Con profunda tristeza comparto la noticia del fallecimiento de Franz Hinkelammert, haciendo mías las palabras de Carmen Bohorquez, esa insignie amiga y colega venezolana, cuando escribió que:
“Al reducirse la persona humana al individuo propietario y calculador de sus utilidades, se suprime su otro polo, que es el sujeto, el ser humano como sujeto necesitado, que aunque no desaparezca totalmente será por siempre reprimido… Sólo en las repúblicas que nacen desde abajo, se construye la democracia de gentes. Y es cuando aparece la posibilidad de controlar las burocracias privadas de las empresas transnacionales, y poner la economía al servicio de la vida humana y de la naturaleza… Sólo así será posible la tarea de la realización del bien común. Esa tarea que Marx resumía, al proponer como imperativo categórico el de echar por tierra, todas las relaciones en que el ser humano sea un ser humillado, sojuzgado, abandonado y despreciado.”
Ésta es sólo una entre las miles de verdades incontrastables con las que Franz Hinkelammert alumbró los caminos de la lucha de los pueblos por hacer realidad su derecho a la vida, a la paz y a la realización de su propio proyecto histórico.
Ayer, 16 de julio de 2023, nos dejó este gran sabio y ser humano. Para muchos de nosotros y nosotras, una luz permanente en estos tiempos convulsos; a más de ser un ejemplo de vida, de intelectual verdaderamente comprometido con su tiempo y sus demandas históricas. Y todo ello, sin vanagloria, como ocurre con los verdaderos maestros de la vida.
Quizás, las nuevas generaciones nunca lo entenderán; pero su pérdida profundiza la orfandad en la que la humanidad se encuentra hoy. En su nombre, debemos seguir soñando y trabajando por una humana humanidad.
Una vitalidad energética como la del Maestro Franz Joseph Hinkelamert es una dinámica en constante vibración. Ahí sí, como dice Pablo en su disertación a los Corintios sobre el amor, ese es un címbalo que retañe en la búsqueda permanente de consolidación del imperativo categórico humano, que tan acertada y lúcidamente destaca de K. Marx, aquella Introducción a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel; en La Crítica de la Religión: La crítica de la religión desemboca en la doctrina de que el hombre es la esencia suprema para el hombre y, por consiguiente, en el imperativo categórico de echar por tierra todas las relaciones en que el hombre sea un ser humillado, sojuzgado, abandonado y despreciable.
Qué toda la energía de la madre naturaleza se armonice con la del Maestro Franz Joseph para que quienes con ella nos relacionemos, hallemos o mantengamos el camino armónico con ella y sincronicemos a mantener la aptitud para demoler y superar el abuso dominador y explotador contra quienes se imponen destruyendo y depredando a la vida, a la especie humana y la madre naturaleza.
Un abrazo solidario y fraterno, entre todos a los que en esa energía y vitalidad plenamente humana nos regocijamos y nos reconocemos.
Atílio, onde encontrar mais detalhes sobre a morte desde luminar da Libertação?
Onde será sepultado?
Abraços