiculicen al gobernante, despliegue de banderas y colores simbólicos, gestos groseros, no-cooperación administrativa, etcétera.” Es decir, las medidas e iniciativas que proponen los ideólogos de la “infectadura” y están llevando a cabo los líderes de la “oposición democrática” en las últimas semanas.

 

Al día de hoy el presidente se encuentra objetivamente a la defensiva: el “periodismo de guerra” ejercido por órganos que son cualquier cosa menos periodísticos trabaja a destajo para desacreditarlo y deslegitimarlo ante los ojos de la población. El objetivo: erosionar por completo su autoridad y preparar la siniestra figura del “vacío de poder”, tantas veces utilizada en la historia de Latinoamérica para justificar golpes de Estado. Mientras, la pandemia prosigue su curso y la prolongada cuarentena es cada vez más difícil de sostener. Para las clases y capas populares quedarse en casa no es una opción realista o eficaz, sea por el hacinamiento de sus viviendas y barrios y por la naturaleza de sus medios de vida que las obligan a salir a diario a la calle a conseguir unos pesos. Algunos sectores de las capas medias pueden adaptarse a los rigores de la cuarentena, pero un prolongado encierro en un pequeño departamento para un grupo familiar de cuatro o cinco personas puede tener consecuencias psicológicas y médicas muy graves, aparte de las económicas. En resumen: una situación que puede, pasado tanto tiempo, desquiciar a una sociedad por más  integrada que ésta sea.

 

Para paliar estos efectos se requiere de un Estado potente, dotado de los recursos necesarios para enfrentar en simultáneo un triple desafío: combatir la pandemia en los hospitales, asegurar la efectividad de la cuarentena y hacer llegar a millones de hogares el dinero o los bienes (alimentación, medicamentos, etcétera) necesarios para sobrevivir bajo estas durísimas condiciones. Dinero para quienes están en la informalidad; para los precarizados,o para los que conservaron sus empleos pero se encuentran suspendidos y sólo reciben parte de su salario; dinero para sostener el consumo de lo desocupados y también para las miles de pymes que se encuentran al borde de la bancarrota si es que no cayeron en ella. Y el problema es que las arcas del Estado están exhaustas por el enorme esfuerzo ya hecho en estos meses, agravado por la caída a pique de la recaudación fiscal y por las gravosas secuelas de “la otra pandemia”, la producida por los cuatro años del desastroso gobierno de Cambiemos.

 

Derrotada la pandemia aún quedará en pie tener que lidiar con una crisis económica que todo indica no será de fácil o pronta resolución. En Estados Unidos se extenderá hasta finales del 2021, según lo declarara  Jerome Powell, el Chairman del Federal Reserve Board. Pensar en una inmediata recuperación del nivel de actividad económica en la Argentina es una expresión de deseos más que el resultado de un sobrio análisis de la realidad. Téngase en cuenta que en nuestro país la pandemia difícilmente será controlada antes de Septiembre, y ojalá que no más tarde. Luego, muy lentamente se podrá salir a circular por las calles para comenzar a normalizar la vida económica y las actividades escolares, culturales y recreativas.

La gente querrá trabajar pero cerca de un tercio de las pymes, las grandes dadoras de empleo en la Argentina, habrá cerrado sus puertas, muchas de ellas de forma definitiva. Poner en marcha los motores de la economía requerirá, tanto en Estados Unidos como en la Argentina, una enorme inyección financiera por parte del Estado. Así lo expresó Powell para su país, y no será diferente sino aún más necesario en la Argentina. Sin esta ayuda buena parte de esas pymes habrán desaparecido para siempre. Otras sobrevivirán, pero a condición de que cuenten con una generosa ayuda del gobierno. Y el problema es que no habrá mucho incentivo para producir y contratar trabajadores porque la gente sólo tendrá dinero para adquirir lo más esencial. O sea, una crisis que de modo simultáneo incide por el lado de la oferta y de la demanda.

 

Por lo tanto habrá que contar con extraordinarios recursos financieros para subsidiar a la oferta, a fin de que las empresas reinicien sus actividades; e incentivar la demanda, para que la gente tenga dinero y pueda comprar lo que necesite. Esta fue la exitosa receta de John M. Keynes para combatir a la Gran Depresión de los años treintas. Lo anterior requiere un enorme crecimiento del presupuesto del sector público. ¿Qué hacer? El endeudamiento externo no es opción porque esa fuente está cegada desde finales del gobierno de Mauricio Macri. La emisión incontrolada desataría una peligrosa espiral inflacionaria que en la Argentina acabó con varios gobiernos. Las empresas públicas, pocas, no generan ganancias como para sostener este renovado nivel de gasto público. Entonces, ¿no hay dinero? Sí lo hay, porque en la Argentina como en toda Latinoamérica el problema no es la pobreza sino la riqueza, concentrada en muy pocas manos y fuente inagotable de cuantas dictaduras asolaron a la región. Por eso habrá que hacer que el Congreso apruebe, con la mayor urgencia, una reforma tributaria integral en línea con la que existe en los países europeos o en Corea del Sur donde, por ejemplo, los intereses devengados por los plazos fijos pagan un impuesto que varía según el monto de la rentabilidad entre el 14 y el 25 por ciento mientras que en la Argentina no pagan ni un centavo. Aquí, el impuesto a las Ganancias … ¡lo pagan los asalariados! Por consiguiente, hay mucha tela para cortar en materia impositiva haciendo que las grandes fortunas paguen impuestos como lo harían en otros países, cosa que le aporten al Estado los recursos necesarios para enfrentar un desafío de inéditas proporciones. Si los opositores en el Congreso obstaculizan este plan habrá que extremar los recursos para persuadirlos de que deben acompañar esta iniciativa o hacerse cargo de la catástrofe que se produciría en caso de persistir en su negativa. Obviamente,  lloverán las críticas sobre el gobierno nacional pero mucho peores podrían ser las que caerían si, a causa de la impotencia estatal, los muertos se cuenten por decenas de miles, la desocupación llegue a varios millones, las empresas estén arruinadas y la gente no tenga dinero siquiera para comer.

 

La excepcional gravedad de esta situación obligará al gobierno a hacer lo que este país debió haber hecho hace muchos años. El gravamen extraordinario a la riqueza que al día de hoy, 23 de Junio de 2020,  no tiene “estado parlamentario” deberá ser tratado por la Cámara de Diputados sin más dilaciones. Pero ese “aporte” apenas si servirá para aliviar la situación por un par de meses, siempre y cuando se lo apruebe en las próximas semanas. Porque la ayuda que llega a destiempo no es ayuda. Por cierto esto acrecentará la gritería de los poderes fácticos que no ahorrarán denuncias y urdirán todo tipo de operaciones para desgastar a la “dictadura” de Alberto Fernández. Habrá que hacer oídos sordos al alboroto porque cualquier esfuerzo que se haga por aquietar los fervores del “sicariato mediático” y las tropas de asalto de la derecha sólo servirá para que ambos redoblen su ofensiva. La política del apaciguamiento tiene poquísimas chances de éxito en política. La ensayaron los gobiernos del Reino Unido y Francia en los Acuerdos de Munich de 1938 para atemperar el belicismo de Hitler y sólo sirvieron para enfervorizar aún más su afán de conquista. Y ya sabemos cómo terminó esa historia. Y regresando nuestro país recordemos lo que le ocurrió al gobierno de Raúl Alfonsín, salvajemente atacado también por los mercados y las grandes corporaciones. Tras la renuncia de Juan V. Sourrouille el nuevo Ministro de Economía Juan C. Pugliese trató de calmar los ánimos de las fieras del mercado hablándoles desde el corazón y aquellos le respondieron con la gélida frialdad del bolsillo. Pocos meses después Alfonsín tuvo que terminar anticipadamente su mandato y entregar la banda presidencial a Carlos S. Menem.

 

En una hora tan especial como ésta vale la pena recordar estos antecedentes históricos que demuestran la futilidad de la política del apaciguamiento con quienes libran una guerra contra la “dictadura” albertista. Pero también hay que buscar inspiración en los escritos de uno de los más lúcidos analistas de la política de todos los tiempos. Hablo de Nicolás Maquiavelo, por supuesto. En uno de los pasajes más luminosos de El Príncipe decía que el gobernante “dispone, para defenderse, de dos recursos: la ley y la fuerza. El primero es propio de hombres, y el segundo corresponde esencialmente a los animales. Pero como a menudo no basta el primero es preciso recurrir al segundo. Le es, por ende, indispensable a un príncipe saber hacer buen uso de uno y de otro, ya simultánea o bien sucesivamente.” En la Argentina el poder Ejecutivo no puede crear impuestos porque tal iniciativa es prerrogativa de la Cámara de Diputados. Y como ya dijimos,  ésta no se ha visto particularmente motivada a tomar cartas en el asunto. La parsimonia de una buena parte de sus miembros exhala un inocultable tufillo destituyente. Ante el bloqueo con que tropieza el funcionamiento basado en la ley el gobierno, necesitado de recursos para enfrentar la pandemia y la crisis económica, tendrá que apelar a su único otro recurso: la fuerza. Esto pese a que Alberto Fernández ha dado pruebas de ser el presidente más propenso al diálogo desde la restauración democrática, pero lo cierto es que para que el Estado pueda contar con los recursos que requiere para librar aquellas dos grandes batallas necesita el consentimiento de una oposición que ha dado sobradas muestras de preferir el enfrentamiento y la diatriba a un acuerdo de gobernabilidad.

 

Como anotaba Maquiavelo, el hecho de que un gobernante no pueda, o no lo dejen, gobernar con las leyes no lo exime de su  responsabilidad de garantizar el bienestar público apelando a la fuerza cuando sea indispensable, algo a lo cual el presidente es refractario. Pero por imperio de las circunstancias, “la fortuna”, como decía el florentino, no tiene otras opciones. Esa fuerza propia de los animales encuentra en Maquiavelo una ulterior diferenciación cuando distingue entre zorros y leones. Muchos príncipes, decía, creen que la fuerza del león les posibilitará cortar de un tajo el nudo gordiano que los paraliza. Pero  se equivocan si creen que basta con la fortaleza del león para remover los obstáculos que lo atribulan porque resulta que aquél tiene la fuerza pero carece de la astucia del zorro para eludir las trampas que les tienden sus inescrupulosos enemigos. Tampoco es útil adoptar indefinidamente la táctica favorita del zorro, sagaz para rehuir el enfrentamiento con sus enemigos y sortear todas las celadas, pero llegado el momento de la verdad necesita también él contar con una dosis de fuerza que no tiene. Por consiguiente, el buen gobernante debe saber “ser zorro, para conocer las trampas, y león, para espantar a los lobos.” Arturo Frondizi hizo de las artes del zorro su único recurso de gobierno, y fue derrocado por un golpe militar; Juan Carlos Onganía apeló exclusivamente a la fuerza y fue volteado por una enorme insurrección popular. Otro tanto le ocurrió a Leopoldo F. Galtieri. El buen gobernante, en la imagen de la filosofía política clásica, debe ser como el centauro: mitad caballo y mitad hombre. Tener la fuerza del primero pero guiada por la racionalidad del segundo; es decir, la fuerza del león y la astucia del zorro.

 

¿Cómo se traduce éste consejo en la Argentina de hoy? Creo que del siguiente modo: el gobierno tendrá que hacer valer los poderes concentrados en el Ejecutivo nacional de una república (federal apenas en el nombre) y lograr que los gobernadores de las provincias convenzan a sus diputados de aprobar con la mayor urgencia el proyecto del “aporte” aplicado a las 12.000 fortunas más grandes de la Argentina. No sólo eso: también de que deberán abocarse, sin más dilaciones, para consensuar una reforma tributaria que resuelva permanentemente y no sólo “por única vez” el tema ya señalado por Juan B. Alberdi hace casi dos siglos: la construcción de sólidas bases financieras para un Estado nacional agobiado con responsabilidades crecientes y que, en un futuro inmediato, serán cada vez más gravosas. Para esto el presidente deberá utilizar una cambiante  amalgama de persuasión y coerción, tal como lo han hecho todos los gobiernos del mundo en situaciones parecidas. Recordar que Abraham Lincoln logró los votos que necesitaba para alcanzar los dos tercios necesarios en el Congreso para abolir la esclavitud no precisamente respetando los buenos modales, la “corrección política” o la ética kantiana. Apeló a la fuerza pero combinada con la astucia y el conocimiento que tenía de su gente para lograr el objetivo supremo de su gestión como presidente.

 

Tiempos excepcionales como los que estamos viviendo requieren políticas que se apartan de las normas convencionales. Esta es la visión de un analista político que desea que el gobierno lleve a buen puerto la nave de la Argentina en medio de una “tormenta perfecta” producto de la combinación de pandemia y crisis económica y que es consciente que desde la presidencia la visión de estos asuntos y el diagnóstico de los desafíos podrían ser diferentes. Pero quien esto escribe sabe también que tiene la responsabilidad ética y política de dar a conocer estas opiniones. Callarlas sería un acto de cobardía o de imperdonable deslealtad. Es preferible dar la voz de alerta antes de una posible tragedia y no tener después que lamentarse por su silencio cuando tendría que haber hablado. No caben dudas de que el gobierno está librando una guerra en dos frentes: contra el Covid-19 y contra una oposición destituyente cuya finalidad es poner fin al gobierno del Frente de Todos para acabar con el “populismo” de una vez para siempre. En esto no puede caber engaño alguno y dado que la profunda vocación dialoguista del presidente tropieza con un muro infranqueable llega entonces el turno del león. Y si éste no aparece a tiempo la Argentina se enfrentaría a un escenario peor que el que padeciera en el 2001-2002.  Un león que pueda poner en fuga a la conspiración destituyente tendrá que apoyarse en “la calle”, como los señalara Maquiavelo en varios de sus escritos. La movilización, organización y concientización del campo popular será lo único que terminará empoderando al gobierno para librar un combate decisivo contra el Covid-19 y la reacción de una derecha retrógrada y corrupta que ha hecho de la defensa de una banda de estafadores como el directorio de Vicentin su única propuesta de salida a la crisis. No tiene más nada que ofrecer. Y sería fatal para este país que esa gente regresara a la Casa Rosada.

 

El pueblo es por ahora un coro silencioso, desmovilizado por la cuarentena. Pero llegado el momento puede irrumpir como en sus más gloriosas jornadas y romper el cerco creado en torno al gobierno e impulsarlo a avanzar por aquellas grandes alamedas que evocara Salvador Allende para impulsar las reformas que exigen los retos actuales. Sin esta potencia plebeya que se manifiesta en las calles el gobierno podría sucumbir ante el peso descomunal del poder. Porque, a no confundirse: una cosa es el gobierno y otra muy distinta el poder. Y éste sigue estando en manos de los capitalistas con sus enormes riquezas, sus gigantescas empresas, la protección incondicional de “la embajada”, sus grandes medios de “confusión y manipulación de masas” y una justicia que fue complaciente con la infamia mayúscula de una “mesa judicial” instalada en la Casa Rosada y las operaciones de espionaje a opositores organizada por el muy “democrático y republicano” gobierno de Mauricio Macri. Será una lucha decisiva: el gobierno popular, que tiene los votos y gran parte de la opinión pública, pero que para gobernar necesita tener la calle, contra el poder del establishment, que tiene todo lo demás. No pasará mucho tiempo antes de que conozcamos el veredicto de este enfrentamiento, crucial para el futuro de la Argentina.

 

 

[1] De la Dictadura a la Democracia  (Boston: 1993), pp. 83 y ss.    

 

43 Comentarios

  1. Osvaldo Luis Iturre

    Muy buen análisis y comentarios certeros Atilio! Creo que efectivamente hay que activar todas las fuerzas que apoyan a este proyecto dentro de las limitaciones que nos imponen las restricciones por la cuarentena y veo que hay dos escenarios, el de la calle y el de la comunicación.

    En la calle , y con relación específicamente a Vicentin, estamos limitados en un sitio importantísimo como es el AMBA, pero no ocurre lo mismo en Córdoba ni en Rosario donde hay más libertad de movimiento. Ahí los sindicatos fundamentalmente tienen que encontrar formas creativas de movilizarse en todos los ámbitos de su influencia para demostrar su fuerza y su capacidad de movilización, aunque con restricciones, para arrastrar a estudiantes y capas medias no copadas por la reacción. En los pueblos del interior de Córdoba y Santa Fé donde hay tantos perjudicados tienen que ser organizaciones como la Federación Agraria o Coninagro las que, adecuadamente coordinadas por el ala política mas eficiente del FdT y activadas in situ por los productores más decididos , actúen, aún dentro de las limitaciones ideológicas que tienen, para clarificar a los pequeños y medianos productores y hacerles ver que si no se movilizan en defensa de sus intereses, si no apoyan decididamente la intervención del gobierno a la empresa, van a perder todo en manos de esa banda de estafadores; por pequeña que sea la movilización de productores puede llegar a ser sumamente significativa justamente por su propio origen.

    El de la comunicación tiene que ser una operación de concientización a gran escala y planificada de todo el sector medio de la población del país desde todos los centros de opinión política, Universidades, sindicatos, clubes de barrio organizaciones culturales, organizaciones profesionales, radio y tv pública y privada que comparta los objetivos, foros de discusión, organizaciones pymes, internet, redes sociales y todo espacio de difusión de ideas que se pueda encontrar. Pero tiene que ser grande, con consignas bien claras y precisas, sin palabrerío de relleno, con desafíos a la discusión pública por cualquier medio a los mercenarios de la derecha de todo tipo y pelaje y, eso si, abiertamente organizado, quiere decir, que no se intente siquiera esconder que el motor de toda esa movida se encuentra en el propio gobierno que sale a hacerle frente a la campaña desestabilizadora gorila. Tiene que quedar claro para todos que se está en lucha decidida para garantizar el cumplimiento de las promesas electorales aún en las peores condiciones posibles. La derecha tiene que darse cuenta claramente que ya no va a tener todo el campo orégano.

    Y para terminar, la acción del gobierno tiene que ser, tal como decís, Atilio, potente, la mano no le tiene que temblar en tomar todas las acciones de fuerza institucional a las que esté habilitado dentro de la emergencia que vivimos y tiene que acortar todos los caminos para actuar porque, efectivamente, la derecha viene con todo y por lo tanto la respuesta también tiene que ser con todo.

    Te saludo cordialmente

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  2. Juan Carlos Gallero

    Atilio: Es así. Espero te escuchen sino Alberto será un nuevo Frondizi, Illia, Alfonsin y la historia de repetirá pero con un gran peligro que termine es forma cruenta, como le gusta a la derecha, exterminando a una generación, debemos aprender de la historia

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    • raul

      Muy buen análisis, muy lucido

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  3. Osvaldo Fernández Santos

    Muchas gracias, Atilio. Impecable análisis. Somos muchos los que entendemos que es el momento de confrontar con el poder, y que a medida que pase el tiempo va a ser más difícil.
    Hace unos días escribí un artículo https://lateclaenerevista.com/humanidad-en-riesgo-por-osvaldo-fernandez-santos/ en el cual intento dar cuenta de la producción de subjetividad peligrosa que propicia/fabrica la elite de la clase dominante, y es la fuerza de choque de la derecha y un verdadero riesgo para la humanidad. Un abrazo grande.

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  4. Néstor Gorojovsky

    Poco más se puede decir. Es el momento de encontrar maneras de actuar, ya que en términos generales la descripción de los hechos difícilmente pueda ser más acertada.

    Necesitamos pasar a los hechos. Por ejemplo, transformando la recuperación de Vicentín en una bandera nacional.

    Se ha lanzado un interesante grupo en Facebook llamado «AUTOCONVOCADOS POR EL RESCATE Y LA ARGENTINIZACIÓN DE VICENTIN», en el cual se ha propuesto organizar, aunque sea virtualmente, juntas promotoras locales de agrupamientos destinados a defenderlas.

    Esto puede ser poco practicable en áreas sometidas a cuarentena dura, pero en otras partes no. Sugiero a los interesados acercarse a la página de Facebook «https://www.facebook.com/groups/579336076330401/».

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  5. Pablo Grigera

    Muy buen análisis de AtilioB. El proceso de esmerilamiento de un Gobierno popular que estamos viendo no seria tan sorprendente, dada la historia argenta, sino fuera porque ésta vez la velocidad y escala del despliegue de la derecha parece mucho mayor. En poco tiempo veremos si AlbertoF y su gente buscan el apoyo donde DEBEN buscarlo (CFK ya se lo dijo en público, micrófono en mano en el 2019) o si otra vez sopa. Claro que movilizar a la gente va a implicar superar la trampa de la cuarentena en la que ellos mismos, media oficialista incluidos, se han metido.

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  6. Graciana Vázquez Villanueva

    Atilio, una magma brillante tu análisis. Al leerte recordé «La batalla de Chile», parte 1, 2 y 3. Este proceso preparado, ordenado por las entonces insurrectas oligarquía y burguesía de Chile contra la Unidad popular de Allende, el preparado proceso entre la CIA, Kissinger y los militares chilenos que además de tanques, tenían barcos yankees en las costas de Valparaíso. Esos políticos nacionales o demócratas cristianos que no le permitían aprobar leyes al Compañero Presidente Allende. Y el pueblo resistía y resistió hasta donde pudo. Esa batalla de Chile continúa hoy y vos lo mostrás en tu texto. Gracias

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  7. juan ortega luna

    envío comentario del señor Francisco Mercado sobre el artículo de Atilio Borón. que compartí.

    Francisco Mercado ESCONDE MÁS DE LO QUE DESCUBRE.
    Y éste señor se autodenomina o autodenominan «marxista»?
    Ni una palabra de la usura llamada Deuda Externa. Repito ni una palabra en todo el artículo sobre la espada de Damocles que representa el pago de los intereses de la Deuda Externa, al qué el gobierno «asediado» ya le ha destinado éste año más de 5.000 millones de dólares. Sí 5.000 millones de dólares; y el impuesto timorato a las grandes fortunas del kirchnerismo «duro» como el poncho no aparece.
    Es sublime su idealismo cuando señala qué: » los gobernadores deberían convencer a sus diputados…» para que voten no se sabe que cosa.
    Después de divagar con Maquiavelo sobre la fábula del león y el zorro no se le desprende una sola idea transformadora de ésta realidad agobiante: concentración de todos los recursos sanitarios públicos y privados bajo control de los trabajadores, haber destinado los recursos entregado a los fondos buitres (repito más de 5.000 millones de dólares éste año) a garantizar la cuarentena reforzando partidas al sistema de salud, y a los compatriotas desocupados y vulnerables.
    Se han trampeados solitos con Vincentin, por qué no tienen la voluntad política de expropiar nada, todos son fuegos artificiales, qué en otro momento engañaron a incautos, pero que hoy con la gravedad de la crisis capitalista a nivel global, funciona como fútbol pinchado, imposible jugar un partido y sólo sirve para meter un gol en contra.
    Por último nos dice: » El pueblo por ahora es un coro silencioso desmovilizado por la cuarentena…»
    Bueno, bueno. Primero no tiene relación con el pueblo trabajador y segundo lee La Nación y Clarín.
    Eso sí es un buen socialdemócrata, para decirlo educadamente, lo conlleva ser un diletante académico.

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    • atilio

      Hola Juan, gracias por compartirme las opiniones del señor Francisco Mercado. Es obvio que no conoce NADA de mi obra, lo cual no significa que sea un IGNORANTE, pero lesiona seriamente su argumento. Tambpoco es un hombre que esté acostumbrado a escribir. De serlo sabría que nunca se puede hablar de TODO en cada una de las piezas que uno escribe. Tampoco denuncio en mi texto los crímenes del imperialismo, y ni menciono el tema de la deuda. Además su ofuscación mental lo lleva a ser incapaz de comprender aún las más evidentes ironías, como cuando yo uso la expresión «convencer» para significar que tienen que juntar a esos diputados y decirles tratan y firman ya la nueva legislación para el impuesto a los ricos o ….. Hay cosas que no hace falta decir, y la ironía ayuda mucho a eso. Aparte, sí leo Nación y Clarín porque si no estaría en la siguación de Mercado, que al no conocer a los enemigos habla puras banalidades qye terminan en la afirmación, de que yo soy un buen socialdemócrata. Pobrecito: ignorante y prejuicioso, y envidioso además. Seguramente debe ser uno de los que hacen campaña para que retorne la libertad a Cuba, que denuncian la traición de Fidel a la Revolución y que consideran a la Revolución Bolivariana una traidicón al pueblo de Venezuela. Debe ser uno de esos que lograron completar el curso y se graduaron como «doctores de la revolución y el marxismo» y que jamás hicieron nada por sus pueblos, salvo hablar y descalificar a los demás. Por mi parte, que siga ladrando…. sus críticas me honran.

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      • Dante Barron

        Excelente artículo, desde Perú donde las cosas están terribles con un gobierno títere y sin ninguna muestra de querer enfrentar las causas de las terribles desigualdades en el país. La unidad latinoamericana también debe ser parte de nuestro camino.

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    • Zulema Dalmau

      Me parece que el articulo no habla de la deuda y de todo lo demas que esta respuesta ennumera por el simple hecho de que ese no es el tema a tratar… el tema es la relacion entre el gobierno y el poder factico desestabilizador, no un analisis de los problemas que debe enfrentar el presidente

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      • Daniel Gustavo Ibañez

        Muchas gracias Atilio, espectacular analisis.Ojalá te escuche Alberto y tenga el coraje para avanzar….

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  8. Rómulo

    Creo sinceramente que dadas las actuales condiciones macroeconómicas, la única solución pasa por la emisión concatenada con un férreo control de precios y sus consecuentes Medidas punitivas a los picaros de siempre. El gobierno tiene que demostrar que no le tiembla el brazo al momento de ponerse a la cabeza de la lucha necesaria contra los poderes de siempre alentados por los medios golpistas y los soldados que están listos para pegarle al pueblo trabajador. Espero que esta situación aliente al gobierno a tomar el timón del barco en el momento que se necesita de esa mano experta, popular, y sobre todo dispuesta a jugarse por el pueblo argentino en contra de los tiburones de siempre.

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    • Oscar midley

      Muy buen análisis maestro atilio

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  9. Carlos Flanagan

    Estimado Atilio: soy un atento lector de tus artículos cuyo enfoque comparto totalmente y éste no es la excepción, por cierto. El dilema que planteas para la actual coyuntura argentina, es común para todos los procesos de cambio que hemos vivido desde el 2000 en todo nuestro continente. Ya lo planteaba Rosa Luxemburgo en cuanto a la participación de las masas como única garantía de las revoluciones. Algo por el estilo escribí en mi último artículo en Alainet sobre la OEA y las últimas elecciones en Bolivia https://www.alainet.org/es/articulo/207150.
    Todos los procesos hemos cometido errores similares y así nos ha ido. Lo preocupante es que más allá del discurso sobre «la necesidad de», ningún partido (FA, PT, etc) parece dispuesto a realizar una autocrítica de cara a sus bases. Autocrítica no como flagelación, sino como camino de análisis, rectificación y superación política. En fin, da para reflexionar mucho. Desde Uruguay te envío un fuerte abrazo y queda mi dirección electrónica a tu disposición.

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  10. Gregorio

    Peron pudo gobernar por esa combinación de astucia y fuerza.-A Alberto le tocó un momento en el cual no se puede hacer un llamado al pueblo a colmar las calles, la pandemia lo imposibilita.-Y veo que los dirigentes sindicales están muy tranquilos y cómodos. También veo un entorno débil para la lucha, demasiados buenos modales, y como en la Alemania de 1930 , Hitler subió al poder apoyado por elecciones, es decir , apoyado por la Democracia.-Después hizo añicos la Democracia .Aquellos que pregonan un Alberto dictador, son los que con todas sus armas apoyaran a un dictador en serio.-.-La moneda chilena exhibe una frase acuñada en una de sus caras: «por la razón o por la fuerza»; ¿tendremos que elegir?. HAY QUE LEERLO MUCHO A MAQUIAVELO.- Las definiciones urgen.-

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  11. Moni

    Brillante análisis de Borón , como siempre. Gracias Atilio.

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  12. Lucila

    Excelente Atilio, te leemos siempre, saludos fraternos desde Iquique, norte de Chile.

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  13. Liliana

    Atilio me parece muy verdadero tu analisis.La Patria esta en pelugro.Y lamentablemente seguimos confiando en los resultados electorales y las encuestas , dejando de lado lo principal: la militancia en cada barrio y la movilizacion basada en una educacion politica que debiera existir desde el mismo momento que se constituyó el Frente de Todos.Ahora el tiempo apremia.

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  14. Tomás Pérez Bodria

    Coincido absolutamente con el análisis de Atilio. Y muy particularmente con la cita que realiza de Maquiavelo. Y creo que, además de la imprescindible movilización plebeya tras la cuarentena que refiere como apelación a la fuerza por parte del gobierno, la misma puede y debe ser anticipadamente acompañada por algunas medidas en cuyo favor cabe descontar un gran respaldo popular y que están destinadas a pegar en la línea de flotación del poder del establischment. Considero que las mismas permitirán, además, aliviar el ataque a la cuarentena al diversificarse los frentes de conflicto que deberá atender la derecha argentina. Mencionaré tres, siendo la primera imprescindible para posibilitar el éxito de las restantes. Todas están referidas a sectores institucionales o de la estructura económica que conllevan el mayor desprestigio en la actualidad. La primera es la ampliación de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, de la mano del desprestigio evidente del poder judicial y, especialmente, de su cabeza. Medida imprescindible para impedir la segura frustración por vía judicial de todo intento de equilibrar la lucha por el poder en la que ha primereado claramente el establischment. Las otras dos son la estatización de los servicios públicos, especialmente de las energéticas que saquearon a la población durante el período macrista y lo siguen haciendo y, la otra, la estatización de los depósitos bancarios. Todas medidas que deberán disponerse por vía de DNU, evitando de tal modo la demora ex profeso provocada para su tratamiento por la cámara de diputados. Más allá de la incertidumbre existente sobre la obtención de la mayoría necesaria en ese recinto.
    Y, por último, he de manifestar una discrepancia conceptual con un aspecto de la formulación de Atilio, que conlleva necesariamente la gobierno a la necesidad de acudir al león. Concuerdo con él en que no hay forma de mantener la cuarentena como no sea acudiendo desde el Estado con todo el dinero necesario para que la población la pueda sostener y las empresas no terminen de sucumbir. Pero para ello es imposible pensar en la herramienta impositiva durante la crisis, puesto que constituyendo uno de los supuestos que la Constitución Nacional prohibe ser resueltos por la vía del DNU, se da de bruces con los tiempos que se necesitan para obtener efectividad y, nuevamente, tropezaría con las trabas consabidas en la cámara de diputados. La suerte que viene corriendo Por lo tanto no queda más camino que acudir sin la menor inhibición a la maquinita. Como, de hecho, lo están haciendo la mayoría de los países. Y he aquí mi discrepancia conceptual. Atilio sostiene que extender la emisión en el tiempo desembocará en una explosión inflacionaria. Eso es así sólo si no se ataca la estructura monopólica y oligopólica de los formadores de precios puesto que, según a esta altura bien sabemos que es esa y no la emisión de moneda, la causa de la inflación. Por lo tanto, como parte esencial de esta batalla, ese ataque debe darse también de inmediato, tras la previa ampliación de la Corte para evitar las cortapisas que sobrevendrían en forma de cautelares dispuestas por los más ignotos jueces distribuidos a lo largo del territorio nacional. Se podrá decir que la pelea así planteada es difícil, y es cierto. Pero afrontarla no es una opción para el gobierno y el movimiento nacional y popular. Es la única vía disponible para evitar su desestabilización y, consecuentemente, su caída o cooptación.

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    • atilio

      Buen comentario, agradezco como a todos los demás. Pero cuando decís que «Y he aquí mi discrepancia conceptual. Atilio sostiene que extender la emisión en el tiempo desembocará en una explosión inflacionaria. Eso es así sólo si no se ataca la estructura monopólica y oligopólica de los formadores de precios puesto que, según a esta altura bien sabemos que es esa y no la emisión de moneda, la causa de la inflación» tenés razón pero como NO HAY NINGÚN CONTROL DE PRECIOS, NI PORE EL ESTADO NI POR UNA ESTRUCTURA POPULAR, COMANDOS BARRIALES O LO QUE SEA, LA EMISIÓN INCONTROLADA EN ESTE PAÍS NOS LLEVA A UNA HIPER …. En fin, es para largo. Creo que el gobierno debe ponerse las pilas porque no parece ver que hay una ofensiva destituyente QUE YA ESTÁ EN MARCHA. Abrazos

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      • Esa Logiacco

        Pregunto.Si no se puede cambiar la ley tributaria sin el Congreso. ¿Se puede cobrar una tasaextraordinaria por D N U? Y ¿ Se puede ordenar una expropuacion pir D N U ? ¿ Acaso macri no tomo deuda externa sin consultar al Congreso?

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      • Jorge

        Los pueblos desde el llano y sin liderazgo no tienen el poder que si tienen los destituyentes a los que hay que anular.No veo en el gobierno voluntad de conduccion ni capacidad para el combate que se avecina Tengo la esperanza de que me hagan tragar mis palabras

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    • Ana María Olmedo

      Excelente análisis .Totalmente de acuerdo

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    • Rubén Eduardo Billa

      Excelente artículo. Vicentin y impuesto a las grandes fortunas es la clave. Si nos derrotan en ésas, el futuro será sombrío

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  15. Juan Chaves

    Hola, Atilio. Te digo algunas cosas como crítica constructiva. La primera es que está mal definido el tema del poder. El gobierno, si bien no es el máximo poder social, tiene mucho. Es un poder secundario, subsiguiente al del gran empresariado, que a su vez se basa en el gobierno porque la constitución es liberal, y además la presidencia y el parlamento no son sus únicos componentes, sino que además está la medio mal llamada justicia, que por ahora frenó la expropiación. La segunda es que la reforma tributaria es necesaria pero no va a ser fácil porque requiere de una mayoría especial, a la que el FdT no tiene en la cámara de diputados y quizás no tenga en el senado, por lo que, esta es la tercera, habrá que exigirle bien al pueblo que se politice lo suficiente, ya que, si no lo hace, saldremos perdiendo, y hasta ahora no lo hizo en muchos de sus votos y en algunas de sus manifestaciones callejeras, pero otro tanto sí lo hizo. El pueblo, asalariado en general, tendrá que criticar al periodismo lo necesario, para lo cual es preciso que asuma que está siendo bastante mal informado. Espero que andes bien, dentro de lo posible, y un abrazo. A veces me enojo con vos, con y sin buena razón, pero después me autocritico y se me pasa.

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    • atilio

      Gracias Juan, buenas observaciones pero, insisto: frente a los poderes de la estructura social, económica y política del capitalismo la posición relativa del gobierno es de inferioridad. Si organiza y concientiza al pueblo la cosa puede mejorar. Si no, me temo que el pronóstico será bastante pesimista.

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  16. Pedro

    Excelente y muy jugada apreciación del devenir , coincido totalmente con tu visión y también con la necesaria intervención de la fuerza , no solo en manos del gobierno , sino de cada uno que se siente identificado con él. Es momento de defenderse y una buena defensa a veces es un buen ataque Me duelen los silencios que mencionaste de los allegados y responsables políticos de segunda, tercera línea y del pueblo expectante y paralizado Un abrazo

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    • José Guerrero

      Asimismo es Atilio, ante tanto poder de los enemigos de la PATRIA, a buena no va a conseguir absolutamente nada. Por tanto, el gobierno popular debe aplicar la ley y la fuerza al mismo tiempo porque o sino lo va a comer la bestialidad del capitalismo voraz y salvaje.

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      • Irma Guzmán

        Agregaría a este excelente análisis (no podía ser de otra manera) dos puntos: el poder teme las causas en progreso, por eso actúa. No al presidente. Y lo otro es que la conciencia está en la calle. El pueblo sólo necesita un llamado para levantarse. Sólo preguntemos¿Quien lo va a hacer?

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  17. horacio

    Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Atilio: esto es una síntesis perfecta de la actual situación (argentina, y del resto del planeta Gaia). Si quisiera -o pudiera- agregar algo para mejorarla, sería imposible.

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    • atilio

      gracias horacio, elogios excesivos …. Abrazo

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  18. Carlos D'Amico

    Excelente Atilio, muchas gracias, siempre recuerdo aquello que dijiste y escribiste en uno de tus libros, de que venían por todos los pueblos de América, que empezarían por Venezuela con tácticas similares a las que usaron en la previa del golpe a Salvador Allende. Hoy veo que todo se fue dando, pero ahora en esta doble pandemia, la de la duda y la del virus se da un hecho nuevo, la escasez de recursos de gran parte de los más necesitados y una siempre perturbada clase media, conformada entre empleados y miniempresarios que ante la clausuras de sus ingresos, serán fácil presa del dedo acusador del gobernante

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    • atilio

      Gracias por el comentario. Abrazos

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  19. Leonardo Jury

    Excelente reflexión c la que coincido plenamente. Gracias.

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    • Graciela Ramirez

      Como siempre Atilio, brillante en el diagnóstico y especialmente en las propuestas para evitar que la banda mafiosa de Macri vuelva a gobernar.
      Excelente traer los consejos de Maquiavelo en El Príncipe, habrá que volver a leerlo.
      Hoy sentí escalofríos cuando recibí por WhatsApp un pedido que circula de un comedor infantil en Temperley en el que solicitan ayuda de ropa, leche y alimentos para niños. Es una inmoralidad que en un país tan rico como el nuestro, haya necesidad de acudir a la buena voluntad de las personas para alimentar y dar abrigo a los niños más pobres. En medio de una pandemia y con el frío del invierno. Ojalá te escuchen y sigan tus sabios y nobles consejos.

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      • atilio

        Gracias Graciela, pero lo mío parece estar destinado a predicar en el desierto, aunque hay mucha gente allí como los que me están ahora escribiendo, pero el gobierno parece sordo …. o que no quiere oír porque subestima la furia revanchista que hoy tiene la derecha. Espero se den cuenta antes de que sea demasiado tarde. Besos

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      • Esa Logiacco

        Pregunto.Si no se puede cambiar la ley tributaria sin el Congreso. ¿Se puede cobrar una tasaextraordinaria por D N U? Y ¿ Se puede ordenar una expropuacion pir D N U ? ¿ Acaso macri no tomo deuda externa sin consultar al Congreso?

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      • Raquel Kreichman

        Gracias Atilio, lúcido y claro como siempre. Ojalá te escuché el Presidente, ojalá te escuchen todxs. También entiendo que es ahora o nunca y eso tan solo para doblarle un poquito el brazo al poder fascista, racista, saqueadorporque no creo que se pueda hacer una Revolución total, sino transitar al menos pequeñas emancipaciones de la mano de gobiernos populares con vocación de soberanía y de justicia social. Ojalá sepa el Presidente convocar al pueblo para contar con la fuerza necesario antes que el pueblo se desmadre y sea preso de los lobos como tantas veces.

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  20. Guillermo Gubitosi

    Muy bien Atilio, excelente como siempre. Mis mas sinceras felicitaciones.

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    • Marisa Plástina

      Excelente análisis Atilio Botón.A la vez que ubica la situación sugiere salidas y eso tranquiliza en medio de una realidad tan preocupante.Gracias.

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      • Marisa Plástina

        Atilio Boron.(salvo el error)

        Responder

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Sobre el Autor de este Blog

Atilio Alberto Borón (Buenos Aires, 1 de julio de 1943) es un politólogo y sociólogo argentino, doctor en Ciencia Política por la Universidad de Harvard. Actualmente es Director del Centro de Complementación Curricular de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Avellaneda. Es asimismo Profesor Consulto de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires e Investigador del IEALC, el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe.

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