Conversación sobre la coyuntura actual de América Latina
junio 23, 2014

Atilio
Borón: «La batalla de Venezuela es nuestro Stalingrado»

Katu
Arkonada
Por: Katu
Arkonada/ Bolivia


KATU ARKONADA: Atilio, ¿de qué manera caracterizas
el momento histórico en el que nos encontramos, en el que parece claro que por
un lado se profundiza la crisis del capitalismo a la vez que se recrudecen las
agresiones imperialistas en todo el mundo?

ATILIO BORON: Considero que el capitalismo enfrenta hoy a su crisis
más aguda de toda la historia. Este es un dato que desgraciadamente no parece
estar en la mente de muchos inclusive dentro de la izquierda, que hablan de una
crisis capitalista comparándola a la recesión que hubo en los años 70, o
incluso los más audaces a la crisis del 29. Pero esta crisis es mucho más grave
que todas las anteriores.

Si uno lee la literatura sobre la crisis del 29 la palabra petróleo no aparece,
la palabra agua no aparece, la expresión cambio climático no aparece. La crisis
del 29 es una crisis mucho más acotada a la esfera económico- financiera. La
actual, en cambio, es una crisis integral que explota por lo financiero pero
que se combina con una crisis del modelo energético, con la crisis climática,
con una crisis del agua, nada de lo cual estaba presente en las crisis
anteriores.

Además tenemos una situación muy crítica en un sistema internacional que había
se había constituido, a partir de la segunda guerra mundial y la post guerra,
como un esquema bipolar. Este se derrumba con la implosión de la Unión
Soviética dando lugar a un momento excepcional de unipolarismo estadounidense
que algunos intelectuales orgánicos del imperio pensaron que duraría un siglo
(de hecho, el think-tank que los nucleaba se llama “El Nuevo Siglo Americano”)
pero que apenas duró unos 10 años. Y de repente tienes por encima de toda esta
gran conmoción económica del capitalismo, un cambio fundamental en las placas
tectónicas del sistema internacional con la aparición de China a punto de
convertirse ya en pocos meses más en la mayor economía del mundo y de una India
que viene avanzando a pasos agigantados siguiendo la misma ruta.

Ante esta emergencia de nuevos actores geopolíticos la respuesta del
capitalismo y las clases dominantes del imperio ha sido simplemente profundizar
las recetas que provocaron esta crisis. De esta manera nos encontramos en una
situación en donde hay condiciones objetivas que permitirían pensar una salida
por la izquierda de la crisis, pero Lenin ya decía que las condiciones
objetivas no bastan por sí solas para producir un desenlace revolucionario; por
lo tanto el gran problema lo encontramos en las condiciones subjetivas. Y ese
problema de la condiciones subjetivas podemos verlo en lo ocurrido en los
últimos días con las elecciones europeas o, sin ir tan lejos, lo que ha pasado
en Colombia en donde la votación de los candidatos del uribismo más el santismo
y los votos del Partido Conservador, suman prácticamente el 80% de un
electorado que ha decidido votar por sus verdugos.

Para resumir: nos encontramos ante la crisis capitalista más grave de toda la
historia del capital, pero una crisis en donde como nunca antes, el retraso en
la maduración de los factores subjetivos ha sido tan importante, y esto
es  lo que impide  vislumbrar una salida por la izquierda de esta
crisis.

KA: Y en las crisis, en los momentos de transición entre lo viejo
que no termina de morir, y lo nuevo que no termina de nacer, surgen los
monstruos…

AB: Sí, fíjate como ha crecido el racismo, el fascismo, el
extremismo de todo tipo, en un contexto internacional sumamente peligroso.

KA: Y ya que hablas de América Latina, como caracterizas este 2014,
¿cómo ves esta segunda mitad de año en la que enfrentaremos procesos electorales
importantes como precisamente la segunda vuelta en Colombia, o las elecciones
presidenciales en Brasil, Bolivia y Uruguay en el mes de octubre?

AB: Con mucha preocupación, incluso lo hemos conversado mucho con
Álvaro García Linera cuando estuvo en Buenos Aires, y evidentemente lo que el
Vicepresidente de Bolivia plantea va en la línea del planteamiento marxista
clásico señalando que las revoluciones nunca siguen un curso lineal y
ascendente. Lo que vemos ahora en América Latina es que consumada la gran
derrota del imperio en Mar del Plata en 2005 se ha producido una especie de
reflujo, o por lo menos una significativa desaceleración del proceso de avance
revolucionario en la región, agravado por la muerte de Hugo Chávez. Esto ha
sido un golpe muy duro porque con su deceso desaparece el gran motor del
proceso emancipatorio y de integración de América Latina. Chávez no era la
única fuerza que impulsaba este proceso, pero sin duda era la más importante.

Me parece que estamos en un momento de estancamiento, lo que no quiere decir
que tal cosa sea irreversible. Pero si te fijas en las alternativas electorales
que se plantean en América Latina, digamos en Colombia, la opción menos mala es
la del ex Ministro de defensa de Uribe Juan Manuel Santos, el de las fosas
comunes y los falsos positivos; mientras que en Uruguay la alternativa es
Tabaré Vázquez, un señor que llamó por teléfono a George W. Bush cuando se
produjo el conflicto por las plantas papeleras para preguntarle si
eventualmente mandaría tropas para enfrentar a la Argentina.

KA: Un Tabaré Vásquez que coqueteaba con la Alianza del Pacifico…

AB: Se acercó a la Alianza del Pacifico que es una estratagema del
imperialismo clara y raspada, como se dice en Venezuela.

En Brasil, a su vez, la continuidad de Dilma plantea las grandes limitaciones
que ha tenido el gobierno del PT, que ha arrojado por la borda su proyecto
originario de los años ochenta. El proyecto fundacional del PT está muerto. Yo
recuerdo siempre una frase de Fernando Henrique Cardoso que fue uno de los más
brillantes profesores que tuve en la década de los sesenta en Chile. Él ofrecía
en la FLACSO un seminario sobre Método de Análisis Marxista, y una de las cosas
que nos decía era que los pueblos prefieren siempre el original a la copia. Y la
verdad contenida en esa afirmación la comprobamos hoy en día en Brasil, Chile o
en otros países del continente, y en Europa ya ni hablemos, en los que ante la
copia de un modelo neoliberal o una propuesta de carácter neoliberal enarbolada
por partidos supuestamente socialistas los pueblos optan por la formación de
derecha más dura; si van a hacer lo mismo, dicen, que la hagan los inventores y
no aquellos que la copiaron. En el caso de Brasil el abandono de las grandes
banderas del PT es un tema realmente muy delicado y que además no ha sido
encarado con seriedad.

A veces veo con gran preocupación gente que habla de posneoliberalismo para
referirse a estos países y en realidad son muy pocos los países que han
transitado por la senda del neoliberalismo y ciertamente no es el caso de
Brasil. Tal vez un poquito la Argentina, donde ha habido  un proceso de
estatización de los fondos de pensión, una recuperación de Aerolíneas
Argentinas y una mayor intervención del Estado en general; pero todavía 
tenemos la rémora del neoliberalismo muy fuerte y extendida por toda la
economía. Las candidaturas que se vislumbran para 2015 en la Argentina no son
más tranquilizadoras que las de Tabaré Vásquez en Uruguay, por lo que nos
encontramos ciertamente ante un escenario muy poco promisorio.

KA: De hecho esos cambios que se están produciendo en el Cono Sur
simbolizan de alguna manera el reflujo que estamos viviendo a nivel
continental, el cambio por ejemplo de un eje Cristina-Mujica, aun con todas sus
limitaciones, a un hipotético eje Scioli–Tabaré.

AB: Por supuesto, es un retroceso muy fuerte. Como respondió una
vez István Mészáros, que aparte de ser un gran filósofo es un hombre con un
agudísimo sentido del humor, cuando se le preguntó, “¿usted cuál cree que será
nuestro futuro: socialismo o barbarie?” y Mészáros respondió: “y bueno,
barbarie si tenemos suerte”. Nosotros podríamos decir, Scioli–Tabaré si no nos
va tan mal, porque del lado argentino de este eje rioplatense, podríamos tener
alternativas inclusive peores. Concretamente hay dos o tres candidatos que son
peor que Scioli, simples mandaderos de la Embajada de Estados Unidos, como
Sergio Massa o Mauricio Macri por ejemplo.

KA: Nos encontramos participando los dos en el Congreso por la
Integración Política Regional que plantea como eje central de discusión
respecto de los procesos el de profundizar para sostener, y sostener para
profundizar; ¿Cuáles serían en tu opinión los avances de los procesos de cambio
en el continente?

AB: En primer lugar debemos trazar una línea fina que separe
procesos como los de Bolivia, Ecuador y Venezuela, de los que están en curso en
el Cono Sur. Estos carecieron de la radicalidad que tuvieron los procesos
bolivarianos donde se produjo una recuperación de los recursos naturales, del
patrimonio petrolero, que no se ha dado en los países del Sur. En Argentina se
suele tomar como ejemplo el caso de YPF, pero esta sigue siendo una Sociedad
Anónima que cotiza en la bolsa de Nueva York y que para el gran emprendimiento
de Vaca Muerta, se crea una subsidiaria con sede en Delaware, Estados Unidos. Y
algo similar sucede con Petrobras en Brasil, pero no es el caso de Bolivia,
Ecuador o Venezuela en donde esta reapropiación de las riquezas naturales antes
en poder del imperialismo asumió una radicalidad desconocida en el Sur del
Continente.

Por eso es debemos subrayar la importancia de los procesos de los países
bolivarianos como yo les llamo, que han logrado avances muy significativos en
ese terreno, y junto con ello progresos muy importantes en materia de
redistribución de ingresos, combate a la pobreza y autonomía frente a los
grandes poderes del sistema internacional. No podemos ignorar tampoco que
Rafael Correa en Ecuador logró que se fueran los estadounidenses de la Base de
Manta, auditó la deuda externa, abandonó el CIADI y desahució el TIAR. Por no
hablar de un Evo Morales expulsando a embajadores de Estados Unidos, USAID y la
DEA, abandonando el CIADI, recuperando el patrimonio nacional y renegociando
los contratos petroleros, es decir, recobrando un grado de soberanía que
nosotros por ejemplo hemos perdido en Argentina, Uruguay, Brasil o Chile.

Lo mismo puede decirse del caso de Venezuela y los grandes avances logrados por
la revolución bolivariana. No es casualidad por tanto que los procesos de
cambio en general, y Venezuela en particular estén en la mira del imperio, y
por eso debemos tener claro que la batalla de Venezuela es nuestro Stalingrado.
Si Venezuela sucumbe ante la brutal contraofensiva de los Estados Unidos, que
trata de aplicar en este país el modelo de “cambio de régimen” puesto en
práctica en Ucrania y antes en Libia, el resto de   los procesos de
cambio en curso en el continente, no importa si muy radicales o muy moderados,
terminará por correr la misma suerte.

KA: Precisamente hay una conexión entre la recuperación de los
recursos naturales y por lo tanto de la soberanía económica y política, y el
recrudecimiento de las agresiones imperialistas…

AB: He publicado en mi blog una noticia importante que salió
publicada en Los Ángeles Times reportando que las estimaciones sobre las cuales
se había basado el supuesto de la independencia energética de los Estados
Unidos se han venido abajo. Estados Unidos lleva tiempo diciendo que tienen
enormes reservas de gas y petróleo no convencional (gas shale) en California,
en la faja de Monterrey. Pero ese periódico acaba de publicar un informe
completo -que fue ratificado después por una agencia especial del Departamento
de Energía estadounidense- constatando que se había producido una tremenda
sobreestimación de esas reservas del orden del 96%. En 2011 habían anunciado
que las mismas eran de 13.700 millones de barriles y las estimaciones actuales
son de 600 millones, que es aproximadamente la cuantía de las reservas
petroleras que tiene Bolivia.

Esta rectificación a la baja va a significar más presión sobre Venezuela y
Brasil, que son los países donde se encuentran los grandes depósitos de
petróleo del continente, y más presión sobre Argentina por el yacimiento no
convencional de Vaca Muerta. No es casualidad que hace pocos días haya visitado
la Argentina el Secretario Adjunto de Energía de los Estados Unidos, Daniel
Poneman, que visitó la zona de Vaca Muerta y suscribió un acuerdo con el
Ministro de Planificación Federal con el objeto fortalecer y profundizar el
intercambio y la cooperación entre ambos países; y ya sabemos lo que significa,
para Washington, la palabrita “cooperación.”

KA: Es claro por tanto que esta presión que van a sufrir los
procesos se convierte en un límite para la profundización de los mismos…

AB: Sin duda, presión que en el caso de Venezuela se traduce en una
campaña de terror que no es sólo mediática en contra la revolución bolivariana.

KA: Hemos repasado algunos de los avances de los proceso de cambio en el
continente, ¿cuáles serían los principales desafíos que enfrentan nuestros
procesos en el futuro inmediato?

AB: El primer desafío más urgente es desarrollar una estrategia
continental adecuada para evitar que Estados Unidos arrase con estos procesos.
Venezuela no se va a poder defender sola, como Ecuador, como Bolivia, como
Brasil; por eso la integración y la unidad son importantes. Por eso Chávez nos
reclamaba unidad, unidad y más unidad.

Y ahí está uno de los grandes problemas, o límites como tú dices, porque el
mapa sociopolítico de América Latina es un mapa muy heterogéneo donde tienes
por un lado gobiernos de izquierda radical que están avanzando, con mayor o
menor intensidad, pero avanzan por una senda de cambios profundos, junto a
gobiernos mucho más moderados; y por otro lado tienes una espina en el Pacífico
sudamericano con gobiernos de una derecha dura, fundamentalmente Colombia y
Perú, y más al norte México. Entonces me parece que la primera cuestión es el
desafío de sostener la unidad, lo cual será muy difícil y a veces obligará a
hacer algunas concesiones.

El segundo de los desafíos es librar una gran batalla en el terreno ideológico
y comunicacional, donde todavía tenemos con falencias muy serias. Nos estamos
oponiendo a un poder mediático inmenso y lo hacemos con armas muy primitivas,
por decirlo suavemente. Estos gobiernos deben ser mucho más efectivos en
comunicar lo que quieren hacer y porque lo que se proponen hacer es lo sensato,
razonable y conveniente para el bienestar de los pueblos. Me parece que tenemos
una gran falla ahí, y los enemigos que tenemos son muy poderosos, con un poder
de fuego mediático fenomenal que influye muy negativamente sobre la conciencia
de nuestros pueblos. Los gobiernos bolivarianos deberían saber explicar que a
veces es necesario hacer algunos sacrificios y que la revolución no siempre
marcha hacia arriba y adelante sino que, como lo decíamos más arriba, a veces
se estanca e incluso retrocede, a veces para tomar impulso. Ninguna revolución
puede realmente avanzar en todos los frentes.

Hay una experiencia en América Latina que es muy clara y sobre la cual es
preciso meditar, la de Salvador Allende con la Unidad Popular en Chile. El
principal error cometido por ese proceso fue comenzar una estrategia donde se
atacaron, prácticamente al unísono, varios frentes. No se puede hacer una
reforma agraria, nacionalizar ITT, pelearte con los gringos que dominaban la
gran minería, hostilizar (con razón) a la Iglesia por su presencia en el
sistema educacional, y encima atacar a los medios, todo ello al mismo tiempo;
no tienes fuerza para ello. Tienes que elaborar una estrategia de prioridades;
primero combato con uno, lo derroto, construyo una nueva alianza y ataco a
otro, y así sucesivamente. Lo que no puedes hacer es atacar a todos al mismo
tiempo. En Venezuela Estados Unidos está provocando a Nicolás Maduro para que
ataque en todos los frentes simultáneamente y el Presidente Maduro no debe
responder a esa provocación porque es una celada que te lleva a la derrota.

En resumen, es necesario enfrentar por tanto el desafío de la unidad
continental, tratar de fortalecer los procesos a cualquier precio, porque eso
le duele a los gringos, como les duele mucho la CELAC, la UNASUR, les duele
hasta el MERCOSUR; es más necesaria que nunca la batalla de ideas que nos decía
Fidel, mejorar el tema mediático; y es fundamental la cuestión de la
organización, organizar el campo popular pues tenemos procesos como Venezuela
donde la cuestión organizativa es muy compleja, aunque afortunadamente tenemos
otros procesos, como Bolivia, con estructuras organizativas de base muy ricas,
que son las que en última instancia van a defender los procesos ante las
agresiones tanto externas como internas. Lo de Bolivia es un logro
extraordinario: formas de organización de los pueblos originarios,
precolombinas, puestas al servicio de un proyecto de construcción socialista.
Pero no en todos los países tenemos un cuadro igual, el problema de
organización en Venezuela, Chávez lo dijo cien veces, es un problema crucial. Y
en su magnífico libro “Antes de que se me olvide”, Alí Rodríguez lo dice con
todas las letras, la debilidad y flaqueza de un partido revolucionario es el
talón de Aquiles del proceso bolivariano.

KA: Continuemos profundizando en el proceso boliviano, ¿Cuál es la
caracterización haces del mismo?

AB: 
De los diferentes procesos de transición, incluyendo la revolución
cubana, Bolivia es uno de los casos más interesantes porque ha demostrado tener
un acertado manejo de la gestión macroeconómica. Esto no es un dato menor para
los procesos de transición. En Cuba ya vemos los problemas que hay, aunque la
desquiciante influencia del bloqueo constituye un obstáculo insalvable. Ya
hemos hablado de Allende y la Unidad Popular en Chile, y lo mismo pasa hoy en
Venezuela, que enfrenta una situación económica tremendamente complicada para
un país que exporta en petróleo unos cien mil millones de dólares por año.
Bolivia y Ecuador han manejado la economía incluso mejor que los países del
Cono Sur como Brasil, Argentina o Uruguay, en donde la gestión macroeconómica
demuestra numerosas deficiencias.
  
Además de la buena gestión económica, Evo ha logrado armar una maquinaria
electoral imbatible y en esto la verdad es que no hay como ganarle, lo mismo
que sucedía con Chávez. Al no haber cómo ganarle la alternativa de la derecha
es el golpismo, sea por la vía de los “golpes suaves” que auspicia Washington o
por la ruta más truculenta ensayada en Libia y Ucrania. Ante este escenario
electoral, de victoria asegurada de Evo, hay que redoblar la vigilancia
revolucionaria porque el imperio atraviesa una situación muy difícil, y en
cualquier momento puede movilizar sus influencias al interior de las Fuerzas
Armadas o la Policía para golpear desde adentro el proceso de cambio boliviano.

KA: Más allá de la buena gestión macroeconómica, ¿cuáles consideras
que son los retos del proceso boliviano respecto de su nuevo modelo económico y
su modelo de desarrollo?

AB: El esquema económico que pueda armar Bolivia para sostener su
proyecto a largo plazo tiene un eje fundamental que es el litio y ahí se
plantea un falso debate en torno al desarrollo y la contraposición entre
sociedad y naturaleza, en donde se postula que para preservar la segunda, la
primera debe renunciar al crecimiento y al bienestar, porque sin crecimiento
económico -¡que no tiene por qué ser capitalista!- no habrá progreso social
posible. Ese planteamiento asume la exterioridad de la sociedad humana en
relación a la naturaleza, lo que es falso. La sociedad es parte de la
naturaleza. Siendo esto así hay que pensar cómo se pueden aprovechar racional y
responsablemente los bienes comunes que ofrece la Madre Tierra. Concretamente,
¿qué va a hacer Bolivia con el litio, que puede llegar a ser en este siglo lo
que el petróleo fue en el pasado? Bolivia dispone de aproximadamente el 80% de
litio del planeta, y por lo tanto tiene incluso una responsabilidad moral de
desarrollar esa industria. Ahora viene un problema, y es que los gobiernos
anteriores no hicieron absolutamente nada para formar técnicos, ingenieros y
especialistas, con lo cual el gobierno boliviano tendrá pocas opciones aparte
de sentarse a negociar, en duros términos, con las transnacionales que manejen
esa tecnología. De lo contrario no va a poder aprovechar esa riqueza enorme que
sería imperdonable terminara siendo desperdiciada, o alienada en provecho de
las multinacionales.

Si creemos que hay que mejorar más las condiciones de vida de nuestros pueblos
y que la gente tiene que tener derecho a tener agua potable, saneamiento
básico, más escuelas y hospitales, amén de una vivienda digna, todo eso implica
más alambre de cobre, hierro, cal, cemento, zinc, petróleo, más energía. En
suma, el Vivir Bien no se puede alcanzar sin una estrategia de crecimiento
económico -¡no lo llamemos desarrollo porque es un término que confunde!- pero
indiscutiblemente la economía boliviana tiene que crecer. Yo he visto con
desesperación en Ecuador como alguna gente plantea la tesis del no crecimiento
y me pregunto cómo vamos a tener crecimiento cero si la población ecuatoriana
está creciendo al 2.5%, lo que significa que en unos treinta años esa población
se duplicará, y requerirá más escuelas, hospitales, viviendas, caminos,
puentes, tendidos eléctricos, cañerías de agua, alcantarillado, etcétera. Por
eso creo que la antinomia pachamamismo vs extractivismo es un falso debate. Lo
que tenemos que ver es cómo se utilizan esos recursos de la naturaleza de
manera responsable, pero evidentemente hay que utilizarlos. Sin ello, y con una
tasa de crecimiento demográfico como la señalada más arriba, el standard de
vida de la población, y sobre todo de los sectores populares, descendería
dramáticamente.

KA: ¿Qué lectura haces de esa otra tensión creativa que es la de
que el proceso boliviano sea un Gobierno de los Movimientos Sociales?

AB: Como decías en la conferencia conjunta que dimos en el Centro
Cultural de la Cooperación, es fundamental la búsqueda de equilibrio. Hay dos
situaciones extremas que es preciso evitar. Una, que con su dinámica
movilizacionista los movimientos terminen por arrollar al Estado, impotente
para contener y canalizar sus aspiraciones. Si eso llegara a ocurrir se pondría
en riesgo la gobernabilidad del proceso, lo que inmediatamente atizaría la
intervención estadounidense para potenciar la desestabilización y, en una
tercera etapa, provocar, en medio de un caos generalizado (y promovido,
organizado y financiado por la Casa Blanca) la caída del gobierno de los
movimientos sociales y el restablecimiento de la dominación burguesa y el
estado neocolonial. La otra situación extrema se constituye cuando el Estado
fagocita a los movimientos sociales, los copta y desmoviliza como ocurriera en
México (que es el caso paradigmático en esta materia) cuando sobre la oleada
revolucionaria se organiza el estado priísta. Se instituye en este caso una
suerte de revolución pasiva que, por otro camino, también termina liquidando a
la revolución.

Por lo tanto se requerirá de la sensibilidad de un estadista y de un líder
popular como Evo Morales para transitar por ese estrecho sendero que sitúa al
proceso revolucionario a salvo de los dos mortales peligros arriba señalados.
Será un gobierno de los movimientos sociales que deberá evitar ser avasallado por
el estallido de demandas estrechamente particularistas e impedir, al mismo
tiempo, que la maquinaria burocrática del Estado asfixie a los movimientos
sociales, que son quienes transmiten la savia vital de la revolución. Su
sofocamiento precipitaría el Termidor del proceso revolucionario y marcaría la
bancarrota del Estado Plurinacional.

21 Comentarios

  1. ahmed

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  2. Anónimo
  3. Mateteag

    Es un placer Don Atilio, siempre encontré en ud. una persona muy respetable y además con la cual comparto afinidad en la apreciación de los aconteceres que se suscitan a lo largo y ancho de Nuestra América y el mundo.

    Quería marcar lo de Tabaré porque creo de ningún modo se puede pensar que su eventual victoria pueda llegar a ser un retroceso, no existe correlación con lo que pueda suceder en Argentina porque la política en Argentina en poco se parece a la de este lado del Plata, ni en actores ni en cultura política.

    Eso sí, lo que está en riesgo en nuestro país, como ud. bien lo marca, es que los partidos tradicionales puedan llegar a dar una sorpresa en los cercanos comicios que se avecinan, ahí si estaríamos hablando de un retroceso, al cual yo me animaría a categorizar de trágico e inentendible dado la prosperidad que ha tenido este país en estos años, más allá de que por lo gral. los gobiernos sufren un natural desgaste.
    Pero el caballito de batalla que han tenido es el tema de la inseguridad, curiosamente en uno de los países más seguros de la región. Pero es tanto lo que atomizan los medios en ese sentido que a la gente le queda la sensación de estar viviendo bajo fuego, amenazados.

    No lo aburro más, Atilio. Solo le mando un abrazo.

    Responder
  4. FOLLADORDEPROSTIS

    Jajajaj Atilio no puede debatir con ideas ,solo descalifica,ese tal Massa fue kircherista o no?? los Kirchner en los 90's acaso no apoyaron a Menem ??? y ahora Menem no es kirchnerista??? los kirchneristas acaso no son tan ladrones como los menemistas de los 90's? xq Atilio no menciona la gigantesca corrupción del gobierno de la MILF Cristina?

    https://www.youtube.com/watch?v=NKUHB2Z3M6U

    ahi esta Kirchner elogiando al "neoliberal pro-yanqui" de Menem ajajja

    para cuando toca el tema el ladronazo de el vice presidente Boudou? las embajadas de Cuba y Venezuela en Buenos Aires no le dan permiso de hablar de eso?

    Responder
  5. Anónimo

    Jajajaja, mi querido profesor. Me encanto el símil del águila y las moscas. Pero lo cierto es que usted no hace más que confirmarse a sí mismo al descalificar a los demás, a los que lo acorralan, en lugar de dar el ejemplo y ARGUMENTAR. Deje ese vicio para sus comentaristas chupamedias, pero usted, profesor universitario de prestigio, posgraduado en el exterior, ¿hace lo mismo que ellos? Qué decepción.

    Lo cierto es que, casualidad o no, recién luego de mi comentario anterior posteó usted en el blog el entredicho con Julio Bárbaro publicado por Clarín.

    Responder
  6. atilio

    Muchas gracias a Matete y a Ernesto, con reflexiones que ayudan a ver la complejidad del problema y para el cual no tengo una respuesta taxativa ni terminante. Son temas a debatir y en donde nadie puede presumir que tiene la verdad. Yo expreso mi parecer, pero estoy abierto a otras interpretaciones. En cuanto a lo que dicen Anónimo y Follador de Prostis me remito a recordar lo que una vez dijera Chávez a propósito de la heroina, para los arriba nombrados, María Corina Machado: "águila no caza moscas".

    Responder
  7. Anónimo

    Follador, también Cuba está en guerra con el Imperio. ¿No sabías? Estos zurdos necesitan inventar, es su estado natural.

    Responder
  8. FOLLADORDEPROSTIS

    jajaja Stalingrado ,pero que comparación tan absurda! acaso algún país a invadido Venezuela? hay tropas yanquis en Venezuela? ese país se hunde en la inflación y desabastecimiento debido a la incompetencia de pajarito Maduro, "Se acercó a la Alianza del Pacifico que es una estratagema del imperialismo clara y raspada",pero si la ADP a anunciado que quiere acercarse al Mercosur! "simples mandaderos de la Embajada de Estados Unidos, como Sergio Massa o Mauricio Macri",tengo entendido que ese tal Massa fue kichnerista,así como el tuerto fue menemista en los 90's,cuando Massa apoyaba a Kirchner ahí no lo acusaban de "mandadero de la embajada yanqui",no? ,con que autoridad moral Atilio tilda a otros de mandaderos de la embajada yanqui,cuando el mismo es 1 mandadero de las embajadas de Cuba y Venezuela en Buenos Aires!! parece que Atilio quiere que Argentina venda a precio de remate o regale el gas de vaca muerta a Cuba,como hace Venezuela con su petróleo.

    Responder
  9. Anónimo

    Me encantó lo que encontré sobre el Sr. Borón por parte de un antiguo amigo suyo, Julio Bárbaro, que lo caracteriza de pies a cabeza y me supera con holgura, a raíz de un viaje que habría hecho recientemente este polémico profesor "marxista" doctorado en Harvard, que siempre comenta lo que le conviene y según como le conviene:

    “En el gobierno de Menem la cosa estaba clara, Borón dialogaba conmigo en televisión y visitaba a Morales Solá cuando era invitado. Como buen marxista ortodoxo se expresa como demócrata cuando está en minoría y te manda derecho a Siberia cuando es dueño del poder”.

    Responder
  10. Anónimo

    Aarte de la cháchara izquierdista de siempre, con términos y fraseología que ya aburren, hay algunas cosas, Atilio, que nunca explicás y que por supuesto, tu interlocutor en esta entrevista tampoco te pregunta (obvio): ¿por qué tenemos estos gobiernos y opciones que tanto te molestan? ¿Por qué se prefilan Scioli en Argentina y Tabaré Vázquez en Uruguay, en lugar de la izquierda pura y dura en ambos países? ¿Por qué los colombianos votan a Santos para dos períodos en Colombia y no a otro candidato más zurdito, como los que te gustan? ¿Por qué lo votaron a Lula dos veces en Brasil y (hasta ahora) una vez a su sucesora Dilma? ¿Por qué nuevamente Bachelet en Chile? ¿Por qué esos pueblos, que pueden elegir libremente, prefieren esas opciones y no otras?

    Por lo demás, a Evo parece irle muy bien en Bolivia, el país crece, no tiene inflación y (todavía) se puede opinar libremente.

    Eso es, Atilio, lo que quizás deberías explicar alguna vez desde la más pura politología.

    Responder
  11. Ernesto

    ¿Qué le parecería la idea de una institucionalidad distinta en el caso boliviano profesor? Existe un debate entre "autonomistas" y "estatalistas". ¿Habrá alguna forma de institucionalidad que logre superar este escollo o bien, existe forma de que se impongan mediaciones sociales públicas pero no estatales, privados sociales y no individuales? ¿Es Bolivia un lugar que permitiría este despliegue político? ¿O sencillamente hay que fortalecer al estado para que pueda hacer frente al embate imperialista? Lo pregunto porque me parece más fuerte un pueblo armado que un ejército con tendencia a la desestabilización. El problema parece ser, en la estrategia del pueblo armado, la gobernabilidad del estado. Pero también es posible gobernar localmente y ahí radica la posible necesidad de una estrategia que cambie la institucionalidad. En fin, espero pueda responder… Me agradó mucho el balance que hace de la región. Saludos desde México!

    Responder
  12. Matete

    Voy a detenerme en la caracterización que se hace de Tabaré Vázquez, que a mi juicio es desafortunada, más allá de lo polémico que pudiera haber sido en torno a aquel episodio, muy desvirtuado, sobre las papeleras. En nuestro país hay un frente político de izquierdas que se llama Frente Amplio, y fueron sus militantes que en elecciones internas lo han escogido por amplia mayoría sobre su compañera Constanza Moreira. Tabaré Vázquez gobernará con el programa del Frente, aquel que ha puesto en muchos sentidos en Uruguay a la vanguardia en cuanto a conquistas sociales y por qué no: económicas. La gestión de Mujica no ha sido otra cosa sino al continuación de una gestión iniciada por Tabaré, pero es ante todo una gestión frenteamplista. Una eventual gestión de Tabaré sería la continuidad y el afianzamiento de los dos gobiernos frenteamplistas que le antecedieron.

    A mediados del año pasado Tabaré estuvo en Cuba presentando un libro propio que también allí se editaría. Estuvo con Fidel y esto es lo que le dijo: “Tabaré, ustedes están haciendo las cosas bien, sigan como van. Hoy pensar en hacer una revolución es de locos, construyan el camino al socialismo, nosotros lo estamos haciendo todavía”.
    Por si están interesados en tenerlo por boca del propio Tabaré se los adjunto en el siguiente link:
    http://www.subrayado.com.uy/Site/noticia/28100/

    Responder

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Sobre el Autor de este Blog

Atilio Alberto Borón (Buenos Aires, 1 de julio de 1943) es un politólogo y sociólogo argentino, doctor en Ciencia Política por la Universidad de Harvard. Actualmente es Director del Centro de Complementación Curricular de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Avellaneda. Es asimismo Profesor Consulto de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires e Investigador del IEALC, el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe.

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