La guerra en Libia y la izquierda latinoamericana
abril 7, 2011
http://albaciudad96.org/wp/2011/03/inician-bombardeos-a-libia/

 Reproducimos a continuación dos notas sobre el espinoso tema de los procesos revolucionarios en curso en el mundo árabe y la actitud de la izquierda latinoamericana. Es un asunto que ha suscitado un importante debate y en donde, lamentablemente, la mayor parte de las intervenciones se originan en Europa y pocas, muy pocas, en esta parte del mundo. Esto tal vez pueda explicarse porque en el caso de la guerra civil en Libia se entrecruzan, en un confuso amasijo, viejas imágenes de Gadafi y su «revolución socialista» de los años setentas, la repulsa que genera la «intervención humanitaria» de EEUU y los países de la Unión Europea, las relaciones existentes entre los gobiernos de izquierda y el régimen libio y otras cuestiones por el estilo. Más allá de los aprietos en que nos coloca la cuestión libia es preciso dar ese debate. Por eso subimos a este blog las notas que publicaran días atrás Santiago Alba Rico (Las revoluciones árabes y la política de bloques ) e Ignacio Ramonet (Libia: lo justo y lo injusto ). Ojalá que esto sirva para promover una discusión importante no sólo por nuestra relación con el mundo árabe y sus masas sublevadas sino también para que la izquierda latinoamericana pueda clarificar sus ideas ante los inéditos desafíos que genera la cambiante correlación de fuerzas en la región geopolíticamente más importante del planeta. Agregamos también, como un aporte más esta discusión, una entrevista que le hiciéramos hace unos pocos días a Pedro Brieger, experto en los temas del mundo árabe. La misma puede ser vista en: http://vimeo.com/22083744
No olvidar que -tal como lo decía en la Argentina de los noventas la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires, ante el asesinato de uno de sus miembros- «la peor opinión es el silencio.»

(Aclaración: Las dos notas están pegadas, de modo que se comienza por la de Alba Rico y a continuación sigue la de Ignacio Ramonet)

Las revoluciones árabes y la política de bloques
Santiago Alba Rico
Ya se trate de falsas repúblicas, teocracias petroleras o monarquías seudoparlamentarias y con independencia del perfil social y económico de las distintas poblaciones, todos las países del mundo árabe comparten -o compartían antes del 14 de enero- un rasgo común: están todos ellos sometidos a dictaduras feroces gestionadas por oligarquías diminutas que reproducen su poder a través de …(clic abajo para continuar)

prácticas mafiosas y represión policial, inductoras en la mayoría de los casos de unos niveles de miseria material y vital ignominiosos. Todos estos gobiernos eran y son aliados de occidente y de sus diversificados intereses en la zona: gas, petróleo, política migratoria, sostenimiento de Israel. Ninguno de ellos constituía un obstáculo en el camino del control imperialista de la región, como lo demuestran las muchas vacilaciones de EEUU y la UE antes de abandonar a Ben Ali en Túnez y a Hosni Moubarak en Egipto. O como lo prueba también el apoyo incondicional a la familia Khalifa en Bahrein, al presidente Saleh en Yemen, al rey Abdalah en Jordania o a Mohamed VI y a Buteflika en Marruecos y Argelia, países éstos últimos donde las protestas han sido reprimidas en embrión ante el silencio generalizado de medios y gobiernos occidentales. Por no hablar, claro, de Arabia Saudí, propiedad de la familia Saud, cuyos soldados están en Bahrein para reprimir las justas demandas de los bahreiníes antes de que lleguen hasta las puertas de su palacio y pongan en peligro las fuentes petrolíferas fundamentales de los EEUU.
El caso de Libia no es una excepción, aunque sin duda complica mucho el asunto y emborrona los análisis, sobre todo en el campo de las izquierdas anti-imperialistas. Gadafi es un dictador no menos siniestro que sus colegas y su pueblo no tiene menos razones para contestar su poder. El 17 de febrero, cuando se produce la matanza de Bengasi, el régimen libio no constituía ninguna amenaza para el imperialismo sino que, al contrario, fungía como un complaciente aliado en la así llamada “guerra contra el terrorismo”, en el “genocidio estructural” -digamos con Hinkelammert- de las políticas migratorias europeas y en el abastecimiento de petróleo y gas a Europa y EEUU a través de contratos millonarios con ENI, Shell, BP o Repsol. Hace años que los occidentales le habían perdonado todas sus extravagancias y crímenes; había sido recibido por Sarkozy, abrazado por Berlusconi, agasajado por Zapatero y elogiado por Condoleeza Rice. Livingstone y Monitors, dos empresas de relaciones públicas estadounidenses, se encargaban de cabildear en su favor para mejorar su imagen en los EEUU. En enero de 2011, por otra parte, apenas un mes antes de la rebelión popular, el Fondo Monetario Internacional, a través de su presidente Dominique Strauss-Kahn, había felicitado a Gadafi y su gobierno por las reformas económicas emprendidas en los últimos años en su país.
¿Por qué intervenir, pues, contra un amigo? ¿Por qué los ataques de la OTAN? ¿No hay ninguna diferencia entre Túnez y Libia? Sí, la hay, pero nada tiene que ver con su composición tribal o con la presencia de Al-Qaida o con la bonanza de su renta per capita. La diferencia es el petróleo. Libia tiene petróleo y Túnez no. Y en un momento de grave crisis energética internacional, agravada por el desastre nuclear japonés, es absolutamente necesario asegurar el acceso al combustible libio.
¿Pero no era ya “nuestro”? ¿No estaba en manos de las compañías internacionales? Así es, y por ello hay que reconocer que la revuelta iniciada el 14 de febrero, en la estela de las de Túnez y Egipto, hizo tan poca gracia a Gadafi como a Francia, Inglaterra, EEUU, Italia o España. Hasta el 25 de febrero los gobiernos occidentales fueron tan ambiguos en su condena de la represión que algunos medios de izquierdas señalaban la hipocresía que representaba “alimentar en Irán protestas que se deslegitiman en Libia y Bahrein”. Berlusconi, por su parte, defendió sin ambigüedad ninguna a su amigo Gadafi, al que le unen tantas cosas. Pero como era difícil sostener públicamente a un dictador tras las revoluciones de Túnez y Egipto y como, por otra parte, los revolucionarios libios avanzaban implacablemente hacia Trípoli -y todo parecía indicar una inminente derrota del régimen- las potencias occidentales se inclinaron, como no podía ser de otro modo, por los virtuales vencedores. Cuando la entrada de armamento argelino y sirio y el reclutamiento de mercenarios volteó inesperadamente la situación militar sobre el terreno, era ya demasiado tarde para cambiar de bando. Había que derrocar a Gadafi por cualquier medio y de manera urgente, pues estaba a punto de asediar y expugnar Bengasi, último refugio de los rebeldes. La campaña de la OTAN, naturalmente, fue preparada y acompañada de una demonización mediática del ex-amigo libio, demonización que, no por ajustarse bastante fielmente a la realidad, resulta menos ignominiosa y deshonesta teniendo en cuenta el objetivo que perseguía.
El problema es que una parte de la izquierda anti-imperialista, e incluso algunos de los gobiernos latinoamericanos a los que habría que haber pedido más sensibilidad frente a una revuelta popular de estas características, han interpretado la intervención y la demonización mediática como criterio infalible para deducir en el espejo, por pura inversión de la fantasía, una realidad muy escurridiza. En lugar de denunciar la intervención militar como una improvisación criminal, fuente de muchas diferencias entre los propios agresores, han extraído conclusiones mecánicas, propias del marco superado de la guerra fría, que obligan a reproducir los mismos dobles raseros y las mismas manipulaciones que reprochamos al enemigo. Si hay intervención -dicen- es que la revuelta no era ni legítima ni justa ni espontánea ni popular; contra todas las evidencias y despreciando el sacrificio de cientos de jóvenes, se decide arbitrariamente, sin mucho conocimiento de la zona, que los pueblos egipcio y tunecino (y quizás el yemení y bahreiní y marroquí) sí tienen derecho a rebelarse, pero el pueblo libio no. Como consecuencia necesaria de este paralogismo mecánico, y frente a la demonización mediática del dictador libio, se llega a la conclusión absurda de que Gadafi es en realidad socialista, anti-imperialista y democrático, un ejemplar líder tercermundista que ha salvado a su pueblo de la pobreza y la superstición, convirtiéndose en un obstáculo para las potencias coloniales. Pero esta contrademonización exige mentir tanto o más, y manipular no menos, que los medios que han preparado la agresión y que tan justamente denunciamos por sus tropelías discursivas. Para oponernos con razón a la intervención de la OTAN, hemos cometido a menudo la doble injusticia de despreciar a un pueblo y de ensalzar a un dictador. Exactamente como han hecho siempre y siguen haciendo los imperialistas y sus medios de comunicación.
La Gran Revuelta Arabe ha puesto y pone sobre todo en dificultades a los imperialistas, cuyos gobiernos amigos en la zona se ven amenazados por las revueltas populares. Todos los dictadores, he dicho, eran aliados suyos. No es verdad. Hay una excepción: Bachar Al-Asad en Siria. El único obstáculo para los planes de la UE, EEUU e Israel en el Magreb y en el Próximo Oriente, era el régimen sirio, del que en cualquier caso pueden decirse las mismas cosas que de todos los demás: ha asfixiado la vida política, social y económica de su población, sobre todo de los más jóvenes. Las revueltas, que comenzaron el 15 de marzo y que han matado ya a al menos 56 personas, son tan legítimas como en cualquier otro país de la región, pero en este caso, al contrario de lo que ocurre con Libia y Gadafi, sí pueden amenazar el delicadísimo equilibrio de Oriente Próximo. Aliado de Irán y de Hizbulah en el Líbano y enemigo por tanto de Israel, son muchas las fuerzas interesadas en desestabilizar y derribar el régimen sirio. ¿Debemos por ello convertir a Al-Assad en un “socialista”, un “humanista” y “un líder revolucionario”? La vieja política de bloques no funciona. Este inesperado impulso democrático del mundo árabe nos ha puesto a todos en aprietos, pero en principio eran los imperialistas los que más tenían que perder. Curiosamente, una parte de la izquierda, la más influyente y poderosa, les ha dejado el camino libre: en lugar de apoyar con su autoridad y prestigio las revueltas populares árabes, se ha dedicado a defender a sus dos tiranos, Gadafi y Al-Assad, mientras la UE y los EEUU abandonaban sabiamente a los suyos para tratar de infiltrar y gestionar los procesos post-revolucionarios en Egipto y Túnez, adueñarse militarmente de la rebelión en Libia y maniobrar selectivamente en Argelia, Marruecos, Jordania, Yemen y Bahrein a fin de amortiguar lo más posible los daños.

www.rebelion.org  6 de Abril de 2011
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Le Monde Diplomatique, Nº: 186   Abril  2011

Libia, lo justo y lo injusto

Ignacio Ramonet

«Todos los pueblos del mundo
que han lidiado por la libertad
han exterminado al fin a sus tiranos
Simón Bolívar
Los insurgentes libios merecen la ayuda de todos los demócratas. El coronel Gadafi es indefendible. La coalición internacional que lo ataca carece de credibilidad. No se construye una democracia con bombas extranjeras. Por ser en parte contradictorias, estas cuatro evidencias nutren cierto malestar, en particular en el seno de las izquierdas, con respecto a la operación Amanecer de la Odisea comenzada el pasado 19 de marzo.
La insurrección de las sociedades árabes constituye el mayor acontecimiento político internacional desde el derrumbe, en Europa, del socialismo autoritario de Estado en 1989. La caída del muro del Miedo en las autocracias árabes es el equivalente contemporáneo de la caída del muro de Berlín. Un auténtico terremoto mundial. Por producirse en el área de mayores reservas de hidrocarburos del planeta, y en el epicentro del «foco perturbador» del mundo (ese «arco de todas las crisis» que va de Pakistán al Sahara Occidental, pasando por Irán, Afganistán, Irak, Líbano, Palestina, Somalia, Sudán, Darfur y Sahel), su onda de expansión modifica toda la geopolítica internacional.
Algo se rompió para siempre en el mundo árabe el pasado 14 de enero. Ese día, manifestantes tunecinos que desde hacía semanas reclamaban en las plazas libertad y democracia, consiguieron derrocar al déspota Ben Alí. Comenzaba el deshielo de las viejas tiranías árabes. Un mes después, en Egipto, corazón de la vida política árabe, un poderoso movimiento de protesta social expulsaba a su vez del poder al  general Mubarak. Entonces, como si de repente descubriesen que los regímenes autoritarios, desde Marruecos hasta Bahréin, fuesen colosos con pies de arena, decenas de miles de ciudadanos árabes se lanzaron a las plazas gritando su hartazgo infinito de los ajustes sociales y de las dictaduras (1).
La fuerza espóntanea de estos vientos de libertad sorprendió a todas las cancillerías del mundo. Cuando comenzaron a soplar sobre las dictaduras aliadas de Occidente (en Túnez, Egipto, Marruecos, Jordania, Arabia Saudí, Bahréin, Irak, Yemen), las grandes capitales occidentales, empezando por Washington, Londres y París, se sumieron en un prudente mutismo, o alternaron declaraciones que revelaban su profundo malestar ante el riesgo de ver desaparecer a sus «amigos dictadores» (2).
Mucho más sorprendente fue, durante esta primera fase (de mediados de diciembre a mediados de febrero), el silencio de los gobiernos progresistas de América Latina, considerados por toda una parte de la izquierda internacional como su principal referente contemporáneo. Sorpresa tanto más grande puesto que estos Gobiernos tienen mucho en común con el movimiento insurreccional árabe: habían llegado al poder mediante las urnas, aupados por poderosos movimientos sociales (en Venezuela, Brasil, Uruguay y Paraguay) que, en varios países (Ecuador, Bolivia, Argentina), después de haber resistido a dictaduras militares, también habían derrocado pacíficamente a gobernantes corruptos.
Inmediata debía de haber sido allí la solidaridad con las insurrecciones árabes, réplicas de sus propios alzamientos cívicos. No lo fue. Y eso que el carácter izquierdista del movimiento no ofrecía dudas. El conocido intelectual egipcio Samir Amin lo describe así: «Las fuerzas principales en movimiento durante los meses de enero y de febrero eran de izquierdas. Demostraron que tenían una resonancia popular gigantesca pues llegaron a movilizar a ¡más de quince millones de manifestantes en todo Egipto! Los jóvenes, los comunistas, fragmentos de las clases medias democráticas constituyeron la columna vertebral de ese movimiento» (3).
A pesar de ello, hubo que esperar al 14 de febrero -o sea tres días después de la caída del odiado Mubarak y un día antes del comienzo de la insurrección popular en Libia- para que, por fin, un líder latinoamericano calificase la rebelión árabe de «revolucionaria» en una declaración que explicaba con lucidez: «Los pueblos no desafían la represión y la muerte, ni permanecen noches enteras protestando con energía, por cuestiones simplemente formales. Lo hacen cuando sus derechos legales y materiales son sacrificados sin piedad a las exigencias insaciables de políticos corruptos y de los círculos nacionales e internacionales que saquean el país» (4).
Pero cuando, naturalmente, esa rebelión se extendió a los Estados autoritarios del mal llamado «socialismo árabe» (Argelia, Libia, Siria), cayó de nuevo un pesado mutismo en las capitales del progresismo latinoamericano. Políticamente podía aún interpretarse de dos maneras: simple prolongación del prudente silencio que hasta entonces, globalmente, habían observado esas cancillerías con respecto a acontecimientos muy alejados de sus principales centros de interés;  o expresión de un malestar político frente al riesgo de perder, en su pulso con el imperialismo, a aliados estratégicos…
Ante el peligro de que triunfase esta segunda opción, varios intelectuales relevantes (5) avisaron de inmediato que ello significaría algo impensable para Gobiernos seguidores del mensaje universal del bolivarianismo. Porque sería afirmar que una relación estratégica entre Estados es más importante que la solidaridad con los pueblos en lucha. Lo cual conduciría, más tarde o más temprano, a cerrar los ojos ante cualquier eventual atrocidad contra los derechos humanos (6). Y en este caso el ideal solidario de la revolución latinoamericana naufragaría en el helado océano de la Realpolitik.
En el tablero de la política internacional, la Realpolitik (definida por Bismarck, el «canciller de hierro» prusiano, en 1862) considera que los países se reducen a sus Estados. Jamás toma en cuenta a sus sociedades. Según ella, los Estados se mueven sólo en función de sus fríos intereses y de sus alianzas estratégicas (cuya finalidad esencial es la preservación del Estado, no la protección de la sociedad). Desde la paz de Westfalia en 1648, la doctrina geopolítica establece que la soberanía de los Estados es intangible en virtud del principio de no-injerencia, y que un Gobierno, sea cual sea el modo en que llegó al poder, tiene total libertad de hacer lo que quiera en sus asuntos internos.
Semejante idea de la soberanía -que sigue siendo dominante- ha visto erosionada su legitimidad desde el final de la Guerra Fría en 1989. Y ello en nombre de los derechos de los ciudadanos, y de una concepción más ética de las relaciones internacionales. Las dictaduras, cuyo número se reduce de año en año, van resultando cada vez más ilegítimas en criterios del derecho internacional. Y moralmente inaceptables porque, entre otros graves abusos, desposeen a las personas de sus atributos de ciudadano.
Basado en este razonamiento, se desarrolló en los años 1990, el concepto de derecho de injerencia o deber de asistencia que condujo, pese a aceptables pretextos de fachada, a desastres político-humanitarios de gran envergadura en Kosovo, Somalia, Bosnia… Y finalmente, bajo la conducción de los neoconservadores estadounidenes, al desastre total de la guerra de Irak (7).
Pero tan trágicos fracasos no han interrumpido la idea de que un mundo más civilizado debe ir abandonando una concepción de la soberanía interna establecida hace casi cuatro siglos en nombre de la cual poderes no elegidos democráticamente han cometido (y cometen) incontables atrocidades contra sus propios pueblos.
En 2006, las Naciones Unidas, en su Resolución 1674, han hecho de la protección de los civiles, incluso contra su propio Gobierno cuando éste usa armas de guerra para reprimir manifestaciones pacíficas, una cuestión fundamental. Que modifica, por primera vez desde el Tratado de Westfalia, -en materia de derecho internacional- la concepción misma de la soberanía interna y del principio de no-injerencia. La Corte Penal Internacional (CPI), creada en 2002, va en idéntico sentido.
Y en ese mismo espíritu, muchos líderes latinoamericanos denunciaron con justa razón la pasividad o la complicidad de grandes potencias democráticas ante los graves crímenes cometidos contra la población civil, entre 1970 y 1990, por las dictaduras militares en Chile, Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y tantos otros países mártires de Centro y Suramérica. 
Por eso sorprendió que, cuando en Libia, a partir del 15 de febrero, empezaron las protestas sociales pacíficas, inmediatamente reprimidas por las fuerzas del coronel Gadafi con desmedida violencia (233 muertos en los primeros días) (8), ningún mensaje de solidaridad con los civiles reprimidos llegase de América Latina. Ni tampoco al estallar, el 20 de febrero, el «Tripolitazo«: cuando unos 40.000 manifestantes denunciaron la carestía de la vida, la degradación de los servicios públicos, las privatizaciones impuestas por el FMI, y la ausencia de libertades.
Igual que durante el «Caracazo» del 27 de febrero de 1989 en Venezuela, esa insurrección tripolitana, retransmitida por decenas de testigos oculares, se extendió como reguero de pólvora por toda la capital, se multiplicaron las barricadas, ardió la sede del Gobierno, las comisarías fueron incendiadas, los locales de la televisión oficial saqueados, el aeropuerto ocupado y el palacio presidencial asediado. El régimen libio empezó a tambalearse.
En semejantes circunstancias, cualquier otro dirigente razonable hubiese entendido que la hora de negociar y de abandonar el poder había llegado (9). No así el coronel Gadafi. A riesgo de sumir a su país en una guerra civil, el «Guía», en el poder desde hace 42 años, explicó que los manifestantes eran «jóvenes a los que Al Qaeda había drogado echándoles píldoras alucinógenas en el Nescafé«… (10).  Y ordenó a las Fuerzas Armadas reprimir las protestas a cañonazos y con fuerza extrema. El canal Al Jazeera mostró los aviones militares ametrallando a los manifestantes civiles (11).
En Bengasi, para defenderse contra la brutalidad de la represión, un grupo de protestatarios asaltó un arsenal de la guarnición local y se apoderó de miles de armas ligeras. Varios destacamentos militares, enviados por Gadafi para sofocar en sangre la protesta, se sumaron, con tanques y pertrechos, a la rebelión. En condiciones muy desfavorables para los insurrectos, empezaba la guerra civil. Un conflicto impuesto por Gadafi contra un pueblo que estaba pidiendo pacíficamente el cambio.
Hasta ese momento, las capitales de la América Latina progresista siguen silenciosas. Ni una palabra de solidaridad, ni tan siquiera de compasión con los rebeldes civiles que luchan y mueren por la libertad.
Hasta que, el 21 de febrero, en un intento de alejar cualquier acusación contra ella, la diplomacia británica -cuya responsabilidad es central en la rehabilitación del coronel Gadafi a partir de 2004 en la escena internacional- por la voz del ministro de Exteriores William Hague, anuncia que el líder libio «podría haber huido de su país y estar dirigiéndose a Venezuela» (12).
Es falso. Y Caracas lo desmiente rotundamente. Pero los medios de comunicación internacionales muerden el cebo, y ponen de inmediato los focos sobre la conexión que el Foreign Office ha sugerido. Minimizando los ostentosos recibimientos del dictador libio en Roma, Londres, París o Madrid, la prensa mundial insiste en las relaciones del «Guía» con Caracas.  El propio Gadafi cae en la celada y también menciona a Venezuela en su primer discurso desde el comienzo de las protestas. Lo hace para negar su huida a ese país, pero ello da pie a nuevas especulaciones sobre el «eje Trípoli-Caracas«. Gadafi añade: «Los manifestantes son ratas, drogados, un complot de extranjeros, de norteamericanos, de Al Qaeda y de locos» (13).
Esta perezosa jácara del «complot norteamericano» es retomada como argumento por varios dirigentes progresistas suramericanos –Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, entre otros–, para expresar ahora, cada uno a su modo, una clara solidaridad con el dictador libio (14) bajo los sufridos pretextos de que la «situación es confusa«, que los «medios de comunicación mienten» y que «nadie sabe quiénes son los rebeldes«.
Ni una frase de compunción hacia un pueblo sublevado contra un tirano militar que manda disparar contra sus propios ciudadanos. Ninguna alusión tampoco a la famosa sentencia del Libertador Simón Bolívar: «Maldito sea el soldado que vuelve las armas contra su pueblo«, doctrina fundamental del bolivarianismo.
La inmensidad del error político sobrecoge. Una vez más, unos gobiernos progresistas conceden prioridad, en materia de relaciones internacionales, a cínicas consideraciones estratégicas que se hallan en perfecta contradicción con su propia naturaleza política. ¿Les conducirá ese razonamiento a expresar también su apoyo a otro infrecuentable tiranillo local, Bachar El Asad, presidente de Siria, un país que vive bajo estado de alarma desde 1962 y cuyas fuerzas de represión tampoco han dudado en disparar con fuego real contra pacíficos manifestantes desarmados?
En lo que respecta a Libia, la única iniciativa latinoamericana positiva, fue la del presidente de Venezuela Hugo Chávez quien propuso, el 1 de marzo, el envío a Trípoli de una Comisión internacional de mediación constituida por representantes de países del Sur y del Norte para tratar de poner fin a las hostilidades y negociar un acuerdo político entre las partes. Rechazada por Seif el Islam, el hijo del «Guía», pero aceptada por Gadafi, esta importante tentativa de mediación será torpemente descartada por Washington, París, Londres y los propios insurgentes libios.
A partir de ahí, las cancillerías progresistas suramericanas van a insistir en su apoyo a un perfecto iluminado. Hace, en efecto, decenios que Muamar el Gadafi dejó de ser aquel capitán revolucionario que, en 1969, derrocó a la monarquía, expulsó de su país las bases militares estadounidenses y proclamó una singular «República árabe y socialista».
Desde el final de los años 1970, su errática trayectoria y sus delirios ideológicos (véase su disparatado Libro Verde) lo han convertido en un dictador imprevisible, tornadizo y jactancioso. Semejante a aquellos tiranos locos que América Latina conoció en el siglo XIX con el nombre de «caudillos bárbaros» (15). Ejemplos de sus trastornos: la expedición militar de 3.000 hombres que lanzó, en 1978, en auxilio del sanguinario Idi Amín Dadá, otro demente presidente de Uganda… O su afición a un juego erótico con chicas menores llamado «bunga bunga» que le enseñó a su socio italiano Silvio Berlusconi… (16).
Gadafi jamás se ha sometido a ninguna elección. En torno a su imagen ha establecido un culto de la personalidad que linda con el endiosamiento. En la «masocracia» (Jamahiriya) libia no existe ningún partido político, sólo hay «comités revolucionarios». Habiéndose autoproclamado «Guía» vitalicio de su país, el dictador se considera por encima de las leyes. En cambio, el vínculo familiar es, según él, fuente de Derecho. Basado en ello, por antojo, nombró a sus hijos para los puestos de mayor responsabilidad del Estado y los de mayor rentabilidad en los negocios.
Tras la (ilegal) invasión de Irak en 2003, temiendo ser el siguiente de la lista, Gadafi se arrodilló ante Washington, firmó acuerdos con la Administración de Bush, erradicó sus armas de destrucción masiva e indemnizó a las víctimas de sus atentados terroristas. Para complacer a los «neocons» estadounidenses se erigió en un perseguidor de Osama Ben Laden y de la red Al Qaeda. Estableció también acuerdos con la Unión Europea para convertirse en cancerbero retribuido de los emigrantes africanos. Pidió ingresar en el FMI (17), creó zonas especiales de libre comercio, cedió los yacimientos de hidrocarburos a las grandes transnacionales occidentales y eliminó los subsidios a los productos alimenticios de primera necesidad. Inició el proceso de privatización de la economía, lo que provocó un importante aumento del desempleo y agravó las desigualdades.
 El «Guía» protestó contra el derrocamiento del dictador tunecino Ben Alí a quien consideraba como «el mejor gobernante de la historia de Túnez». En materia de inhumanidad, sus fechorías son incontables. Desde su apoyo a conocidas organizaciones terroristas hasta su demostrada participación en atentados contra aviones civiles, pasando por su encarnizamiento contra cinco inocentes enfermeras búlgaras torturadas durante años en prisión, o el fusilamiento sin juicio, en la siniestra cárcel Abú Salim de Trípoli, en 1996, de un millar de prisioneros originarios de Bengasi (18).
La actual revuelta empezó precisamente en esa ciudad cuando, el 15 de febrero, las familias de estos fusilados, animadas por las protestas en los países árabes, se echaron a la calle para exigir pacíficamente la liberación del abogado Fathy Terbil quien, desde hace quince años, defiende el derecho a recuperar los cuerpos de sus parientes ejecutados (19). Las imágenes mostrando la brutalidad de la represión de esta manifestación –difundidas por las redes sociales y el canal Al Jazeera– escandalizaron a la población. Al día siguiente, las protestas se habían ampliado masivamente y extendido a otras ciudades. Sólo en Bengasi, 35 personas fueron asesinadas por la policía y las milicias gadafistas (20).
Tan alto grado de ensañamiento contra la población civil (21) hizo legítimamente temer, a mediados de marzo, cuando las huestes gadafistas empezaron a cercar Bengasi, que se cometiese un baño de sangre. En un discurso dirigido a «las ratas» de esa ciudad, el «Guía» dejó muy claras sus intenciones: «Llegamos esta noche. Empezad a prepararos. Os iremos a sacar del fondo de vuestros armarios. No habrá piedad» (22).
En ayuda de los asediados libios, que reclamaban a gritos ayuda internacional (23), deberían haber acudido en primer lugar los pueblos recientemente liberados de Túnez y Egipto. Era su responsabilidad principal. Pero lamentablemente los Gobiernos de estos dos países no supieron estar a la altura de las circunstancias históricas.
En ese contexto de urgencia, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó, el 17 de marzo, la resolución 1973 que establece un régimen de exclusión aérea en Libia con el fin de proteger a la población civil y hacer cesar las hostilidades (24). La Liga Árabe había dado su acuerdo preliminar. Y, cosa excepcional, la resolución fue presentada por un Estado árabe: el Líbano (además de Francia y Reino Unido). Ni China, ni Rusia, que disponen de derecho de veto, se opusieron. Brasil y la India tampoco votaron en contra. Varios países africanos se pronunciaron a favor: Sudáfrica (la patria de Mandela), Nigeria y Gabón. Ningún Estado se opuso.
Se puede estar en contra de la estructura actual de Naciones Unidas, o estimar que su funcionamiento deja mucho que desear. O que las potencias occidentales dominan esa organización. Son críticas aceptables. Pero, por ahora, la ONU constituye la única fuente de derecho internacional. En ese sentido, y contrariamente a las guerras de Kosovo o de Irak que nunca tuvieron el aval de la ONU, la intervención actual en Libia es legal, según el derecho internacional; legítima, según los principios de la solidaridad entre demócratas; y deseable, para la fraternidad internacionalista que une a los pueblos en lucha por su libertad.
Se podría añadir que potencias musulmanas reticentes en un primer momento como Turquía han acabado por participar en la operación.
Se podría recordar también que si Gadafi, como era su intención, hubiese anegado en sangre la insurrección popular, habría enviado una señal de vía libre a los demás tiranos de la región. Alentándolos de ese modo a aplastar ellos también, sin miramientos, las protestas locales. Basta con observar que, en cuanto las tropas de Gadafi se aproximaron a sangre y fuego en medio de la pasividad internacional a Bengasi, los regímenes de Bahréin y de Yemen no dudaron ya en disparar con fuego real contra los manifestantes pacíficos. No lo habían hecho hasta entonces. Pero apostaron a su vez por el inmovilismo internacional.
La Unión Europea, en particular, tiene una responsabilidad específica en este asunto. No sólo militar. Es menester pensar en la próxima etapa de consolidación de las nuevas democracias que van a ir surgiendo en esta región tan vecina. Apoyar la «primavera árabe» supone asimismo el lanzamiento de un verdadero «Plan Marshall», o sea, una ayuda económica masiva «semejante a la que se ofreció a Europa del Este después de la caída del muro de Berlín» (25).
¿Significa todo esto que la operación Amanecer de la Odisea no plantea problemas? En absoluto. En primer lugar, porque los Estados u Organizaciones que la capitanean (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, OTAN) son los «sospechosos habituales» implicados en múltiples aventuras guerreras sin la mínima cobertura legal, legítima o humanitaria. Aunque esta vez los objetivos de solidaridad democrática parecen más evidentes que los nexos con la seguridad nacional de Estados Unidos, cabe preguntarse ¿desde cuándo les ha importado a estas potencias la democracia en Libia? Por ello carecen de credibilidad.
Segundo: existen otras injusticias en esta misma región -el sufrimiento palestino, la intervención militar saudí en Bahréin contra la indefensa mayoría chií, la desproporcionada brutalidad de los Gobiernos de Yemen y de Siria…- ante las cuales las mismas potencias que atacan a Gadafi hacen la vista gorda dando prueba de una doble moral.
Tercero: el objetivo debe ser el que fija la resolución 1973, y sólo ése: ni invasión terrestre, ni víctimas civiles. La ONU no ha dado licencia para derrocar a Gadafi, aunque bien parece que ese sea el objetivo final (e ilegal) de la operación. En ningún caso esta intervención debe servir de precedente para otras aventuras guerreras contra Estados situados en el punto de mira de las potencias occidentales dominantes.
Cuarto: la historia enseña (y el caso de Afganistán lo demuestra) que es más fácil entrar en una guerra que salir de ella. Y quinto: el olor a petróleo de toda esta operación apesta.  
Los pueblos árabes están sin duda sopesando lo justo y lo injusto de la actual intervención militar en Libia. En su gran mayoría apoyan a los insurgentes (aunque se siga sin saber bien quiénes son y aunque se sospeche que varios elementos indeseables figuran en el actual Consejo Nacional de Transición). Por el momento, hasta finales de marzo, en ninguna capital árabe se han producido manifestaciones de rechazo a la operación. Al contrario, como estimuladas por ella, nuevas protestas contra las autocracias se intensificaron en Marruecos, Yemen, Bahréin… Y sobre todo en Siria.
Obtenida la zona de exclusión aérea y a salvo ya la población civil de Bengasi, las dos principales exigencias de la Resolución 1973 estaban cumplidas a finales de marzo. Aunque otras demandas no lo estaban aún (el cese el fuego por parte de las fuerzas gadafistas, y la garantía por éstas de acceso seguro a la ayuda humanitaria internacional), a partir de ese momento los bombardeos debieron cesar. Tanto más cuanto la OTAN, que no ha recibido mandato internacional para ello, ha asumido el 31 de marzo el liderazgo militar de la ofensiva. La Resolución tampoco autoriza a armar, entrenar y dirigir militarmente a los rebeldes. Porque ello supone un mínimo de fuerzas extranjeras («comandos especiales») presentes en el suelo libio, lo cual está explícitamente excluido por la resolución 1973 del Consejo de Seguridad.
Es urgente que los miembros de ese Consejo de la ONU vuelvan ahora a consultarse; que se tenga en cuenta la posición de China, Rusia, la India y Brasil para imponer un alto el fuego inmediato y buscar una salida no militar al drama libio.
Una solución que tome en cuenta también la iniciativa de la Unión Africana, garantice la integridad territorial de Libia, impida toda invasión terrestre de fuerzas extranjeras, preserve las riquezas del subsuelo contra la rapacidad de algunas potencias foráneas, ponga fin a la tiranía, y reafirme la aspiración a la libertad y a la democracia de los ciudadanos.
En Libia, sólo una salida política negociada por todas las partes será justa.
(1) Léase Ignacio Ramonet, “Cinco causas de la insurrección árabe”, Le Monde diplomatique en español, marzo de 2011.
(2) Léase Ignacio Ramonet, «Túnez, Egipto, Marruecos, esas dictaduras amigas«, www.monde-diplomatique.es/
(3) Christophe Ventura, «Entrevista con Samir Amin», Mémoire des luttes, París, 29 de marzo de 2011.
(4) Fidel Castro, «La Rebelión Revolucionaria en Egipto», Granma, La Habana, 14 de febrero de 2011.
(5) Léase, por ejemplo, Santiago Alba y Alma Allende, «Del mundo árabe a América Latina», Rebelión, 24 de febrero de 2011; y Atilio Borón, «No abandonar a los pueblos árabes», Página 12, Buenos Aires, 7 de marzo de 2011.
(6) Error que ya cometió dos veces la revolución cubana cuando apoyó la intervención militar del Pacto de Varsovia en Praga para aplastar la insurrección popular checoslovaca en agosto de 1968, y cuando aprobó la invasión de Afganistán por la Unión Soviética en diciembre de 1979.
(7) Léase Ignacio Ramonet, Irak, historia de un desastre, Debate, Madrid, 2005.
(8) Agencia Reuters, 21 de febrero de 2011.(9) En América Latina, ante protestas populares de gran envergadura, varios presidentes (elegidos democráticamente) se resignaron a renunciar a su cargo. Tres de ellos en Ecuador: Abdalá Bucarán, «por incapacidad mental», en  1997; Jamil Mahuad, en 2000; y Lucio Gutiérrez, en 2002. Dos en Bolivia: Gonzalo Sánchez de Lozada, en 2003; y Carlos Mesa, en 2005. Uno en Perú, Alberto Fujimori, en 2000. Y otro en Argentina, Fernando de la Rúa, en 2001.
(10) El País, Madrid, 24 de marzo de 2011.(11) The Guardian, Londres, 21 de febrero de 2011.
(12) Agencia AFP, 21 de febrero de 2011.(13) www.rue89.com/2011/02/22/kadhafi-je-suis-a-tripoli-pas-au-venezuela-191416
(14) El más antiimperialista de los líderes árabes, Hassan Nasrallah, secretario general del Hezbolá libanés, ha declarado que es «irracional» decir que las revoluciones árabes, y singularmente la libia (que cuenta también con el apoyo de Irán), fueron preparadas en cocinas estadounidenses. Discurso del Hassan Nasrallah, 19 de marzo de 2011.
http://www.rebelion.org/mostrar.php?tipo=5&id=&inicio=0
(15) Alcides Arguedas, Los Caudillos bárbaros, editorial Vda L. Tasso, Barcelona, 1929. Léase también Max Daireaux, Melgarejo, Editorial Andina, Buenos Aires, 1966.
(16) Cf. Quentin Girard, «Toi vouloir faire bunga-bunga?», Slate, París, 12 de noviembre  de 2010. http://www.slate.fr/story/30061/bunga-bunga-berlusconi

(17) Léase «Le Rapport du FMI qui félicite la Libye», in Mémoire des luttes, París, 11 de marzo de 2011. http://www.medelu.org/spip.php?article761
(18) Léase, Brian May, «Informe sobre Libia», Amnistía Internacional, Londres, 27 de mayo de 2010.
http://www.amnesty.be/doc/communiques-et-publications/Les-rapports-annuels/Le-rapport-annuel-2010/Moyen-Orient-et-Afrique-du-nord,2038/article/libye-16281
(19) Cf. Evan Hill, «The day the Katiba fell», Al Jazeera English, 2 de marzo de 2011.
http://english.aljazeera.net/indepth/spotlight/libya/2011/03/20113175840189620.html
(20) Ibid.
(21) Estos y otros crímenes han conducido al fiscal jefe de la Corte Penal Internacional, el argentino Luis Moreno Ocampo, a abrir una investigación contra Muamar el Gadafi, acusado de «crímenes contra la humanidad» por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

(22) Agencia AFP, 17 de marzo de 2011.
(23) Léase Khaled Al-Dakhil, «Pourquoi tant d’hésitations?», Al-Hayat, Londres (reproducido por Courrier Internacional, París, 17 de marzo de 2011).
(24) http://www.un.org/spanish/docs/sc/
(25) Nouriel Roubini, «Un plan Marshall pour le printemps arabe», Les Échos, París, 21 de marzo de 2011.

49 Comentarios

  1. Anónimo
  2. Anónimo

    POR QUE NO EVOLUCIONA LA RAZA HUMANA

    POR TRES PECADOS TERRENALES

    -Una piedra llamada diamante.
    -Un metal llamado oro.
    -Un papel llamado dinero.

    Las palabras Diamante, Oro, y Dinero = Falsedad, Envidia, Codicia, Egoísmo, Fantasía, Hipocresía, Creencias, Poder y Guerras.

    Aquí esta mi conocimiento para vuestra inteligencia

    -Nacemos con el cerebro en blanco
    -Funciona con las primeras sensaciones de la mano

    La inteligencia del ser en su mano está

    Mano= inteligencia divina, automática, autónoma,
    Intuitiva y creativa.

    -Con un cuerpo cuidado a la perfección,
    Automáticamente e intuitivamente, etc.

    -Cada movimiento de mano es pura
    Matemática e inteligencia.

    -Con tu pensamiento puedes coger lo que quieras, cuanto quieras, y el tiempo que quieras, pero acuérdate de cerrarla.
    Eso es inteligencia.

    Cuando no piensas funciona sola.

    -Nacemos con manos inteligentes y un cuerpo perfecto, nosotros lo hacemos deteriorar por falta de conocimientos hacia nosotros mismos.

    -Humanos adora tus manos, son todos tus sentidos, tu pasado, tu presente y tu destino

    Ten presente que:

    El humilde es sabio, y en inteligencia es superior al que no es humilde.
    Crea la dulzura en ti, y alcanzaras maravillas en el universo.

    COMO DESARROLLAR LA MÁXIMA INTELIGENCIA EN EL MÍNIMO TIEMPO

    MOTO SCOOTER CONDUCCION INTELIGENTE

    Necesario:

    -Las tres primeras paradas hacer lo máximo para frenar lo mínimo y suave posible.

    -Ya estas en tu moto, tu eres el profesor y tu eres el alumno.

    -En la sensibilidad de tu mano esta tú inteligencia.

    -Conseguirás tus máximos conocimientos en el mínimo tiempo.

    Hace 40 años la mano del hombre invento el vehiculo de su futuro, la primera scooter.

    Hoy la tenéis en vuestra mano, y lo mejor vuestra inteligencia.

    La Perfección existe, no lo dudéis.

    Que la Paz, el Amor y la Caridad, Reine un vuestro destino.

    ENFERMEDADES MENTALES

    LOS MEDICAMENTOS SUS EFECTOS Y CONSECUENCIAS

    Cada pastilla tomada es una orden al cerebro.

    PENSAMIENTO INCOHERENTE

    Me tomo esta pastilla para no tener mi enfermedad mental.

    Consecuencias:

    Si dejas el medicamento automáticamente te viene tu enfermedad mental.

    Es la orden que tiene tu cerebro.

    PENSAMIENTO INTELIGENTE

    Me tomo esta pastilla porque me ayuda a relajarme y trabaja mejor mi inteligencia.

    Máxima relajación igual a Máxima inteligencia.

    Cuando se le rebaja o elimina el medicamento ese cerebro no vuelve a tener esa. Enfermedad mental.

    El cerebro funciona con las sensaciones de la mano.

    Y la mano con tu pensamiento.

    Atentamente
    Joaquín 53 años

    Responder
  3. Santiago Nahuel Ibarra

    Gracias MAJU por este encuentro, y más allá de las diferencias, lo encuentro satisfactorio.

    Responder
  4. Maju

    "… si bien no eres tú el responsable de los crímenes coloniales, si eres un directo beneficiario de ellos".

    Esto es otra cosa: beneficio sin responsabilidad (o al menos sin culpa – ya que no creo deseable evadirse de la responsabilidad que todos los seres humanos tenemos) me parece más razonable.

    Ahora, los españoles no tienen ni salario social: son unos pringuis y en general vienen muy duras. Ha habido un espejismo de unos 20 ó 30 años en que la OTAN ha repartido migajas a la periferia europea pero eso se acabó. Van a coger conciencia de clase por narices porque les están dando con una pala en los morros todos los días.

    Pero supongo que no se aprende en dos días, y menos después de tanto descerebre como ha habido.

    "auqnue díficilmente pueda aproximarme desde una posición no marxista y siendo un escéptico de aquello de la "revolución socialista mundial"".

    El Marxismo es primeramente un análisis del Capitalismo: cómo surge, cuáles son sus procesos, a dónde va. Es sólo a partir de este análisis que se quiere científico (y que sin duda lo es más que toda la "ciencia" económica que se enseña en las universidades: mera doctrina monolítica pseudocientífica). Uno no necesita ser revolucionario para analizar el Capitalismo "a la Marx", basta con estar dotado de un espíritu crítico, analítico, científico. De hecho a veces se dice que los únicos "Marxistas" que quedan son los grandes capitalistas (no es cierto pero tiene su punto de ironía).

    "díficilmente los gobiernos latinoamericanos actuales promuevan abiertamente las virtudes del neoliberalismo"…

    El neoliberalismo es suicida incluso en el Centro. Luego mucho más en la Periferia.

    "… considero que es injusto cuestionar a estos gobiernos progresistas ("bonapartistas", podrás decir) que abren un mundo de posibilidades de avance".

    No creo que que se pueda definir a los gobiernos "progresistas" de América Latina de "bonapartistas". Bonapartismo sería Gadafi o El Assad o incluso Mubarak si me apuras, algo mucho más autoritario que lo que hay en América Latina ahora, al menos del lado de la izquierda. Bonapartista puede ser incluso Sarkozy o Berlusconi… desde luego Putin.

    En cualquier caso yo respeto los procesos y la autonomía de América Latina, sobre todo en la medida en que son procesos democráticos y (con todas sus carencias) muy refrescantes. Si he hecho críticas las he hecho a la defensiva, aunque si que creo que los gobiernos del bloque de "izquierda moderada" del Mercosur se quedan muy pero que muy cortos respecto al potencial que tenían y en ese sentido son un poco traidores con respecto a sus propias bases (esto es especialmente cierto en Brasil).

    Pero bueno, tampoco quiero pedirle peras al olmo…

    Responder
  5. Santiago Nahuel Ibarra

    Lo de "ciudadano imperial español" viene de algo simple: perteneces al Centro y, si bien no eres tú el responsable de los crímenes coloniales, si eres un directo beneficiario de ellos. Los problemas del separatismo europeo, en tal sentido me resbalan, pues los secesionistas tampoco han demostrado un compromiso con las naciones oprimidas de la periferia. (Igualmente, ya sabés, soy Ibarra, así que buena suerte)

    Bien, parece que podemos aproximarnos un poco más, auqnue díficilmente pueda aproximarme desde una posición no marxista y siendo un escéptico de aquello de la "revolución socialista mundial". Sin embargo, considero que la expansión de los procesos políticos en América latina es una realidad y, salvo excepciones como Perú y Chile, díficilmente los gobiernos latinoamericanos actuales promuevan abiertamente las virtudes del neoliberalismo (por lo menos al modo que lo hace Vargas Llosa). Si bien no puede hablarse de un socialismo, hay un fuerte panamericanismo que va creando una mentalidad colectiva (contraria al "salvése quién pueda!" noventista) que, por el momento, pareciera favorecer un proyecto de unidad y justicia social inédito. Por lo tanto, y perdona si me he propasado, considero que es injusto cuestionar a estos gobiernos progresistas ("bonapartistas", podrás decir) que abren un mundo de posibilidades de avance.

    Responder
  6. Maju

    "Los obreros españoles tendrán su conciencia de clase"…

    No. Los obreros españoles carecen, por lo general, de conciencia de clase alguna. No nos equivoquemos. Pero eso no les hace menos obreros en términos objetivos.

    La clase no es electiva (conciencia) sino un imperativo socioeconómico (explotas o te explotan, posees capital o sirves al capital poseído por otros). Si se puede elegir (movilidad de clase) es sólo a través de métodos objetivos como acumulación capitalista privada, generalmente por medio del robo, el engaño y la explotación salvaje de otros menos agresivos, más humanos.

    "… los movimientos piqueteros, que hablan de una riqueza histórica y de un coraje civil que un ciudadano imperial español como usted parece desconocer".

    No lo conozco en profundidad pero lo conozco. Amigos míos estuvieron presentes en este movimiento al final de los 90, cuando aquí se apagaba una llama otra se encendía allá – y estos eran como polillas. No seré yo quien critique a los piqueteros, pero no creo que Cristina Fernández fuera parte de eso… aunque sea un producto indirecto.

    Sin duda fue un proceso revolucionario de cierta envergadura pero no creo que se pueda decir que triunfó. No pasa nada: es así: un proceso agita las aguas, crea bases nuevas, referentes que otro utilizará. No todas las revoluciones son victoriosas, y a veces los triunfos son derrotas de todas maneras.

    "En definitiva, ciudadano imperial del Reino de España, tu militancia ha sido pobre para cambiar la tradición de rapacidad de tu nación".

    Eso se lo dices a un español, gracias. Nosotros votamos no a la OTAN, nosotros, con sólo el 5% de la población del estado, aportamos el 50% de los insumisos al ejército, nosotros ejecutamos a Carrero Blanco y paramos la central nuclear de Lemoiz, nosotros hemos incluso entrado ilegalmente en la sede de la OTAN en Bruselas – cosa que nadie jamás había hecho antes – y salido de rositas.

    Si hay un pueblo que lucha en Europa ese es el pueblo vasco. Si los europeos hicieran como nosotros, Europa sería mucho mejor – sin duda.

    Por supuesto que siempre se puede hacer más… pero también menos. Y es demasiado fácil hacer menos – incluso no hacer nada.

    Además, por mucha militancia que tengas, no está en la mano de nadie el mover al pueblo. Ojalá que fuera de otra manera pero las cosas no son así. El pueblo no es un ser inanimado y sin voluntad que se activa con un abracadabra y se para con otro. No.

    "Yo, como argentino y con culpa, me hago cargo de la maldita Triple Alianza contra el Paraguay, el genocidio de gauchos y pueblos originarios, pero tú nos encandilas con tu juicio marxista sin responder a los vejámenes de tus predecesores y tú responsabilidad como miembro de una nación que blande el cetro de la destrucción sobre humanidades vulnerables e inocentes".

    Pues yo creo que la culpa para los cristianos (y judíos y musulmanes). Los ateos/agnósticos/panteístas no tenemos culpa, sólo responsabilidad positiva. Yo no soy responsable de lo que hicieron otros. Y sólo soy responsable de mi propia vida, de mis propios actos.

    La culpa esa se la llevas al Papa de Roma para que se la meta por donde le quepa.

    Responder
  7. Maju

    Que conste que yo no soy español sino vasco, "español" sólo a la fuerza. No tengo porque hacer una crítica de un país que ni siquiera es el mío sino potencia imperialista extranjera. Porque antes ya de que Colón arribara al Caribe los Castellanos nos invadieron a nosotros para conseguir nuestros puertos (por los que exportar lana a Flandes) y el vino de La Rioja.

    Me sería en verdad muy fácil hacer una crítica destructiva de los pueblos español y francés pero no creo que ir en plan destructivo (a no ser que vayas en serio con armas nucleares y no meras palabras) lleve a ninguna parte.

    Además elementos del pueblo vasco han participado en el imperialismo europeo de la mano de París y Madrid. Eso es un hecho incuestionable. No habría Bolívar ni Che si no fuera por eso, tampoco habría Uribe ni Iturbide. La historia es así: contradictoria, contrahecha y fea. El que piense que su pueblo es sólo un colmado de virtudes se equivoca. Y esto se aplica a cualquier pueblo.

    Pero atribuir los crímenes colonialistas de Lope de Aguirre (si los tuvo, que no lo tengo muy claro) a al Agirre anónimo que trabaja hoy en una ferretería en Oñati es una gilipollez. Lo mismo que lo sería atribuírselos al Aguirre que quizá pica piedra en Callao o cruza la frontera de Arizona clandestinamente por el desierto.

    El pasado no es el presente aunque lo construya. Y yo no soy mis antepasados ni debo pleitesía a sus valores. Mal estaríamos si así fuera.

    "… invadir un país es una opción en libertad".

    Yo no lo veo así. No se hacen referendums para avalar las guerras. Hoy día ya ni se consulta al parlamento por lo que parece. El pueblo catalán (económicamente "privilegiado" pero políticamente oprimido) se levantó contra el imperialismo español en Marruecos en 1909. En que medida se puede culpar al pueblo catalán del imperialismo español en este momento concreto? No se puede.

    En general los sistemas electorales y las motivaciones de los votantes son interiores y no implican ninguna autorización para invadir a nadie. Muchos seguramente votan al PSOE o PSF porque en su circunscripción es la opción realista menos mala. Otros simplemente ni votan – para qué si siempre mandan los mismos.

    Tenemos que entender que las democracias burguesas son regímenes de partido doble único en la mayoría de los casos, donde a través de la manipulación del sistema electoral y de los medios de comunicación privados (y estatales), siempre ganan los mismos: elementos serviles para con el sistema burgués. En Suiza quizá el pueblo tiene un control verdaderamente democrático (dentro de las limitaciones del sistema capitalista) pero eso no es así en ningún otro lugar de Europa que yo sepa, mucho menos en los grandes estados artificiales como Francia, España, Gran Bretaña, etc.

    "La soja transgénica, que rechazo y habita el paisaje agrícola argentino, no constituye (en sí misma, al menos) un ataque imperialista a ninguna nación vulnerable"…

    Es un ataque contra Argentina misma (y por extensión contra todo el continente).

    "No sé, puntualmente, la relación directa entre soja e imperialismo"…

    Para mí el problema nunca es solo imperialismo sino sobre todo justicia social y equilibrio ambiental. Pero bueno, al final está todo muy relacionado, ya que la falta de equilibrio ambiental y social y el imperialismo son todos derivados de la actitud depredadora, explotadora del Capitalismo.

    En este sentido la colaboración con una de las estafas capitalistas e imperialistas más atroces de los últimos tiempos, como son los cultivos transgénicos, que situan al agricultor como mero peón de las multinacionales agroquímicas, nunca más capaz de reproducir su capital agrario sin previo tributo a Monsanto y compañía (y todo esto sin contar el daño ambiental), es un crimen contra el pueblo argentino y (ya que no se pueden poner puertas al campo) los pueblos vecinos también.

    Responder
  8. Santiago Nahuel Ibarra

    DISCIPLINAMIENTO Y CONCIENCIA POLÍTICA EN ARGENTINA
    Agrego: Los obreros españoles tendrán su conciencia de clase y lo que quieras, pero Franco aún es honrado en plazas públicas y les dejó la monarquía como frutilla de su proyecto político.

    Lo de agachar la cabeza viene del disciplinamiento de tiempos de la colonia sobre el mestizo y su extensión en tiempos de la Argentina pseudo-republicana (1812-1916)y de tiranía (1930-1983, tiempo con breves intervalos de elecciones populares) que dificultaron la formación de una ciudadanía activa y responsable.

    Por otra parte, con conciencia de obreros, te reitero las largas luchas obreras que se libraron en Argentina durante la década de los 90 contra los despidos de las empresas privatizadas. Otros fenómenos de movilización han estado en las asambleas populares, los movimientos piqueteros, que hablan de una riqueza histórica y de un coraje civil que un ciudadano imperial español como usted parece desconocer. Argentina (es muy difícil además hablar de Argentina, con la multiplicidad de identidades culturales inherentes a cada provincia) ha dado muestras de rebelión y avanza paulatinamente a mayores niveles de participación popular sin trasladar sus contradicciones a otros territorios; el Reino de España, no repara sus errores históricos sino que explota a sus antiguas colonias y se aventura a la depredación de pueblos como aliado de la OTAN. En definitiva, ciudadano imperial del Reino de España, tu militancia ha sido pobre para cambiar la tradición de rapacidad de tu nación.

    Yo, como argentino y con culpa, me hago cargo de la maldita Triple Alianza contra el Paraguay, el genocidio de gauchos y pueblos originarios, pero tú nos encandilas con tu juicio marxista sin responder a los vejámenes de tus predecesores y tú responsabilidad como miembro de una nación que blande el cetro de la destrucción sobre humanidades vulnerables e inocentes.

    Responder
  9. Santiago Nahuel Ibarra

    RAZÓN BLANCA Y CONDENA A LOS REGÍMENES LATINOAMERICANOS

    «La destrucción de los hombres radica en la piedad que guardan para sí.» Norman Mailer, “El Evangelio según el hijo”

    MAJU, permíteme volver sobre lo último que dije. ("Quizás nuestra crítica (y escepticismo) frente a las sociedades del Centro sea sostenida no sólo por las decisiones criminales que toman sus lites sino también porque, chomskianamente, pensamos que el cambio vendrá de dentro y por presión de esas sociedades, posible sólo en el despojo de los ciudadanos imperiales de la Razón Blanca que ha fundado en neoimperialismo."). Pues bien, si debemos ser sinceramente críticos, lo lógico es que la sociedad que ha cometido un daño es justo exigirle que contribuya a una reparación histórica para con los derechos lesionados que contemple tanto a las pasadas generaciones como las actuales.

    Permítanme, MAJU y ANÓNIMO, terciar desde un perfil no marxista, ideología noble pero poco sustanciosa para describir la realidad latinoamericana. En Argentina hay grupos marxistas muy ideologizados, tan absorbidos por la teoría que finalmente resultan atomizados e inútiles para la transformación social, generando miedo en lugar de adhesiones. Volviendo al tema de la Razón Blanca, creo que te eriges en juez de los procesos latinoamericanos sin realizar una auténtica crítica de tu país, por lo que parecieras carecer de un auténtico ideal universalista que caracteriza al socialismo al tiempo que te eriges en juez de América. Avalo tu anclaje teórico, pero el socialismo científico, siendo un marco teórico indispensable para considerar los instrumentos de dominación presentes, debe adaptarse a la diversidad cultural ara no transformarse en instrumento de dominación de una élite en forma de vanguardia (tema que bien tocaba Bakunin en "Estatismo y Anarquía"). Me parece que en naciones de la Periferia, que han atravesado tres décadas de gobiernos neoliberales y padecido la enorme sangría de ver fracasados sus intentos revolucionarios, y que ahora encuentran en sus dirigentes, cuanto menos, una referencia ideológica, bien vale la pena hablar de un nuevo discurso del Estado para con la ciudadanía que alienta a la participación popular. En toda Europa no se han resistido tiranías como las que hemos soportado los latinoamericanos. Tu tendrás el manual de las revelaciones, pero el cuerpo de nuestros compañeros está todavía caliente.

    Sabrás, MAJU, que lo que caracteriza a las sociedades europeas es la libertad y consumo de sus habitantes, además del tenebroso consenso que puede lograr una ciudadanía acrítica para avalar bombardeos. Estas sociedades europeas, altas productoras de tecnología, suman ingresos por sus manufacturas que le permiten mayores libertades que a un ciudadano de una nación periférica; por lo tanto, invadir un país es una opción en libertad. La soja transgénica, que rechazo y habita el paisaje agrícola argentino, no constituye (en sí misma, al menos) un ataque imperialista a ninguna nación vulnerable, y es producto de una política económica de un país con un desarrollo tecnológico escaso. No sé, puntualmente, la relación directa entre soja e imperialismo, más allá de que las semillas transgénicas son fabricadas por Monsanto, empresa con la que tampoco simpatizo gracias al aporte de Monique Rubin.

    Responder
  10. Maju

    ….

    Luego, por ejemplo, cuando criticas al trabajador estadounidense por transformarse en soldado imperial… no sé que esperas, realmente. Si no lo hicieran, a niveles masivos, sería un acto revolucionario, pero si lo hacen es simplemente normal. Lo mismo que los trabajadores de Brasil se hacen soldados brasileños que acaban ocupando Haití quizá.

    La normalidad es (por lo menos) la ausencia de revolución; la revolución es la ruptura de la normalidad por medio de la desobediencia colectiva que se convierte en proceso constituyente. Mientras no haya revolución, habrá normalidad y la normalidad implica que la gente se buscará la vida de acuerdo con los patrones sociales, económicos, ideológicos y legales que les han tocado en suerte. Eso es así en Francia, en USA, en Brasil y en China.

    No sé que esperamos de un escenario aún no revolucionario. Transformar esa pasividad, esa tendencia sumisa hacia los poderes establecidos (que no es sólo propia de las poblaciones criollas, no nos equivoquemos), en una actividad autodeterminante y autodeterminada, es el desafío a que nos enfrentamos los revolucionarios. No es fácil pero, a no ser que estés tratando de practicar algún tipo de "filosofía zen" en el lugar equivocado, tratando de despertar la ira a través del insulto y la vejación, culpar a las masas (del centro o la periferia) de su pasividad no parece muy útil.

    Entre otras cosas porque la culpa es un concepto cristiano que sólo sirve pare mantener a la gente esclavizada y temerosa. Debemos en este sentido reemplazar la idea inútil de culpa por una positiva de responsabilidad.

    Responder
  11. Maju

    "En ese sentido, creemos que los países latinoamericanos, al menos en su política exterior, son más de izquierda que Zapatero y cualquier social demócrata europeo".

    Es fácil decirlo desde que asesinaron a Olof Palme, el último verdadero socialdemócrata. Pero no puedes igualar a los estados latinoamericanos en una única categoría. Están los cuatro o cinco estados más o menos socialistas, liderados por Venezuela, que sí que tienen una política exterior y sobre todo interior que ha de valorarse positivamente en su conjunto, está luego el bloque Mercosur, con Brasil y Argentina a la cabeza que es socialdemócrata y nacionalista (anti-imperialista pero solo en los intereses propios, más bien "imperialista B") y luego está la larga lista de estados, de Chile a México pasando por Colombia y Perú que lo único que hacen es lamerle las botas al Tío Sam. Hay variedad, mucha variedad.

    "demonizados por cadenas de medios financiadas por el Centro, que van desde el grupo Prisa"…

    Estoy esperando todavía a que Atilio repase la carpeta de Spam (diseño>comentarios>spam), donde sin duda está mi segundo comentario, en el cual discutía de forma muy crítica la postura de Ramonet, del que decía que de primeras me echaba para atrás, ya que es columnista habitual de El País. Mi opinión se queda coja sin esta parte.

    "Otro punto que es necesario recordar a MAJU es que la independencia que se realizó en los países americanos no emancipó la mentalidad colonial de muchos compatriotas, acostumbrados a agachar la cabeza frente a la Razón Blanca".

    No hace falta que me lo recuerdes, so consciente de ello. Pero no olvidemos, sobre todo en zonas como Argentina, que muchos Latinoamericanos son blancos. Porque a veces tengo una sensación de deja vú. Hace unos 20 años en un curso de formación laboral, el profesor, un canario, hacía chistes de "hombre blanco" que a todos nos incomodaron mucho porque nos parecían racistas. Me tocó a mí (típico) hacer de portavoz y le expliqué nuestra molestia e irritación y él explico entonces que el se veía (y veía a los españoles en general) como gente de color (en estos términos de la dialéctica imperialista).

    Por lo menos no había la intención racista que tanto nos incomodaba pero me quedé flipado que un tío rubio de ojos claros y europeo (o norteafricano) se considerara "de color". Igualmente me resulta un tanto extraño que gente probablemente blanca o 80-90% blanca como son la mayoría de los argentinos (o chilenos o incluso brasileños si me apuras) hablen en esos términos, como si fueran indígenas aymarás o negros haitianos.

    Seamos honestos: Argentina es como Texas, sólo que se habla romance. Y Brasil es como el USA en versión tropical de lengua gallega.

    ….

    Responder
  12. Maju

    Yo no seré el que apadrine la realidad extremadamente dolorosa del imperialismo europeo histórico (y presente, especialmente en Francia). Pero no creo que se le pueda acusar a la trabajadora mileurista del sector del comercio de las rapiñas de Pizarro hace 480 años. Ni parecería razonable acusar por ejemplo a los griegos, que no han tenido una colonia desde hace 2000 años, o a los Polacos, del imperialismo europeo moderno.

    Si Haití tiene una deuda establecida por el imperialismo francés y luego estadounidense, habrá que abolirla, pero no se puede culpar a una trabajadora de a pie de algo que seguramente ni siquiera sabe que exista. A lo más se le puede acusar de ignorancia y complacencia pero no de explotación.

    Yo, desde la distancia, no tengo muy claro que el Kirchnerismo sea muy distinto del PT-ismo o el Bacheletismo… y sé que está muy comprometido con la introducción de la soja transgénica en particular, habiendo convertido a Argentina en la punta de lanza de Monsanto en el continente sudamericano. También sé que sindicatos peronistas apalean a trabajadores en lucha en la Patagonia.

    Mi información es fragmentaria, por supuesto, y sí que aprecio que tanto el dúo Kirchner-Fernández como Lula en Brasil han mantenido una política exterior más independiente y digna. Y que en comparación Bachelet es como dices una (pseudo-)socialdemocracia a la europea (o incluso peor). Pero Chile no es Europa, ni lo es Perú, ni lo es Colombia, ni El Salvador, etc.

    Y ni Cristina Fernández ni Lula le llegan al tobillo a Chávez.

    Yo lo que digo es que no idealizemos en exceso y no nos limitemos a echar la culpa los demás. Sin duda España es un país atrasado en términos de conciencia y lucha de clase… pero lo mismo podemos decir de Perú, y si me apuras Argentina. Al menos así lo percibo yo desde la distancia (que a veces ayuda a ver las cosas con perspectiva).

    (sigo)

    Responder
  13. Santiago Nahuel Ibarra

    Estos dirigentes progresistas latinoamericanos son demonizados por cadenas de medios financiadas por el Centro, que van desde el grupo Prisa a entidades financieras internacionales como Goldman Sachs, siendo lo suficientemente radicales como para cuestionar su intervención sobre los monopolios de producción y comunicación para la consecución, cuanto menos, de un mercado más justo.

    Otro punto que es necesario recordar a MAJU es que la independencia que se realizó en los países americanos no emancipó la mentalidad colonial de muchos compatriotas, acostumbrados a agachar la cabeza frente a la Razón Blanca. "Dónde están las masas brasileñas protestando contra la invasión de Haití?! Dónde las masas latinoamericanas en 1948 protestando contra que sus delegados en la ONU votaron a favor de la invasión sionista de Palestina (de aquellos polvos estos lodos) o los demás innumerables apoyos históricos de la OEA (conformada por los votos y participación de los estados latinoamericanos) a las políticas imperialistas de USA especialmente y en particular el bloqueo a Cuba?!" Probablemente gobernadas aún por una mentalidad colonial que les hacía pensar en la salvación individual, en la creencia de su Estado soberano. También, exhaustas por condiciones laborales que indisponían el ocio para poder manifestarse. Como sea, los tiempos cambian y los pueblos despiertan. Hoy, Europa remite a "ciudadanía", "derechos" y "democracia" por una travesura francesa, y también "imperialismo", "soberanía" y "OTAN" por su continuidad pre moderna. Muchos americanos, y particularmente aquellos gobernados por liderazgos carismáticos y populares, han adquirido la "visión poética" (Eduardo A. Azcuy, 1988), la comprensión totalizante, participativa y pluralista de la realidad, que los hace sentirse pacíficos ciudadanos continentales. La Utopía, lo ha dicho Tomás Moro, está en el Nuevo Mundo, en una América que simplemente quiere ser libre.

    ANÓNIMO ha dicho que "No hay proletariado en Europa occidental ni en los Estados Unidos, por lo tanto no hay ni puede haber izquierda, sino tan sólo pseudo-izquierda: Obama, Clinton, Blair, Zapatero, socialdemócratas varios, etc., que se alían con el imperialismo para seguir explotando al Tercer Mundo por todos los medios posibles. Cada mejora en el poder adquisitivo de la población occidental se realiza sobre la sangre y el sudor de las masas super-explotadas del Tercer Mundo." Esta afirmación puede ser trabajada desde distintos ángulos, por lo pronto y básicamente el proletariado del Centro: 1) no ha demostrado real voluntad de cambio de su condición de ciudadano de un país neoimperial; 2) con frecuencia, degenera en activismo ultraderechista, con apropiación de la simbología nazi-fascista; 3) en el caso estadounidense, transformación del civil paria en soldado del Imperio. (La crisis siempre juega a la tensión social y al primitivismo de la ciudadanía. Es ilustrativa en tal sentido la película "El laberinto del fauno", donde se evidencia lo que es capaz de hacer El Poder si alguien degusta de algún alimento de su banquete). Quizás nuestra crítica (y escepticismo) frente a las sociedades del Centro sea sostenida no sólo por las decisiones criminales que toman sus élites sino también porque, chomskianamente, pensamos que el cambio vendrá de dentro y por presión de esas sociedades, posible sólo en el despojo de los ciudadanos imperiales de la Razón Blanca que ha fundado en neoimperialismo.

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  14. Santaigo Nahuel Ibarra

    Ante todo, quiero pedir disculpas porque mi escrito no cargará con la densidad teórica de los preopinantes, pero pretende sintetizar algunos de los conceptos vertidos en la discusión y puede servir de punto de encuentro para reconocer el lugar desde el que parten los posicionamientos.

    MAJU, ante todo debes reconocer que tus afirmaciones son de un habitante del "Centro" y "Cuna de la Civilización" (esto es, Europa), y si bien es posible afirmar que el imperialismo no tiene origen en vuestro continente, sí es cierto que nunca tuvo mayor cantidad de argumentaciones y avales morales que allí. Ese fin imperialista que llevó a la esclavización y explotación de recursos naturales desde el siglo XV al XIX terminó por eliminar culturas, profanar dignidades y "perifericar" sociedades que viviría, seguramente, en una quietud ordenada similar a la Edad Media europea. La respuesta bravía de ANÓNIMO, a quién supongo americano, es incompleta y errónea en ciertos aspectos: es pasional, valiente, altiva, pero sincera. En definitiva, "bárbara". Es la rebelión de la "Periferia ignorante" contra el "Centro ignorante". Y son esos componentes "bárbaros" los que lo hacen, en definitiva, autóctono, americano. En tal sentido, como americano, aprecio también sentirme "bárbaro" coincidiendo con muchas de sus afirmaciones. Ser "bárbaro" es, en definitiva, una afirmación de la libertad, frente a una presión etnocéntrica, de una identidad cultural.

    Creo que MAJU no sigue de cerca la realidad americana como para sentir en carne propia los procesos políticos que se está viviendo. Por ejemplo, España, con su "socialismo (?) monárquico", honra la memoria del genocida Francisco Franco menoscabando al juez Garzón, verdadero prócer de la defensa de los derechos humanos. Argentina, por el contrario, los juzga y condena en cárcel común, con todas las fallas que esta decisión política contra la impunidad pueda tener. Por lo tanto, creo que la comparación de Chile (una socialdemocracia europea en el panorama político regional, al igual que el pragmático PT de Brasil)con Argentina es, cuanto menos, simplista y una omisión a preguntarse como andamos por casa. Como países periféricos, cierto es que vivimos en un constante balance de fuerza ante las amenazas de desestabilización (véase "Santa Cruz de la Sierra" en Bolivia, "Conflicto Campo-Gobierno" en Argentina, "Rebelión de los policías" en Ecuador) y, sin embargo, hemos resuelto las problemáticas a través de organismos regionales sin el empleo de la fuerza. Cristina Fernández, en tal sentido, puede ser considerada una liberal -en el mejor sentido de la palabra- progresista que, aún con diferencias con los regímenes bolivarianos, coincide en los lineamientos vigentes de la unidad latinoamericana. Asimismo, todos los países se encuentran bajo la presión del comercio, y la soja es en tal sentido un cuestionable remedio a tal problema. Agrego además que las tropas de los países latinoamericanos han estado activas, lo han hecho prestando ayuda humanitaria en Haití y no bombardeando países económicamente subdesarrollados. En ese sentido, creemos que los países latinoamericanos, al menos en su política exterior, son más de izquierda que Zapatero y cualquier social demócrata europeo.

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  15. Maju

    "es, por tanto, estúpido pensar que la revolución se va a dar simultaneamente en todo el mundo"

    Simultáneamente no pero hoy día con la interrelación global tan intensa que existe, unos procesos empujan a otros y se forma un proceso global, constituido por muchos procesos locales.

    "es de anormales decirles a las masas del terce4r Mundo que esperen a que sus hermanos del primer mundo se pongan las pilas".

    Nadie dice eso. Ni jarto.

    Yo lo único que digo es que probablemente no se creará un sistema comunista (o incluso genuinamente socialista) estable en un país que no tiene previamente un proletariado desarrollado, que basa su proceso revolucionario en masas campesinas.

    Por supuesto, las masas campesinas son legítimos actores (nadie les puede cuestionar su derecho a intentar hacer una revolución) y además están desapareciendo incluso del "Tercer Mundo" (cada vez más incluso las zonas más periféricas son plenamente capitalistas).

    Esto es parte del proceso (no todo puede estar en los escritos de Marx, era brillante pero no era ningún dios con capacidad de profecía) un proceso que comenzó como proceso Capitalista (y antes aún Imperialista), que probablemente haya culminado ya en los primeros años del siglo XXI, y que ha descodificado y unificado de forma brutal e implacable el planeta entero en nombre de la avaricia ("la avaricia es buena" proclamó Reagan en su intento de forjar un Capitalismo "perfecto" que se demostraría puramente especulativo e inviable dos décadas después).

    Estamos creo yo en el principio del final del Capitalismo. Porque no da más de sí, el planeta mismo no da más de sí y además el mundo ha sido efectivamente globalizado "en tiempo real" con la Internet (y otros procesos como el "just in time" toyotista), creando una realidad globalizada sin precedentes.

    El hecho de que ya no es necesario ni posible (falla la plusvalía, hay que cortar por algún lado y no van a ser los amos los que se aprieten el cinto) "subvencionar" o "compensar" a la clase trabajadora del "Primer Mundo", crea la situación en que el centro capitalista puede llegar a reventar: no ahora mismo pero igual en cinco o diez años (no sé: una conciencia de clase debe de ser forjada primero).

    Este proceso, si se da (que puedo equivocarme), no es autónomo de lo que pasa en "las colonias" (cada vez menos colonias) y sólo puede verse favorecido por procesos revolucionarios en las mismas (incluso procesos revolucionarios burgueses como los que se dan en el mundo árabe, puesto que querrán barrer para casa y en todo caso dificultarán la transferencia de riqueza al centro imperial).

    Pero yo sí que pienso que sólo esta revolución en el centro, en algunos aspectos de tipo novedoso y en otros clásico probablemente, podrá dar un impulso sólido a la revolución mundial. Si el Centro cae, el Capitalismo cae a nivel global (o se traslada a la periferia, donde no puede triunfar probablemente en aislamiento).

    En cualquier caso culpar a la clase obrera del Centro del Capitalismo en sí es estúpido, terriblemente injusto y además juega a favor del campo Capitalista, lo mismo que el asesinato de Arrigoni en Gaza juega a favor de Israel. Los Salafistas de Gaza son, lo acaban de demostrar, agentes del Sionismo (y del Imperialismo en general), conscientemente o no, y tú en el fondo eres como ellos y, por tanto, un agente del Capital en su esfuerzo por dividir a la clase trabajadora mundial a lo largo de líneas étnicas y legales para explotar esas divisiones.

    En el fondo no eres mas que un agente de la Trilateral, lo sepas o no.

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  16. Maju

    No entiendo lo que quieres decir, Anónimo: aquí no puedes no tener un retrete (que lo pagas de tu salario de todas maneras): es ilegal. No puedes vivir en una chabola: es ilegal. Y no se suele tolerar: barrios enteros de chabolas, cuando surgen (poblados por gitanos e inmigrantes mayormente), son derribados rápidamente.

    Además no es una opción no lavarse, o vestir de forma andrajosa: incluso con buena apariencia no es fácil conseguir un trabajo.

    Yo he vivido brevemente en la calle en Europa y es una condena a muerte más o menos lenta: no es una forma de vida viable. En la India puede ser lamentable pero es técnicamente posible vivir en un barrio de chabolas, tener hijos, etc. En Europa simplemente es imposible…

    Aunque como las gastan ahora dentro de nada no va a haber más remedio que hacerse chabolista. Lo digo muy en serio. Pero aparte de vivir de la caridad, de saquear basuras o robar cobre, no sé de qué puede vivir un chabolista en Europa. No hay trabajo para ese sector de "parias", excepto quizá en los invernaderos de Almería (y similares).

    "Es el resultado de un proceso histórico en marcha, no algo del pasado solamente; au contraire: un proceso exacerbado en los ultimos cien años"…

    Estoy totalmente de acuerdo en que es un proceso histórico. No estoy tan seguro que se haya exacerbado en los últimos 50 años (desde la descolonización de África), más bien creo que, a través de la deslocalización y procesos nacionalistas (con bandera roja o no), ha habido cierta tendencia a un reajuste favorable al Sur. Al menos es así en Asia y América Latina (menos claramente o no en absoluto en África y el Mundo Árabe).

    Y entiendo que eso es parte del proceso porque el Capital no tiene patria sino sólo plusvalía. Si obtienen más plusvalía en México que en Texas, se irá a hacer negocios en México.

    Esto lleva (y quizá te interesaría si supieras escuchar) a que las clases obreras más o menos privilegiadas del "Norte" estén perdiendo terreno (recortes permanentes ne Europa y USA "y lo que te cantaré morena") que pueden causar dos escenarios:

    1. (Neo-)Fascismo: la competencia con inmigrantes y deslocalización al extranjero es explotada por un populismo nacionalista/racista de corte xenófobo imperialista. Es un peligro claro.

    2. Revolución: la población se enfoca más en mantener las conquistas "socialdemócratas" (ahora no ofertadas ya más) del pasado y no atiende a "razones de mercado", desarrollando una conciencia de clase en el proceso, a través de las huelgas generales y otras luchas (más avanzados en esta línea son claramente Grecia y Francia).

    Si quieres estas conquistas "socialdemócratas" son migajas del imperialismo (sí, lo son) y/o concesiones ante la amenaza bolchevique del siglo XX (sí, también), pero también son genuinas conquistas de la lucha de clases en el Centro capitalista (si no hubiera habido miedo de revolución, no habría habido concesiones: el Capital no regala nada).

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  17. Maju

    "Y no, a los occidentales no les interesa un mundo donde reine la igualdad, va en contra de sus intereses materiales".

    No es cierto.

    A los trabajadores occidentales (o de cualquier lugar) les interesa (al menos en condiciones capitalistas), que haya poco paro en el extranjero (para que el trabajo no se vaya allá), que los trabajadores extranjeros estén bien pagados, tengan plenos derechos sindicales y que normas altas de seguridad laboral y prevención de daño ambiental existan en todas partes. Sólo así los trabajadores occidentales pueden competir en igualdad con los del Tercer Mundo.

    Esto se ve particularmente claro a lo largo de la frontera de México y USA, creo. Los trabajadores de USA se quejan a veces con cierta razón de que pierden trabajo a los mexicanos, ya sea mediante inmigración ilegal (mano de obra barata) o deslocalización de empresas al otro lado de la frontera (mano de obra barata, nulos requerimientos de seguridad laboral, medioambientales).

    Esto de enfrentar a los trabajadores unos con otros a lo largo de divisiones étnicas y legales no es nuevo. Pero es falso que el trabajador común de los grupos "privilegiados" se vea favorecido por esto, al contrario, se ve enfrentado en el mercado laboral frente a gente tan "tirada" que no puede competir. Esto naturalmente lo manipula la extrema derecha… pero me sorprende que tú también caigas en esta trampa burguesa de "divide y vence".

    A pesar de todo, el trabajador occidental medio no va por ahí denunciando al inmigrante ilegal. Al contrario: busca formas de cooperar con él, o al menos le deja en paz por razón de pura empatía: sabe que es un "pringao" como él mismo (o que está incluso peor) y por tanto no va a ir a por él.

    Esto ya es una cuestión de sentimiento general de solidaridad (subjetivo), que es parte de la ideología de clase obrera. Pero en lo objetivo, menos aún, le interesa al trabajador de "Norte" que el del "Sur" esté explotado. Al contrario.

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  18. Maju

    @Anónimo: la trabajadora de Zara como todos los trabajadores humildes en el primer mundo no tiene un consumo 15-30 veces el de Vietnam. Ahí estás metiendo el consumo del ejército, del estado (obras públicas, burocracia, etc.), de las clases altas (estás repartiendo consumo/PIB a partes iguales, lo sé, y no es justo) y sobre todo de la industria y el transporte, que son los principales consumidores de energía y bienes. Además no estás ajustando en paridad de poder de compra porque aquí un alquiler mínimo cuesta 700 euros y en Vietnam dudo mucho que pase de 100 (y suele haber incluso opciones más baratas que aquí no hay en absoluto).

    Cuando hablamos de la empleada de Zara (y mucha otra gente en situación similar) estamos hablando de alguien que o bien vive con sus padres (se da mucho) o en un piso compartido o gasta el 80-90% de su salario en un alquiler (lo cual no es viable, como seguramente sabrás). Eso mientras tenga un salario y no le echen al paro, donde se encuentra el 20% de la población activa en España y más del 10% en Europa en general.

    Vietnam será revisionista (ahora) pero es heredero de esas revoluciones "tercermundistas" (y desde luego de corte estalinista) que tanto alabas tú. Si Vietnam (todo un mito) no vale, tú me dirás qué vale? La R.P. China, tan revisionista como Vietnam o más? Libia al Jamahiriya y sus participaciones en la FIAT?

    Permíteme ser extremadamente escéptico frente a tus ideas abstractas de revolución proletario-periférica. Por supuesto que sigo con interés lo que pasa en Cuba, Venezuela o la revuelta Maoista de la India y Nepal, pero no me hago demasiadas ilusiones: que ya hemos visto mucho de esto en el siglo pasado y al final fue un desastre en muchos casos, posiblemente dañando más que impulsando la lucha obrera y estigmatizando el campo socialista con prácticas totalitarias criminales que no son de recibo y que en muchos casos sólo servían para perseguir a compañeros revolucionarios perfectamente válidos e incluso sabotear revoluciones en marcha (España, Grecia, Italia quizá).

    Recordemos que si Mao, Ho Chi Min o Castro lideraron revoluciones, lo hicieron en gran medida contra Stalin y los estalinistas, que yo considero una reacción, una ruptura del proceso revolucionario (incluso si sólo a medias), algo así como la "revolución gloriosa" de los ingleses esa que mencionabas antes y que de la misma apoyó a la reacción en vez de a los procesos revolucionarios burgueses.

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  19. atilio

    ¡Hola a todas y todos! ME excuso en haber reaparecido tan tardíamente en este debate, pero he estado ocupadísimo y, para colmo, golpeado por un virus gripal que me ha dolido como pocas veces en mi vida. Recién ahora pudo asomarme a ver sus mensajes y lo primero que quiero decirles es que EN MI BLOG NO HAY CENSURA ALGUNA. Quiere decir que si algún mensaje no apareció es porque no llegó nomás. Los que siguen este blog desde hace tiempo saben que es así. Dicho esto, me voy a dedicar a leer sus mensajes y darles una respuesta en el curso de hoy jueves 14 de Abril. Abrazos a todas y todos, y gracias por su paciencia (¡y alerta con la libérrima esfera de la internet!!!)

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  20. Anónimo

    "Estoy absolutamente seguro de que la inmensa mayoría de la población quiere, desea, que las desigualdades disminuyan, tanto a nivel local como mundial."

    Vives en un país de fantasía. La "clase obrera" del primer mundo puede vivir tan bien como lo hace gracias a la superxplotación de los países oprimidos, como Vietnam, donde vive el 90% de la humanidad. Compara ingresos y consumo da cada.

    Vietnam es un país con un sistema capitalista disfrazado de socialismo. Es un país revisionista, no comunista estalinista, como en tu ignorancia y tu mala fe, que es mucha, afirmas.

    La "pringadilla" de Zara ingresa y consume entre 15 y 30 veces más que miles de millones de personas del Tercer Mundo.

    No te enteras de la realidad del mundo del 80% de la pobalción mundial que vive con menos de 4 o 5 dólares al día. No te interesa saberlo porque eso cuestiona tu "superioridad" moral.

    Y no, a los occidentales no les interesa un mundo donde reine la igualdad, va en contra de sus intereses materiales.

    Esa es la verdad. Lo demás es obscurecerla para engañar a los verdaderamente orpimidos

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  21. Maju

    "¿Que no cabe reprochárselo desde un punto de vista moral porque su existencia real es una función de un sistema capitalista exacerbado. el imperialismo? Yo creo que sí cabe"…

    Quizá quepa. Pero a mí eso me recuerda a cuando nos dicen que usemos bombillas de bajo consumo y luego resulta que el consumo doméstico de energía es apenas el 10-15% del total, del cual la mayoría sucede en los barrios ricos. Al final le acabas echando la culpa de la explotación mundial a la pringadilla dependienta de Zara, que seguramente tiene un consumo individual parecido al que tenga un trabajador argentino o vietnamita (porque casi seguro que no le da para tener coche). Y eso me parece una burrada.

    Pero me alegro que hayas mencionado a los tejedores de Vietnam, porque creo recordar que en Vietnam hicieron una "revolución comunista" de esas del Tercer Mundo de corte Estalinista que tú tanto favoreces… Y que yo sepa no ha habido ninguna contrarrevolución aparente, que yo sepa el partido en el poder es el mismo Vietcong de los años 60 y 70.

    O sea que igual te corresponde hacer una autocrítica de todo ese discurso pseudo-estalinista casposo que te llevas. Y igual puedes empezar pensando que quizá parte de la culpa de la explotación en Vietnam está en Vietnam mismo, en particular en los "camaradas" que toleran e incluso favorecen esa explotación ultra-capitalista inhumana con el descaro de esconderse tras la bandera roja.

    "La población entera de los países ricos es racista hasta el tuétano. Cree que tiene derecho a consumir el 90% de la producción mundial, mientras que el 90% de la humanidad ha de conformarse con el 10%".

    Yo no creo que eso sea así. Para la mayoría simplemente solucionarlo no es posible según lo que les han enseñado. La mayoría de la gente, en Londres y en Lima, vive al día o de cara a su vida personal, no de cara a la política mundial, o incluso la local. La falta de consciencia es casi absoluta.

    A mí sí que me asusta la manipulación de la clase obrera por movimientos de corte fascista (que están más bien constituidos por burgueses de todas formas) pero la manipulación se hace no vendiendo el explotar colonias lejanas sino vendiendo que los inmigrantes quitan puestos de trabajo a los nativos. Es el inmediatismo del puesto de trabajo, del salario, del qué voy a comer mañana, lo que realmente asusta – y es el miedo lo que usan los fascistas para movilizar.

    "No le importa en absoluto que este estado de cosas continúe así. es más quiere que la desproporción aumente".

    Esto de dónde lo sacas? Tú confundes demasiado tus fantasías con la realidad. Primero entérate, luego juzga.

    Estoy absolutamente seguro de que la inmensa mayoría de la población quiere, desea, que las desigualdades disminuyan, tanto a nivel local como mundial. Pero no saben como lograrlo o les han convencido de que no tiene arreglo – de que "el mundo es así". Pero después de pensar en eso cinco minutos, lo que realmente les preocupa es su propio bolsillo, sí van a poder pagar el alquiler o la hipoteca el mes que viene.

    Por ahí es donde trabaja la "magia negra" del Capital. Pero lo mismo en Marsella que en Medellín, en Harlem que en Mumbai, en Pusan que Nairobi.

    Responder
  22. Maju

    Tu pregunta (supongo que eres el mismo anónimo de antes) era:

    Dime un solo ejemplo de revolución proletaria en un país europeo occidental en los últimos 500 años, no una que hay triunfado, sino una que haya siquiera contado con un apoyo mínimo de las "masas".

    Y a esa pregunta es la que yo respondí con la revolución catalana/española.

    Claro que para ti una "revolución" parece ser un golpe militar, y "las masas" son los ejércitos golpistas. Sin mencionar que yo aún estoy esperando una "revolución comunista" que no sea anarquista. Porque recordemos que en la teoría marxista comunismo es la superación del estado y por tanto ni la revolución rusa, ni la china ni la cubana son genuinas revoluciones comunistas mas que en el ideario – no en los logros, que a lo más son socialistas o "sui generis" (según a quien leas – pero nunca la consecución del comunismo).

    Al menos en Catalunya y las zonas liberadas de Aragón en 1936-37 sí que hubo un fugaz momento de comunismo real.

    Tu entendimiento es tan confuso que sería de chiste si no fuera un tema tan serio. Me hablas de "aristocracia burguesa" en Inglaterra y eso súbitamente lo transformas en "proletariado burgués". Pero qué ostias! Tú has leído a Marx? De dónde son los ejemplos de la vida real con que Marx ilustra El Capital sino de Inglaterra (o quizá en algún caso de Bélgica o Alemania, páises en los que también vivió)?

    Y lo que dices del empleado (o probablemente empleada) de Zara yo sólo puedo considerarlo como una agresión fascista: una persona que trabaja seguramente 50 ó 60 horas semanales por un salario de mierda (qué te crees que pagan en Zara?) y sin ningún tipo de seguridad laboral no se merece que la insultes como lo haces. Incluso si el trabajo que realiza es "improductivo", ese no es un problema central para el trabajador/-a: su problema es comer, pagar el alquiler, etc.

    Si acaso sería un problema del sistema económico, nunca de los trabajadores, que normalmente apenas tiene elección (mucho menos se plantean estos problemas más filosóficos que otra cosa).

    Por otra parte no está de más mencionar que el dominio del sector servicios no es exclusivo del llamado Primer Mundo (también domina en muchos países del Tercer Mundo como la India) ni es dominante en todos los países (por ejemplo Alemania está más bien especializada en producción de bienes materiales de lata rentabilidad).

    "Sólo desde el punto de vista ecológico, se echa de ver que el modelo, el consumo de los países imperialistas no se puede generalizar a todo el mundo".

    Totalmente de acuerdo. Pero esto no es algo que sea determinado activamente por la clase trabajadora: en Los Ángeles por ejemplo o tienes coche o eres un paria. En otros casos la elección es quizá más abierta pero en cualquier caso el consumismo se estimula desde arriba: el Capital necesita mercados (incluido el capital chino y brasileño, en la medida en que exportan al "Norte").

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  23. Anónimo

    Sobre los responsables del ascenso nazi, y la complicidad del "proletariado" alemán con Hitler, es recomendable leer los libros, exhaustivamente documentados, de Gotz Aly.

    La población entera de los países ricos es racista hasta el tuétano. Cree que tiene derecho a consumir el 90% de la producción mundial, mientras que el 90% de la humanidad ha de ocnformarse con el 10%. No le importa en absoluto que este estado de cosas continúe así. es más quiere que la desproporción aumente. Si esto no es racismo…

    Y no cambiará hasta que sea reeducada por la dictadura mundial del proletariado de los países oprimidos.

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  24. Anónimo

    El "proletariado" europeo o norteamericano es un entelequia, una ficción. Satisfacerlo hasta en sus más extravagantes "necesidades" y delirios consumistas es la prioridad número uno de todos los políticos imperialistas, su vrai raison d'être, desde Obomba hasta Berlusconi y Llamazares. Todos quieren mejores sueldos, más BMWs, más dúplex, más Nintendos, más clubs Med de vacaciones, más de todo para sus pobres "proletarios", los más avanzados, los que liderarán la Rrrevolución mundial, según los critpo-troskos. Pero ese derroche de recursos para los "proletarios" de occidente solo es concebible en el marco de un sistema imperialista como el vigente, y este aun se queda corto, ¡hace falta más!.

    Sólo desde el punto de vista ecológico, se echa de ver que el modelo, el consumo de los países imperialistas no se puede generalizar a todo el mundo.

    Es, entonces, una población que parasita al Tercer Mundo, pero además destruye las mismas condiciones de existencia de la especie, porque es ecológicamente inviable y porque para reafirmarse necesita la guerra permanente, la expansión imperial continuada. Esto, antes o después, conducirá inevitablemente a una guerra nuclear o a la catástrofe ecológica.

    El "proletariado" occidental es el principal obstáculo para evitar que esto ocurra. No está dispuesto a sacrificar su "modo de vida" por nunguna razón, sea cual sea. ¿Que no cabe reprochárselo desde un punto de vista moral porque su existencia real es una función de un sistema capitalista exacerbado. el imperialismo? Yo creo que sí cabe, porque dispone de todos los medios para darse cuenta exactamente de cuál es su posición en el sistema-mundo, y si es consciente de ello, debe ser responsable de su elección libre, que siempre justifica, favorece y condona los crímemes imperialistas.

    Responder
  25. Anónimo

    ¿Qué revolución alemana y española? ¿La de Hitler y Franco? Nunca triunfó ninguna revolución comunista en Europa occidental. El proletariado siempre fue muy débil en el centro del sistema imperialista. Y la razón básica de esa debilidad es que desde el principio estuvo escindido entre oportunistas, como los de la Segunda Internacional o lasalleanos, que eran la inmensa mayoría en la Revolución alemana, y verdaderos revolucionarios, que siempre fueron una minoría impotente en los países centrales.
    Si hubo oportunistas, es porque la burguesía imperialista inglesa, francesa, americana, alemana, japonesa pudo comrarlos.

    No fue así en Rusia porque, a pesar de ser un país imperialista subsidiario, la mayoría de su población no estaba comprada, como sí era el caso del proletariado occidental. Era la periferia de Europa, el "eslabón débil" de la cadena.

    Hablando de Inglaterra, ya Engels decía que era la nación más burguesa que se pudiera imaginar, porque tenía una aristocracia burguesa, desde la Revolución Gloriosa (que no fue gloriosa ni fue revolución), y también tenía un "proletariado" burgués. Lenin abundó en multitud de ocasiones en la misma línea, porque era plenamente consciente de que el proletariado occidental estaba completamente corrompido por las "mejoras" que la burguesía les concedía con parte de los superbeneficios de la explotación imperialista del mundo(África,Iberoamerica, Asia).

    Si esto era así entonces, figúrate que ahora será todavía más pronuciado (el carácter burgués del supuesto "proletariado" europeo).

    Para empezar, la mayor parte de los puestos de trabajo de los países ricos se crean en el sector improductivo, en el sector servicios, en la distribución. Mientras que la producción real, y aun muchos servicios que se pueden realizar a través de la telemática, se desvían al Tercer Mundo. Como yo soy marxista, admito la ley del valor, que afirma que este sólo procede del trabajo, que solo el trabajo vivo productivo añade valor, y nunca el trabajo muerto o el capital acumulado. El dependiente de Zara que acomoda la ropa que desordenan los clientes no produce nada de plusvalía, al contrario: consume plusvalía que otros producen en el Tercer Mundo, en los talleres de Asia con condiciones terribles de trabajo y con salrios que son hasta 20 veces inferiores al que él disfruta, sin contar el salario social de servicios públicos, subsidios, etc.

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  26. Maju

    (…)

    A partir de la Revolución Rusa de 1917, es cierto que hay una derivación hacia la periferia del proceso revolucionario, empezando por la periferia europea (Rusia, España) y y siguiendo en Asia y otros lugares. Sin embargo no está muy claro en que medida estas revoluciones son verdaderamente proletarias según los parámetros marxistas clásicos o simplemente revoluciones campesinas guiadas por una ideología (y partido) marxista (en vez de la herejía religiosa de turno), o incluso si son revoluciones burguesas con "exceso" de sans-coulottismo. En muchos casos (Etiopía/Somalia quizá sean los ejemplos más claros) no se aprecia ninguna diferencia clara entre el "campo capitalista" y el "socialista", aparte de la iconografía y detalles en la retórica.

    Planteas debates interesantes y centrales, sin duda, pero la forma que tienes de plantearlos es tan patéticamente insultante y dogmática (sin mencionar tu insistente camuflaje tras el anonimato, propio de agentes provocadores) que da asco.
    "En Europa occidental triunfó una revolución: la revolución nacionla-socialista. Hoy es la misma historia, es un continente racista hasta la médula, irredimible".

    Que qué?! El único racista aquí claramente eres tú.

    A los nazis les pusieron en el poder la derecha (e izquierda) burguesas para bloquear a al PKD. Eso no fue ninguna "revolución" y es el caso de fascismo donde los golpistas lograron acumular más apoyo popular: en Italia o España prácticamente no existían antes de los respectivos golpes.

    Gadafi es de hecho un admirador de Mussolini, que lo sepas. O sea que imagino que tú también lo serías dado el caso. No me sorprende por lo tanto que confundas revolución con fascismo. Pero te equivocas.

    "La única asolución es que las masas proletarias del Tercer Mundo la invadan y le impongan el socialismo por la fuerza"…

    Primero tendrán que imponer el socialismo en sus propios países. Y si eres blanco (o parte blanco) en América (o Australia, etc.), eres tan responsable del colonialismo o más que las gentes de Europa (al menos tus antepasados lo fueron). No me seas tan bocas, por favor.

    "Como ya hizo el Ejército Rojo con Alemania nazi".

    Violando a las alemanas? Llevándose máquinas que no sabían usar y que se oxidaron tras su llegada a Rusia?

    Además cuándo Rusia pagó indemnizaciones a los pueblos que colonizó? Muy en particular a los pueblos de Siberia, donde ha habido un genocidio brutal, totalmente comparable al que se produjo en América, pero a tantos otros (Cáucaso, Asia Central, Europa Centro-Oriental, China…)

    Están los colonos de Argentina, Chile y tantos otros lugares pagando indemnizaciones a los pueblos nativos que aún quedan?

    Dónde están las indemnizaciones árabes a los bereberes y nubios? A los pueblos saqueados de África Oriental y Saheliana?

    Seamos serios! La crítica empieza por uno mismo.

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  27. Maju

    "¡Charlatanería!"

    Mira quién fue a hablar! 😀

    Lo tuyo sí que es charlatanería. Dóde están las masas brasileñas protestando contra la invasión de Haití?! Dónde las masas latinoamericanas en 1948 protestando contra que sus delegados en la ONU votaron a favor de la invasión sionista de Palestina (de aquellos polvos estos lodos) o los demás innumerables apoyos históricos de la OEA (conformada por los votos y participación de los estados latinoamericanos) a las políticas imperialistas de USA especialmente y en particular el bloqueo a Cuba?!

    A ver esas masas obreras ideales de tu imaginario antiimperialista, dónde ostias están?! En Latinoamérica no. En el estado español al menos hubo protestas continuas hasta que finalmente se retiró de Iraq (no hay la misma conciencia en el caso de Afganistán, ya que Hussein era "como Gadafi" (ambiguo) pero los Talibanes son como Ibn Saud: un puñado de frikis fanáticos que no hay quien los trague, lo mires como lo mires, y nunca van a despertar simpatías fuera de su gueto – para eso existen de hecho, para eso los alimentan la CIA y el Mossad: son el enemigo perfecto, incapaz de despertar la más mínima simpatía, ni Goldfinger estaba tan bien diseñado!).

    Me pregunto no sólo quien trabaja en las fábricas de Volkswagen o en Facebook mismo, sino quién mantuvo una huelga general de semanas hace poco en Francia por ejemplo?

    Lo tuyo si qué es charlatanería! Charlatanería que no se para ni a pensar qué piensan los árabes o si Libia no se parece demasiado a Arabia Saudita o Guinea Ecuatorial…

    "Porque el supuesto "proletariado" occidental es el principal beneficiario del imperialismo. Cualquier "proletario" lo sabe…"

    Hay gente que lo piensa así, es cierto pero a mi entender es un acto de propaganda materialista: "estamos allí por tu gasolina".

    Pero yo no tengo tan claro que sea real. Después de todo el petróleo es perfectamente reemplazable (por cosas tan ubicuas como el viento o el sol, es cuestión de pura voluntad política) y la mayor parte de los demás productos importados son igualmente reemplazables por fuentes locales o bien no son en absoluto críticos (p.e. el cacao o el café, que se puede vivir sin ellos tranquilamente) – aunque el caucho de Malasia o las tierras raras de China quizá podrían ser algo más estratégicas, no hay realmente tanto como se cuenta en la mayor parte de los casos. Se trata más bien de que le interesa a ciertas empresas y ciertos cárteles: el del petróleo y el del armamento en particular.

    Son negocios privados y no verdaderos intereses objetivos de la clase trabajadora europea. El interés objetivo de la clase obrera europea en realidad es acumular la mayor cantidad de trabajo localmente (exportar), porque sin trabajo no hay salarios (bajo este sistema), que importar masivamente, que es lo que pasa con la globalización "imperialista", donde la EU (e incluso USA antes de la crisis) se han convertido en mercados para potencias emergentes del sur (en particular China, pero también Rusia, Brasil, India, etc.)

    Por supuesto hay otro nivel de interés objetivo de clase, uno revolucionario, pero el nivel de conciencia aún no da para tanto, entiendo.

    "Dime un solo ejemplo de revolución proletaria en un país europeo occidental en los últimos 500 años"…

    Tienes la revolución alemana y la española (catalana), así de sopetón. Es más aún el propio concepto de socialismo en general, comunismo en particular surgen en Europa Occidental. Marx y Engels eran europeos occidentales, toda la historia temprana de la Internacional se centra en Europa Occidental, incluida la idea marxiana de crear el nombre "comunismo" inspirado en la Comuna de París de 1871.

    (sigue)

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  28. Anónimo

    ¡Charlatanería!

    Iberoamérica dejó de ser una colonia española para convertirse inemdiatamente en una semicolonia británica y norteamericana.

    No existe proletariado en el primer mundo, sólo PARÁSITOS improductivos, que succionan la riqueza del Tercer Mundo; y que la única revolución que conocen es la del "feisbuc".

    Es por eso que los países imperialistas hacen una guerra tras otra, cometen un genocidio tras otro impunemente (ora con Bush, ora con Obomba) sin que las supuestas masas se opongan, vease el caso de Libia actual, ni mucho menos se alcen en armas para impedirlas o para luchar contra el capitalismo.

    ¿Por qué no?

    Porque el supuesto "proletariado" occidental es el principal beneficiario del imperialismo. Cualquier "proletario" lo sabe, los únicos que pretenden no saberlo son los pseudoizquierdistas de Alba y sus colegas de Rebelión.

    Esperan todavía como el viejo Trotski, ¡bendita ilusión!, que los obreros avanzados de Europa lideren la Rrrevolución mundial. ¡Por favor! Dime un solo ejemplo de revolución proletaria en un país europeo occidental en los últimos 500 años, no una que hay triunfado, sino una que haya siquiera contado con un apoyo mínimo de las "masas".

    En Europa occidental triunfó una revolución: la revolución nacionla-socialista. Hoy es la misma historia, es un continente racista hasta la médula, irredimible.

    La única asolución es que las masas proletarias del Tercer Mundo la invadan y le impongan el socialismo por la fuerza, obligándoles a que paguen las reparaciones históricas debidas a la mayor parte de la humnanidad, por sus exterminios, robos, saqueos, explotaciones, genocidios,guerras, bombardeos, etc. Como ya hizo el Ejército Rojo con Alemania nazi.

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  29. Maju

    Habría que ver las cifras pero ciertamente no es así en términos de valor de cambio (PIB) ni en términos de huella ecológica, que quizá sea un valor más objetivo: en este caso sí que puede parecer porque al vagabundo de Harlem le imputan el coste de las carreteras, el ejército o incluso de la propia policía que le pega… y no meramente los cartones y las mantas en las que duerme sobre una acera o en una casa abandonada.

    Yo creo que tú estás confundiendo términos como PIB y renta per capita con lo que cada persona o estrato social consume o produce, yo que es absolutamente falaz. La inmensa mayoría de ese consumo se concentra en las clases altas y medias (o medias-altas). Además debieras de evaluar costo de la vida y no sólo valores nominales, puesto que mil euros en Lima y en Madrid no cunden lo mismo ni de lejos (en Lima igual vives un año con eso y en Madrid no vives ni un mes – no sé si exagero pero por ahí anda).

    Tu visión del colonialismo es un poco simplista. No es que esté del todo en desacuerdo pero me parece que cojea demasiado: por ejemplo las colonias de América se independizaron casi todas más de un siglo antes de lo que dices (aunque lo de la independencia es relativo) y desde 1898 España (que es el país donde vive Santiago Alba) no tiene colonias que merezcan ese nombre (las tomó USA). Similarmente Alemania no ha tenido apenas colonias, sin embargo se ha desarrollado obstinadamente como potencia industrial gracias a formas neocoloniales sobre todo (antes de la I Guerra Mundial el Imperio Otomano y en menor medida Rusia y China – tras la II GM, las neocolonias aportadas por Francia via EU, plus lo que cayera). Por otra parte Portugal tenía un imperio colonial grande en proporción a la metrópolis pero era a su vez una semicolonia británica. El mismo colonialismo en África, que parece ser tu modelo, duró apenas 60 o 70 años en su mayor parte.

    Por supuesto que el imperialismo colonial es parte de la explotación imperialista-capitalista a nivel global, sobre todo históricamente, pero no podemos simplificar, mucho menos en la era de la globalización y deslocalización ("outsourcing"), y mucho menos extendiendo el papel de "explotador" (sin cualificaciones) a las clases obreras de la metrópolis, que ni suelen ser partidarias de las intervenciones imperialistas (mayormente son carne de cañón y a veces incluso oposición activa), ni se benefician tanto ni tan claramente (aunque es obvio que migajas caen y sirven para crear un consenso precario).

    Esta posición tuya es el extremo de la distorsión que se produce cuando se ven los "países" (estados) como bloques homogéneos independientemente de los procesos sociales en su interior. En este sentido (y sólo en este) tengo que estar de acuerdo con Ramonet en que se trata de una distorsión burguesa, de tipo "Bismarkiano" (autoritaria) que no puede ser aceptada en ningún caso. En esto, y sólo en esto, estoy de acuerdo con Ramonet: son los pueblos y no los estados los sujetos (o en caso de pasividad objetos) de las dinámicas sociales, económicas y políticas. Los estados sólo son manifestaciones concordantes o (en la mayoría de los casos) discordantes con el Pueblo.

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  30. Anónimo

    La prueba del algodón en este tema es la siguiente: ¿Estaría dispuesto el "proletariado" del primer mundo a sacrificar parte de sus poder adquisitivo, de sus riquezas acumuladas (privada y socialmente), obtenidas gracias a la super-explotación del Tercer Mundo durante siglos, para repartirlas entre los pobres del mundo, entre los verdaderos proletarios, que son la inmensa mayoría de la humanidad?

    Esto sería el verdadero internacionalismo, el verdadero socialismo ¿no es verdad?

    Y la respuesta, como ya habrás comprendido en tu mente de privilegiado pequeño-burgués bien alimentado, es que NO, NO y NO.

    Antes la guerra, el genocidio, la desaparición de la especie…

    Los ideólogos burgueses dirán que miento, que es posible que los pobres crezcan hasta alcanzar a los ricos, si son buenos y se portan bien. Pero todos sabemos que eso no es verdad. Si hay una verdad evidente que la historia nos ha puesto delante de las narices es que el mundo es hoy más desigual que nunca, pero no dentro de cada país, como dicen los social-demócratas de toda laya.

    Las desigualdades sustantivas y relevantes, las que claman al cielo, se producen entre países pobres , el 90% de la población mundial, y países ricos, el 10% restante. La pobreza de unos es consecuencia de la riqueza de los otros. Por eso, los comunistas no existen en Estados Unidos y en Europa son irrelevantes.

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  31. Anónimo

    Gran parte de la explotación del Tercer Mundo por parte del mundo ricos se realiza a través de la sencilla exportación de capitales de la que hablaba Lenin. Se trataría de supervalías que los capitales euroamericanos extraen de los países pobres. El cambio monetario favorece a los países ricos, no pagan impuestos, o muy pocos, las regulaciones son menores, no hay costes ecológicos y, sobre todo, la mano de obra es muy barata, baratíiiisima. Y aquí entramos en el campo de lo que en el campo del comercio internacional se llama intercambio desigual, analizado brillantemente por Arghiri Emmanuel, Palloix, Samir Amin y muchos teóricos de la dependencia latinoamericanos y de otros países del Tercer Mundo.

    En cualquier intercambio comercial, y la economía actual está totalmente globalizada, los países ricos terminan capturando más valor del que ceden. A los países pobres les ocurre lo contrario. Son dos caras de la misma moneda. Ello se produce así, básicamente, porque los salarios de los "obreros" de los países ricos son muchíiiisimo más elevados que los de los países pobres. La clase burguesa imperial ha comprado la conformidad del "proletariado" casero con los superbeneficios extraídos de la superexplotación del verdadero proletariado del Tercer Mundo, que este sí, no tiene nada que perder,sólo sus cadenas , como decía Marx. Lo sobreros del Primer Mundo tienen muchas cosas qu perder: sus BMW, sus viviendas de 300 mil euros, sus vacaciones en el Tercer Mundo, sus vestuarios lujosos, sus televisores de plasma de 90 pulgadas, sus play station, su colección de videos porno, sus planes de pensiones privados, etc.

    Y para no extenderme más, esto tiene consecuencias en la vida real. ¿Cuáles? estas: No hay proletariado en Europa, y sí lo hay en el Tercer Mundo. Predicar la revolución, la igualdad, la autodeterminación de los pueblos y e socialismo internacional a los "trabajadores" del primer mundo es como hacerlo entre burgueses, capitalistas y fiincnaieros, porque eso es lo que, en realidad, son. No puede entonces buscarse una unidad de acción entre tercer y primer mundo. es absurdo, sus intereses materiales son contrapuestos. Para qué sirven los partidos de "izquierda", los "progresistas", los "comunistas",las "feministas" del primer mundo? Para justificar el imperialismo, para echar polvo en los ojos de los proletarios del Tercer Mundo, para atar a estos al carro triunfante de la aristocracia obrera explotadora de occdiente, y también para que estos pequeños explotadores nacional-socialistas, porque eso es lo que en el fondo son, se sientan felices, para tranquilizar su conciencia ( "¡ah, nosotros también somos explotados!")

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  32. Anónimo

    El 99.98% de la población de los países ricos es explotadora porque recibe(consume) mucho más de lo que produce. En cambio, el 90% de la poblción de los países del Tercer Mundo consume mucho menos de lo que produce. Este proces de explotación de las naciones pobres por parte de las naciones ricas se produce de muy diversas maneras. En siglos anteriores, desde las grandes exploraciones, se hacía a través del colonialismo: se exterminaba a las pobñaciones locales, se apoderaban de sus tierras y se sometía al resto de índigenas a la esclavitud o ala servidumbre. A esto Marx le llamaba acumulación primitiva. Miebtras Europa y Estados Unidos financiaban así su despegue económico, el resto del mundo sufría un retraso que difíclmente podría recuperar con los años.

    Pero la historia no termina ahí. No fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial que los países colonolizados se independizaron. Lo hicieron de una manera "parcial". Las potencias coloniales, con el tiempo, se volvieron a imponer sobre las ansias de soberanía de los pueblos: a través de burguesías compradoras locales y de grandes corporaciones internacionales, así como del control de los mercados internacionales de materias primas, de los organismos multilaterales de Bretton Woods y del sistema financiero internacional pudieron doblegar a los países recién independizados y someterlos a un estado de sujección neocolonial que es tan devastador para los países pobres y tan provechoso para los ricos como lo era el colonialismo clásico.

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  33. Sara

    Hola, mi nombre es Sara Curcio, soy brasileña, estudiante de ciencias políticas. Estoy interesada en hacer un doctorado en la Universidad de Buenos Aires. Tengo la intención de estudiar Gramsci y sus interlocutores bolcheviques. Me gustaría ponerme en contacto con usted para presentar mi propuesta.

    ¡Gracias!

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  34. Hernán Pardo Siva

    La lamentables alienacion mediática que están sufriendo muchos intelectuales de izquierda respecto a Libia la comento en el artículo:

    Libia, las plutocracias occidentales y la izquierda “culta” Iberoamericana

    que pueden ver en:

    http://hernanpardosilva.blogspot.com/2011/04/libia-las-plutocracias-occidentales-y.html

    Algo que lamento mucho es comprobar que el dueño del medio siempre impone sus intereses, caso Al Jazzera y el Emir de Catar que está armando a la conspiración libia y obtuvo un contrato para intermediar la venta del petroleo que le roben al pueblo libio.

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  35. Maju

    No estoy muy seguro lo que consideras tú que "la totalidad de la población es explotadora".

    Marx en su día describió a una subclase obrera "lacaya" que ya se aparecía en el sur de Inglaterra y la Rivière en Francia, y que él pronosticaba que se generalizaría en Europa cuando China fuera repartida por las potencias coloniales (cosa que nunca ocurrió tal cual pero es un detalle). Sin embargo creo que no se puede en ningún caso atribuir semejante carácter a la totalidad de la población de Europa o Norteamérica. Se puede quizá atribuir a una parte importante, pero el currela del supermecado o el vagabundo sin hogar no se pueden considerar parte de esta subclase "lacaya" (que sin duda existe y es numerosa).

    No sé en tu anónimo país, pero en la mayoría del estado español si no tienes trabajo (o si tienes un trabajo de mierda, que abundan, incluso son dominantes), no eres nada y realmente estás siempre al borde del abismo, puesto que no hay bienestar social (peor que Brasil en este aspecto) y en cambio hay un paro brutal (20%) y unos costes elementales (vivienda en particular) desorbitados.

    Hace 20 ó 15 años, en época de vacas más gordas, tu crítica quizá tuviera algún valor. Pero en cualquier caso el estado español no es Alemania ni Holanda (no que allí todo el mundo sea "privilegiado" pero al menos tienen un estado de bienestar decente que amortigua los efectos más siniestros de la explotación capitalista, que sin duda existe (y se está agravando mucho con los recortes y reformas made in FMI).

    Probablemente Santiago, en la medida que es profesor universitario (creo) y vende libros, da charlas, etc. probablemente tenga un nivel de vida acomodado personalmente (no se lo podemos reprochar, Engels y Marx mismos eran bastante burgueses y no creo que Fidel viva en una chabola tampoco) pero generalizar esta idea a enteras naciones "explotadoras" sin cualificaciones de ningún tipo es una gilipollez como un castillo.

    Quizá tengas alguna razón en la crítica que haces pero tu exageración y extremismo es absurda: acaso es más "izquierda" Cristina Fernández la amiga de la soja transgénica, o Bachelet, la asesina de Mapuches (no me acuerdo ya ni de su nombre). Acaso Lula o Dilma Roussef son "verdadera izquierda"? Y, si no, dónde está la izquierda en estos países? Lo mismo podemos decir de México o El Salvador, de Perú o Paraguay… incluso donde hay cierta izquierda más o menos revolucionaria en el poder, tampoco son tan radicales (son más demonizados por los medios que otra cosa).

    A veces las cosas no son tan sencillas: por qué hay un movimiento de clase más fuerte en el "privilegiado" País Vasco que en la mayor parte del estado español? Por qué se lía tan gorda en la "privilegiada" Francia, mientras que España (o Marruecos para el caso) está pasiva. O en Latinoamérica, porque en Venezuela triunfa y se consolida un movimiento revolucionario tan fuerte, mientras que en Perú, un país mucho más pobre y objetivamente explotado, no?

    Porque no todo es mero índice objetivo de explotación, en gran medida las condiciones subjetivas son tan importantes o más. Pero también las condiciones objetivas de desarrollo de una clase obrera propiamente dicha, incluida la existencia de industrias y la historia sindical, la percepción de desigualdad en injusticia a nivel local, etc.

    Responder
  36. Anónimo

    No se puede estar en dos sitios a la vez. O se está con los imperialistas o se está con los pusblos oprimidos del Tercer Mundo.

    Alba Rico busca argumentos para condenar a Gadafi porque no puede resignarse a la idea de que la pseudo-izquierda europea es imperialista, que las "masas" de supuestos trabajadores europeos no son otra cosa que pequeños-burgueses explotadores, aristocracia obrera, parásitos y sanguijuelas que reciben mucho más de lo que merecen o producen, gracias al saqueo continuado del Tercer Mundo que ya dura siglos, y por eso apoyan esta guerra, y por eso no se manifiestan en contra de ella (como si hicieron con las guerras de Bush), y por eso sus intelectuales orgánicos (Alba Rico, Gilbert Archar, Rebelión, pseudo-izquierdistas varios, etc.) se apresuran a justificar esta guerra, bien es verdad que de manera solapada, presumiendo de equidistancia o defendiendo la supuesta necesidad de un sano debate entre posturas igualmente legítimas.

    La teoría de los dos males, se decía en Argentina. No hay dos males. El imperialismo es el mal absoluto. Es deber de todo revolucionario oponérsele. Los que no lo hagan, los que busquen excusas, los que confundan con sus estúpidas disquisiciones que la maoyr parte de la gente ni siquiera entiende, los que le ahgan el juego al imperialismo son ratas.

    ¡Viva Libia! ¡Fuera el imperialismo de Libia!

    Responder
  37. Anónimo

    Gadafi ha hecho muchísimo por la mejora de las condiciones del pueblo libio. Los hidrocarburos son nacionales en su totalidad,y la renta petrolera ha servido para ofrecer al pueblo libio educación, sanidad, agua corriente, saneamiento y vivienda totalmente gratuitas. eso es socialismo en los hechos, no la abstracta e inexistente fantasmagoría que defiende el privilegiado Alba.

    El suministro del agua del Sahara costo decenas de miles de millones de euros, y fue una obra financiada en exclusiva con dinero libio, sin mendigar nada del BM, FMI ni de nadie.

    Los alimentos y la agricultura están subsidiados, de modo que los más necesitados puedan tener cómo adquirirlos. Ahora los llamados "rebeldes" impiden que esos subsidios lleguen a la parte que ellos controlan.

    Gadafi apoyó muchísmo a Mandela y al CNA, así como a otros países africanos víctimas de occidente. Gadafi se ha cansado de denunciar a las instituciones internacionales por su mala fe y dobles raseros. Cree en la unión africana. Por el contrario los criminales de la zona rebelde han hecho pogromos y linchamientos contra centenares de miembros de la población negra que quedó en su territorio. Por eso escapan, por temor a los racistas de Bengasi.

    En Libia hay millones de inmigrantes trabajando. ¿Cómo es que hay tanto paro, según los habituales intoxicadores occidentales? Alba Rico se lo cree todo a pies juntillas.

    Responder
  38. Anónimo

    ¡Patrañas! ¡Boligrafo rojo o boligrafo verde! Seamos serios. Pura demonización al estilo de las que ya se les aplicaban, y se les aplican, a Lenin y Stalin.

    El problema con los intelectuales peqeño-burgueses europeos, tal y como Alba Rico y sus colegas de Rebelión, es que por una cuestión de clase y de racismo no pueden admitir que pertenecen a un mundo donde la totalidad de la población es explotadora.

    No hay proletariado en Europa occidental ni en los Estados Unidos, por lo tanto no hay ni puede haber izquierda, sino tan sólo pseudo-izquierda: Obama, Clinton, Blair, Zapatero, socialdemócratas varios, etc., que se alían con el imperialismo para seguir explotando al Tercer Mundo por todos los medios posibles. Cada mejora en el poder adquisitivo de la población occidental se realiza sobre la sangre y el sudor de las masas super-explotadas del Tercer Mundo.

    He ahí la razón última de la guerra contra Libia. No la democracia que piden los "revolucionarios" de Bengasi, como sostiene el filisteo Alba. ¿Cuándo los occientales han apoyado movimientos revolucionarios en el tercer Mundo? Sería una primicia histótica. Obama y Sarkozi son ahora maoístas. Es de risa.

    Responder
  39. Maju

    Le contestaría a anónimo pero estoy esperando a que los mensajes en "spam" sean autorizados (click en "design", "comments", "spam", etc. o su equivalente en castellano).

    Pero de momento decir que Gadafi es un mal bicho anticomunista, que ha hecho matar a comunistas (comunistas sudaneses al menos), que (de puro friki que es) se niega a escribir con un bolígrafo de color rojo (tiene que ser verde), etc.

    No es ningún Lenin, ni siquiera un Stalin: es puro Mussolini árabe.

    Responder
  40. Anónimo

    No es verdad que Gadafi sea comparable a los otros gobiernos árabes. Las políticas de Gadafi beneficiaron enormemente a su pueblo. El 89% de los royalties del petróleo y una proporción muy grande de los del gas están en manos libia. Los hidrocarburos están nacionalizados completamente. Alba confunde las cosas. Tanmbién en Venezuela y Bolivia hay multinacionales operando, y no se le ocurre criticar a Morales o a Chávez por eso. Y ¿qué decir de Cuba, donde también hay multinacionales?

    ¿Es que deberíamos justificar una invasión de Brasil por los imperialistas porque en ese país operan las multinacionales?¡Qué absurdo! Ese argumento no se sostiene ni con muletas.

    No hay que confundir a “su pueblo” con los llamados “rebeldes”, que son incapaces de obtener apoyo suficiente para derrotar a la supuesta dictadura de Gadafi, ni aun con el apoyo militar de la monstruosa maquinaria de guerra americana y europea. Hay informes que avalan las sospechas de que se trata de grupos minoritarios incitados por las agencias de inteligencia occidentales. Su comportamiento dista mucho de ser democrático. Arrasan casas, vidas e instalaciones con la misma irresponsabilidad y cobardía con que mienten y denuncian falsamente a los leales al gobierno. Veas el linchamiento de la población negra inmigrante, o el exodo forzoso de millares de profesionales cualificados, o las pateras cargadas de pobres que huyen de la violencia para encontras la muert en el mar.

    Hay que reconocer que los imperialistas han sido muy hábiles y oportunistas a la hora de aprovechar el prestigio y la ocasión de las insurrecciones árabes para desatar una guerra civil que no tiene visos de resolverse favorablemente a los “rebeldes”, y que si sirve para una eventual partición del país, dejando la zona petrolera bajo dominio de los imperialistas y sus secuaces y títeres de Bengasi.

    “Como consecuencia necesaria de este paralogismo mecánico, y frente a la demonización mediática del dictador libio, se llega a la conclusión absurda de que Gadafi es en realidad socialista, anti-imperialista y democrático, un ejemplar líder tercermundista que ha salvado a su pueblo de la pobreza y la superstición, convirtiéndose en un obstáculo para las potencias coloniales.”

    Alba Rico es un idealista al que solo le valen alternativas puras. Es incapaz de comprender la necesidad de llegar a compromisos en determinados momentos, dada una determinada correlación de fuerzas. ¿”Paralogismo”? Alba es, además, un escolástico, completamente alejado del mundo real. Con sus alambicados razonamientos consigue que terminemos por darle la razón a los imperialistas: ¡Gadafdi es un demonio! ¿Pero dónde están las pruebas que demuestran esta afirmación? ¿será porque no hay partidos políticos como en occidente? Tampoco los hay en Cuba. Repito. Libia tiene los índices de desarrollo humano más elevados del continente africano, y está muy por enciam de la media árabe. El gobierno libio ha hecho enormes inversiones en todos los campos para mejorar la suerte de los libios, sin humillarse ni rendir la soberanía nacional. Alba es un idealista pequeño-burgués, que sueña con mundos ideales que solo existen en su imaginación de europeo privilegiado. No se pueden comparar cosas reales con cosas ideales, inexistentes. Hay que comparar cosas reales con cosas reales. Libia con Egipto. Gadafi con Mubarak o con Mandela. No hacerlo así revela una mentalidad de tipo religioso. Gadafi se ha ganado sus galones, aunque por otra cosa no sea, al ser atacado por Obama, Sarkozi, Cameron y Zapatero. Y por la ralea de cobardes, asesinos y lacayos que forman el ejército “rebelde.”

    Responder
  41. Anónimo

    “…todos las países del mundo árabe …inductoras en la mayoría de los casos de unos niveles de miseria material y vital ignominiosos.”

    Libia es el país con mejor desarrollo humano de África y está por encima de la media mundial, al mismo nivel que Argentina. Ocupa el pesto número 18.

    “Todos estos gobiernos eran y son aliados de occidente …“

    “Gadafi es un dictador no menos siniestro que sus colegas y su pueblo no tiene menos razones para contestar su poder. “

    Llegar a compromisos es necesario a veces. Lenin lo reconoce en El izquierdismo: enfermedad infantil del comunismo. Libia se vio sometida a fuertes presiones desde el 11S.

    Responder
  42. Anónimo

    A lo mejor es que hay personas intocables a las que no se puede criticar.

    Responder
  43. Anónimo

    ¿Se filtran los comentarios en este blog de "libre" debate? Porque ayer envié uno y todavía no ha salido. ¡Vaya demócratas!

    Responder
  44. Maju

    Atilio: igual quieres mirar la carpeta de spam porque uno de mis comentarios no fue publicado y estoy recibiendo por correo otros que tampoco lo han sido. Esto suele pasar cuando Blogger Spam-Filter hace de las suyas (lo odio).

    Un saludo.

    Responder
  45. Iván Vitta

    Alba Rico y Ramonet se quedan en la declaración de principios generales (además de tragarse las mentiras imperialistas) y no se hacen la pregunta de rigor: ¿quién es la oposición? Hasta ahora, sabemos que está conducida por el FSNL, un grupo opositor financiado por la CIA y con sede en Washington, y por grupos monarquistas viudos del Rey Idris, que se identifican con el emblema monárquico (algo que ya debería darles una pista a Alba Rico y Ramonet). El descontento era real, pero fue conducido desde el principio por esta oposición reaccionaria. Alba Rico y Ramonet atribuyen la "demora" en la intervención imperialista a un supuesto desacuerdo, pero apenas los golpistas se vieron en peligro de derrota, se apresuraron en ir a socorrerlos. El argumento de Alba Rico es pueril: ya era tarde para cambiar de bando, como si el imperialismo se fijara en detalles como ése.

    Ramonet ha resultado ser nada más que un colonialista solapado. En estos momentos estoy juntando, para quemarlos, todos mis ejemplares de Le Monde Diplomatique.

    Responder
  46. Maju

    Voy a comentar primero el artículo de Santiago Alba, un autor que me suele gustar bastante.

    Primero, el petróleo libio no estaba lo suficientemente en manos de las compañías occidentales. Gadafi (nominalmente Libia) extraía royalties en forma del 87-88% del crudo (aunque sólo el 60% del gas de ENI – fuente). Esto es así desde 2008 o 2009, cuando nuevos acuerdos fueron firmados.

    Además, por ejemplo, a la compañía francesa TOTAL le había tocado poco en el reparto (me parece a mí por este mapa), lo que explica quizá la ansiedad de Napoleoncito Sarkozy.

    A veces no sabemos lo suficiente cuando tenemos que valorar. Pero los Sarko, Gates o Berlusconi sí que saben lo que hay en juego antes de tomar estas decisiones. No se abandona a un aliado a la ligera, mucho menos se toma el partido de sus enemigos… salvo que haya razones de peso (aunque las razones en este caso no estén tan claras, el petróleo sí que es una de ellas).

    Tampoco estoy demasiado de acuerdo con el tema de El Assad y el supuesto equilibrio estratégico de Oriente Próximo.

    Vamos a ver: los USA e Irán llevan jugando este juego desde la época de Reagan… que ya entonces vendía armas a Irán (que las compraba al "Gran Satán") para usarlas contra el aliado de Occidente Saddam Hussein "el una y otra vez engañado". Cuando USA invadió Iraq lo que logró fue debilitar el panarabismo (ya muy decadente) y fortalecer a Irán, que se hizo con el control efectivo de Iraq en el plano "civil" (milicias patriarcales y policías secretos sembrando el terror por todo el país, 2/3 del Parlamento…)

    En los despachos de Wikileaks podemos apreciar que los USA pasan ampliamente de hacer nada concreto contra Irán, a pesar de que el sub-bloque saudí se lo ruega todo el rato.

    No parece que USA vaya a hacer realmente nada contra Irán aparte de pretender, lo que les encanta a los ayatolás, ya que así ambos consiguen tener enemigos imaginarios para sus propósitos. De hecho Layla Anwar, con lenguaje tan hiriente, acusaba a "la izquierda" recientemente de esconder la cabeza con el tema de Assad y Siria precisamente para defender lo indefendible: Irán.

    Como suele pasar, me ofendió (esta señora es realmente implacable), pero quizá tenga razón después de todo. En eso sí que tiene razón Santiago (como en otras cosas que no he comentado): cuando dice que "la vieja política de bloques no funciona".

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Sobre el Autor de este Blog

Atilio Alberto Borón (Buenos Aires, 1 de julio de 1943) es un politólogo y sociólogo argentino, doctor en Ciencia Política por la Universidad de Harvard. Actualmente es Director del Centro de Complementación Curricular de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Avellaneda. Es asimismo Profesor Consulto de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires e Investigador del IEALC, el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe.

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